¿En qué lugares de (no solo) Barcelona se rodó 'Estación Rocafort'? 

Más de dos décadas después de que Jaume Balagueró dejara el transbordo del paseo de Gràcia a oscuras en 'Darkness', otro director al servicio de Filmax, Luis Prieto, busca ángulo inquietante al metro de Barcelona en 'Estación Rocafort', relato de terror y suspense inspirado en las leyendas urbanas que rodean a este punto de nuestra red ferroviaria subterránea. Como bien ha contado Carles Cols, durante los esotéricos años setenta se empezó a extender la creencia de que en ella habitaban fantasmas, y todavía hoy se sigue diciendo de ella, sin fundamento, que es la estación de metro con más suicidas; esa amarga distinción la ostenta Hospital Clínic. 

En la película de Prieto –nacido en Madrid, pero barcelonés durante un tiempo–, la joven Laura (Natalia Azahara) empieza a trabajar en la parada y se convierte, más pronto que tarde, en testigo de un suicidio. La empiezan a asediar visiones y pesadillas. En busca de algo de paz mental y de la verdad en torno a Rocafort, contacta con Román (el siempre excelente Javier Gutiérrez), un expolicía alcoholizado con su propia traumática experiencia ligada al lugar. Lo que allí sucede resulta echar raíces lejos de Barcelona.

En realidad es Maragall

Aunque rodar en Rocafort habría sido lo más lógico, quizá no era lo más ético. "El director decidió no rodar allí por respeto a las personas que han perdido a sus seres queridos y sus vidas en ese tumultuoso lugar", nos explica Sarah Webster, diseñadora de producción de Prieto desde los tiempos del aplaudido corto 'Bamboleho' (2002), también rodado en Barcelona; aunque nacida en Los Ángeles, Webster es catalana de adopción y vive en España. "Además, durante las infinitas visitas de localización en los laberintos del metro, tuvimos un episodio, llamémoslo 'paranormal', precisamente en la estación de Rocafort, que hizo que algunos del equipo no se sintieran cómodos rodando allí", añade nuestra entrevistada, echando leña al fuego del misterio. 

En busca de alternativas, creyeron que la estación de Maragall resultaba idónea por "su estilo setentero, sus baldosas y esos monitores antiguos parpadeantes". El mayor desafío fue el poco tiempo disponible para rodar: cuatro horas por la noche, durante el cierre al público. "Tuvimos que idear un sistema rápido para transformar la estación de Maragall en la de Rocafort, cambiando todos los letreros de manera que fuera fácil colocarlos y retirarlos rápidamente al finalizar cada jornada de rodaje". Otro importante trabajo fue crear el almacén donde se supone que se guardan los restos del extinto parque de atracciones de Montjuïc (1966-1998): "Añadimos muchos elementos creativos, entre ellos letreros de feria, restos de las antiguas atracciones, espejos y coches de choque".

Rodaje en Gran Canaria

De la Barcelona exterior asoman la playa de la Barceloneta, donde Román se reúne con su antiguo compañero Andrés (Xavi Sáez), o la mítica Casa Argelich (Rambla de Catalunya, 34), donde se creó el siniestro piso del excéntrico Luis (Tatín Revenga), pero para visitar el bar de la reunión de Laura (y su misteriosa amiga Cris, encarnada por Valèria Sorolla) con el decadente Román tendremos que viajar en coche una hora hasta Igualada: es la cafetería del Hostal Canaletas (Avinguda del Mestre Montaner, 60).

Y para ver otros muchos lugares hay incluso que coger avión o barco. Por cuestiones de organización del rodaje, Las Palmas hace las veces de Barcelona e incluso México en 'Estación Rocafort'. Fue allí donde se rodaron los interiores del piso donde vive Laura y la habitación de la pensión de Román. Además, se saca buen partido al edificio central de la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (Campus Universitario de Tafira, s/n), el Centro Sociosanitario El Pino (Av. Juan XXIII, 13) o un restaurante chino, Tesoro Chino II, según Google ahora "cerrado permanentemente": ¿hay aquí una historia de misterio por contar?