Escapadas sin avión

Da la vuelta al mundo sin salir de Barcelona: rincones donde creerás que estás de vacaciones

Desde selvas amazónicas escondidas en el Eixample a 'delicatessen' japonesas perdidas por Gràcia. Viaja a la otra punta del globo usando la T-Mobilitat

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Un jugador cruza la verja de los velociraptors en la jungla tropical del 'escape room' de Golden Pop: Jurásico.

Un jugador cruza la verja de los velociraptors en la jungla tropical del 'escape room' de Golden Pop: Jurásico. / Ana Puit

Abel Cobos

Abel Cobos

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¿Tu mejor amigo es uno de esos miles de conocidos que están visitando Japón? Que no te dé envidia: tú también puedes pasarte allí el finde. Y sin tener que tragarte un vuelo más tedioso que la última temporada de ‘La casa del dragón’. Es una de las ventajas de vivir en una ciudad tan internacional: se puede viajar sin viajar, llegar a la otra punta del globo simplemente usando la T-Mobilitat.

1. Vida nipona en Barcelona

Asia en la puerta de casa

La ruta empieza en Asia. Pásate por Akashi Gallery (Rosselló, 197, a partir del 27 de agosto), lugar perfecto para recrear las fotos que tanto estarás viendo estos días en ‘stories’: aquí sirven menús japoneses en tatamis reales. Viaje nipón exprés. Y en Yatai (Comte d'Urgell, 112) tienes disponible una carta sacada directamente de una película de Studio Ghibli. Los platos más famosos de los animes, a precios más que asequibles. Además, aquí puedes probar el taiyaki, un pastelito en forma de pez relleno de judía roja –o chocolate, en su versión más occidental–.

Uno de los tatamis de Akashi Gallery.

Uno de los tatamis de Akashi Gallery. / Akashi Gallery

Y del Eixample a Gràcia, donde puedes realizar una ceremonia del té, una experiencia cercana a la meditación que convalida como una sesión de ‘mindfulness’. Es en Interior de Té (Milton, 1), una tetería con bebidas importadas de China, Japón e India, perfectas para una merienda muy internacional. Más meriendas exportadas de Japón: Usagi (Santjoanistes, 28) y Kasa Hanaka (Saragossa, 29) tienen un menú pastelero que te enviará directo al nirvana.

Pero no todo en Japón es comida. Si algo caracteriza la cultura nipona es la delicadeza en su arte y decoración. En el Palau Martorell (Ample, 11) tienes una de las copias originales del grabado más famosos de la historia del arte: 'La gran ola de Kanagawa', de Hokusai, que se presenta en una exposición con más de 200 piezas artísticas y culturales del país.

Uno de los gravados de 'La gran ola de Kanagawa', de Hokusai.

Uno de los gravados de 'La gran ola de Kanagawa', de Hokusai. / Palau Martorell

Última recomendación: la Casa Bruno Cuadros, en la Rambla, 82, un clásico que quizá te ha pasado inadvertido, pero cuya fachada es puro homenaje al país del sol naciente. Cuenta con láminas niponas, sombrillas decorativas y un dragón que vigila a los guiris que desfilan por la Rambla.


2. De Barcelona a la Polinesia

Cócteles exóticos

Un clásico isleño: el Hammock Juice Station (Mallorca, 308). Desayunar aquí te da la calma que solo te da programarte el ‘out of office’ y cogerte un avión a Hawái. En este local, los ‘brunches’ se dan en suspensión: se hacen tumbados en hamacas. Bols, bagels, tostadas, zumos, ‘smoothies’, batidos, ‘mocktails’, y un largo etcétera marcan su carta, diseñada para tomar mientras te balanceas rodeado de plantas tropicales. Aquí, las ‘illes’ del Eixample se convierte en caribeñas.

'Brunch' entre hamacas en Hammock Juice Station.

'Brunch' entre hamacas en Hammock Juice Station. / Hammock Juice Station

Y en la playa del Bogatell está Vai Moana, un chiringuito de inspiración tropical, y en la playa de la Nova Icària el Mokaï Beach, con decoración de madera y luces anaranjadas en un eterno atardecer en el Pacífico. Un viaje que ni en ‘Supervivientes’.

Brunch exótico en uno de los locales de Trópico.

Brunch exótico en uno de los locales de Trópico. / Trópico

La fiebre polinesia se escampa más allá de primera línea de playa. La ciudad está llena de bares con menú y decoración inspirada en Oceanía. En Aloha (Provença, 159), Kahiki (Gran Via, 581), Kahala (Diagonal, 537) y Trópico (Marquès de Barberà, 24; Balmes, 24), te garantizan viajes con 0 emisiones. Hasta Greta Thunberg estaría a bordo.


3. Bosques, oasis y junglas

Vegetación exótica en Barcelona

Te sientes como Doraemon: cruzas una puerta y llegas al Amazonas. Del asfalto del Eixample a una selva con plantas de 4 metros, llovizna tropical y rugidos de criaturas salvajes. Viaje a Colombia y sin billetes. Un momento, ¿eso que suena es un velocirraptor? Sí, aquí los fósiles han cobrado vida: el motivo de ser de este oasis tropical en medio del Mediterráneo, un ‘escape room’ inspirado en el mundo de ‘Jurassic Park’. Es ‘Jurásico’, en Golden Pop (Girona, 7), una experiencia única y totalmente envolvente.

Bosque Inundado del Cosmocaixa.

Bosque Inundado del Cosmocaixa. / Cosmocaixa

No son los únicos jardines exóticos de la ciudad, aunque sí los más exuberantes. Más modesto está el reabierto Hivernacle de la Ciutadella (paseo de Picasso, 7), los cactus de los Jardines de Mossèn Costa i Llobera, que parecen sacados directamente de ‘Breaking bad’, o la gran jungla –con pirañas incluidas– del Cosmocaixa (Isaac Newton, 26).


4. Viaje al Al-Ándalus

La Alhambra en Barcelona

Para ir a la Alhambra no tienes que viajar hasta Granada –y ahorrarte las temperaturas extremas del sur–. En el Putxet tienes una réplica a escala del Patio de los Leones del mítico monumento andaluz. Está dentro del Edificio Alhambra (Berlinès, 5), una joya arquitectónica de estilo neoárabe, llena de leyendas (dicen que se construyó por amor, para que una granadina no añorase su tierra), que, aunque no se puede visitar por dentro –a no ser que un vecino os deje colaros–, tiene una espectacular fachada digna de fotografiar. 

Albergue de la Casa Marsans.

Albergue de la Casa Marsans. / Xanascat | Generalitat de Catalunya

No es el único edificio de inspiración arabesca de la ciudad. El centro comercial las Arenas (Gran Via de les Corts Catalanes, s/n) es un buen ejemplo de esta arquitectura, o la Casa Marsans (paseo de la Mare de Déu del Coll, 41), casa de estilo neoárabe reconvertida en albergue que suele abrirse para visitas guiadas durante las puertas abiertas del 48H Open House Barcelona.


5. Viaje a una galaxia muy, muy lejana

Avistamiento de estrellas

¿Quieres pasar la mano por la cara a todos tus conocidos? Demuéstrales que su viaje a Micronesia te parece un caprichito más nimio que el típico finde universitario en Lloret de Mar. Que le den a dar la vuelta al globo: pégate un viaje a las estrellas. Aprovecha que agosto es época de avistamientos de estrellas –más allá de las Perseidas–, y pásate por las experiencias galácticas que ofrecen los observatorios.

El Observatori Fabra, el 13 de febrero del 2024

El Observatori Fabra al atardecer. / ALFONS PUERTAS / OBSERVATORI FABRA / RACAB

En Catalunya hay muchos montes con cumbres coronadas por observatorios astronómicos. En Barcelona el Observatori Fabra, en Sant Mateu de Bages (Barcelona) el Observatori Astronòmic de Castelltallat y en Bassegoda (Girona) el Observatori Astronòmic Albanyà son algunos de los puntós donde se organizan visitas nocturnas guiadas, bautizos de cielo y cenas con estrellas que prometen una experiencia extraterrestre. Saldrás de aquí dominando el mapa celeste con tal precisión que se te pondrá el dedo a lo E.T. cada vez que vislumbres la Osa Mayor.