Los sitios top de Barcelona donde darse un chapuzón en agosto

¿Buscando el mejor chapuzón a un tiro de piedra de Barcelona? Prepara el bañador y pásate por estos rincones. Son las playas y piscinas con más pedigrí en Barcelona (o a menos de una hora). Un sube y baja rápido para esos días que Barcelona tiene más de sauna turca que de joya modernista.

Las piscinas más laureadas de Barcelona son tres: tanto TikTok, como Instagram, como los maestros del postureo no escatiman en presumir de ellas. La primera, la Piscina Municipal de Montjuïc (avenida Miramar, 31), con vistas impecables de la ciudad que han salido hasta en un videoclip de Dua Lipa. Entrada general a 7,55 €. Igual de monumental, el lago del parque de la Creueta del Coll (Mare de Déu del Coll, 77), que está enmarcada en las paredes de roca del monte, rodeado de vegetación y con vistas al 'Elogio al agua' de Chillida. Entrada general a 2,49 €. Por último, en la Meridiana, el Lago de Can Dragó (Rosselló i Porcel, 7-11), la piscina más grande de la ciudad, con 15.000 metros cuadrados, y con entrada de 9,40 €.

Otra opción cada vez más de moda son las piscinas en Collserola. Dos recomendaciones: el Complex Esportiu Valldoreix (Brollador, s/n, Sant Cugat) y la Cooperativa d’Aigües La Floresta (Ginjoler, 6, Sant Cugat), piscinas que prometen agua, sol y naturaleza. Plan de domingueo perfecto.

El catálogo de playas de Barcelona es extensísimo. Aunque claro, si tu plan es ir a bañarte y relajarte en la arena, en pleno agosto hay muchas que están petadas y llenas de jaleo, ofreciendo una experiencia más estresante que la sala de espera del pediatra. Apunta algunas de las menos concurridas, que sirven de oasis en tiempos de estrés. En Barcelona, de las más tranquilas es la zona de baños del Fòrum, un híbrido entre piscina y playa –es un espacio artificial reclamado al mar a base de volcar cemento–. Eso sí, aquí no hay arena para tumbarse.

Si lo que buscas es aposentar la sombrilla, la toalla y echarte un siestorro con el ruido del mar, pásate por las playas entre Vilassar y Premià, las de Badalona en el barrio de Manresà, la playa Remolar, en el Prat, bajo el aeropuerto, o las de las Filipinas y Gavà, ambas en el municipio de Gavà. Eso sí, no te las esperes totalmente desiertas. Como en todas las playas, siempre te encontrarás gente en verano, pero han logrado evitar la masificación: seguro que no tendrás que pelearte por encontrar un lugar donde tirar la toalla sin tener la respiración de un desconocido en tu cogote.