Turismo sin avión

Las mejores escapadas por Catalunya para los que no vuelan este verano

¿Eres de los pocos que se quedan en Barcelona este agosto? Conserva tu salud mental huyendo en tu tiempo libre a algún lado. En esta lista tienes dónde escoger: playas, bosques y hasta el (más o menos) fresquito del Pirineo

El mercadillo más barato: compra ropa por 50 céntimos en Barcelona

Cala Aiguablava, en Begur (Costa Brava).

Cala Aiguablava, en Begur (Costa Brava). / RAMON GABRIEL

Abel Cobos

Abel Cobos

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ya van varias semanas bombardeándote con mails de "out of office", 'stories' de tus amigos en playas paradisíacas y 'whatsapps' con fotos de hoteles y restaurantes en los grupos familiares. Todos hablando de sus vacaciones con la misma soltura que Simone Biles se mueve por los olímpicos. Mientras, en tu agenda solo se divisa un largo agosto en la capital y, a diferencia de Puigdemont, tú de lo que tienes ganas es de salir de Barcelona. Haz escapadas por Catalunya y mata el gusanillo de unas buenas vacaciones. 

1. Playas paradisíacas

Escapada costera

No hace falta coger un avión para pasarte todo el día tumbado en una cala paradisíaca a lo Alejandra Rubio, hija de Terelu, y también bautizada como la nini más famosa de España. Catalunya tiene playas perfectas para ello. Empezando por la Costa Brava, la Cala d'Aiguablava de Begur (Baix Empordà, Girona) que, gracias a sus aguas cristalinas y turquesas, ha sido seleccionada por Viajes National Geographic como una de las 25 playas más representativas de España. “Tiene 100 metros longitud”, avisan. Es decir: corre a primera hora como un jubilado en Benidorm para aparcar la toalla.

Cala Aiguablava (Begur).

Cala Aiguablava en Begur a vista de pájaro. / Archivo

También se ha colado en este top 25 la Cala Pola, a 4 kilómetros de Tossa de Mar. Imagínate un pequeño paraíso de arena gruesa, rodeada de rocas y enmarcada en precipicios escarpados llenos de pinos. Vamos, la estampa prototípica de la Costa Brava. National Geographic no son los únicos en aplaudir esta cala. La plataforma eBooking.com la ha destacado como la tercera mejor de España. Vamos, un imperdible este verano.

Más allá de la Costa Brava, entre Tamarit y Tarragona está el bosque de la Marquesa, una zona que esconde varias calas, como Cala Fonda y Cala de la Roca Plana (dos clásicos se cuelan siempre en las listas de mejores playas) que todavía conservan una belleza natural y salvaje que ha podido huir de la gran urbanización costera de la región. 

Panoràmica de la Barra del Trabucador, al delta de l’Ebre. | CLAIRE LOUIS

Panorámica de la playa del Trabucador, en delta del Ebro. / CLAIRE LOUIS

Y en el extremo sur de Catalunya, en el delta del Ebro, hay muchísimas playas donde escoger, todas igual de recomendadas. Eso sí, la playa del Trabucador es posiblemente la más emblemática. Es un trozo de tierra rodeado de mar a ambos lados que miles de personas pisan cada año con ganas de echarse un chapuzón muy instagrameable


2. Rutas fáciles por Collserola

Montaña sin salir de Barcelona

¿Eres de los que en verano no hace vacaciones? Collserola es tu salvación: accesible en transporte público, con zonas de aparcamiento y perfecto para respirar un poco de aire puro mientras te tragas jornadas laborales a temperaturas extremas. Apunta algunas de las más agradecidas.

Reabre el mirador de la Torre de Collserola

Vistas del Tibidabo desde el mirador de la Torre de Collserola. / Irene Vilà Capafons

Para empezar, dos clásicos: las que suben hasta Tibidabo y la torre de Collserola. Son imperdibles, fáciles (más allá de lo que te canse la pendiente en pleno agosto) y están tan bien comunicadas en transporte público que no hace falta que las hagas circulares, puedes coger funicular o bus para ahorrarte trozos de la caminata

Además, ambas rutas están de estreno. La torre, tras cuatro años echado el cierre, este verano vuelve a abrir las puertas de su mirador, el más alto de Barcelona, a 560 metros sobre el nivel del mar. Una estampa instagrameable, con tarifa general de 5,60 euros que abre de miércoles a domingo, y solo tres horas al día, de 12h a 15h. Y el Tibidabo también estrena un nuevo mirador… más o menos. Es Merlí, una nueva caída libre a 52 metros de altura sobre la ciudad de Barcelona con vistas increíbles de la ciudad (aunque sea durante unos segundos).

Barbacoas del Torrent de Can Coll.

Barbacoas del Torrent de Can Coll. / Parc Natural de Collserola

Otra ruta en Collserola, que cuenta con un riachuelo, paisajes verdes y una buena barbacoa. El trayecto empieza en Les Planes, accesible con FGC, y sigue por los bosques de Collserola y la Riera de Vallvidrera (o Rierada). Depende cuánto quieras alargarla puedes llegar al Gorg de Can Busquets o el salto de agua de Molins de Rei. La ruta empieza y acaba al lado del merendero Font de Les Planes, para acabar la caminata pegándoos un buen banquete a la barbacoa, ya sea trayendo la comida de casa y haciéndola en sus brasas, o pidiéndoles a la carta.

¿Más rutitas con barbacoa veraniega? Cerca de Cerdanyola del Vallès está el Torrent de Can Coll, una zona recreativa con barbacoas, parrillas y venta de leña y cartón que coge el nombre por el torrente que baña la zona -al menos, durante las épocas menos duras del verano o la sequía-.


3. Pueblos del Pirineo

Turismo para huir del calor

Para una escapadita de un par de días, vete al Pirineo. Las temperaturas, significativamente más bajas que en la capital, servirán de respiro de este horno pirolítico que algunos llaman Barcelona. Por ejemplo, ve a la Vall de Boí (a unas tres horas y media en coche). Es un impresionante valle lleno de románico (sí, las obras más emblemáticas del MNAC salen de aquí), naturaleza y decenas de rutas para conocer las montañas a fondo. En WikiLoc, la Wikipedia de los senderistas, las tienes todas más que documentadas.

La iglesia románica de Arties sobresale entre las casas de piedra.

La iglesia románica de Arties sobresale entre las casas de piedra. / Archivo

Otro valle pirenaico si hay más días libres (son más de 4 h de coche): la Val d’Aran. Aquí se te escaparán decenas de ‘camacu’ por minuto. En este valle todo es bonito, empezando por la capital, Vielha, que cuenta con un casco antiguo cruzado por el río Nere, que deja una estampa irresistible para los adictos al postureo. En los alrededores de la capital hay muchos más pueblos que parecen sacados de un cuento. Desde cascos antiguos construidos alrededor de ríos hasta municipios con templos e iglesias medievales, es un paraíso monísimo ideal para hacer excursiones. Por ejemplo, Arties, con monumentos románicos y góticos, Salardú, con una impresionante iglesia medieval o Bagerque, el pueblo más alto de la Val d’Aran.


4. Hayedos de Catalunya

Rutas a la sombra

El senderismo es divertido, pero hacer una ruta en pleno agosto por una pista forestal es sinónimo de acabar más quemado que un becario en su primer empleo. Por eso gustan tanto los bosques en verano: un paseíto a la sombra, huyendo lo máximo posible del sol, en un entorno a prueba incluso de olas de calor

Un rincón de la Fageda d'en Jordà, en la Garrotxa.

Un rincón de la Fageda d'en Jordà, en la Garrotxa. / Archivo

Las montañas catalanas esconden auténticas joyas boscosas que satisfarán hasta el paladar más exquisito en ‘stories’, pero, sin duda, las más populares son los hayedos. La joya de la corona, y la más visitada: la Fageda d’en Jordà, a 1 hora y media de Barcelona. Igual de espectaculares, la Fageda de la Grevolosa (en Osona, a 1 h), Fageda del Retaule (Montsià, a casi 3 h), la Fageda de Santa Fe y el Turó de Maçaners (ambos hayedos en el Montseny, a más de 1 h) o la fageda de Gresolet (Berguedà, a más de 2 h). Un buen tute en coche, pero vale la pena.

Suscríbete para seguir leyendo