Conde del asalto

Tours Increíbles por Barcelona: paseos entre dinosaurios y vinos en catacumbas

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Tour de EL PERIÓDICO por la selva tropical del 'Jurásico' de Golden Pop, en el Eixample.

Tour de EL PERIÓDICO por la selva tropical del 'Jurásico' de Golden Pop, en el Eixample. / JORDI OTIX

Miqui Otero

Miqui Otero

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Si de repente el vaso de agua que tienes ante ti, posado encima de la mesa de la terraza, empieza a temblar y el agua se alborota y borbotea, lo más normal es que pienses que estás justo encima de una estación de metro y que el ferrocarril acaba de pasar, o que alguien ha dado una patada a la pata de la mesa, o que arranca algún tipo de terremoto de baja intensidad.

Sin embargo, hay una persona en Barcelona que ante ese vaso de agua con tembleque gritaría esto: “¡Corre! ¡Que vienen los dinosaurios!”.

Esa persona se llama Ana Sánchez y la conoceréis porque no solo está al frente de este suplemento, sino que escribe sus crónicas más divertidas. Con ella no vas a quedar para tomar un vermú en una terraza de un chaflán o para ir al estreno de la nueva de Hollywood o para plantar una sombrilla en la Barceloneta. Es decir, no vas a hacer lo que todo el mundo hace. Las quedadas con Ana son algo así como ir al bingo: sabes cómo entras, pero no cómo vas a salir (y, en cualquier caso, lo harás con un regalo).

En las catacumbas de Golden Pop.

En las catacumbas de Golden Pop. / JORDI OTIX

Si alguna vez quedáis con ella, recomiendo calzado cómodo, muñequeras, barritas energéticas, antecedentes penales limpios, estampitas de la Virgen. Porque cinco minutos después de verla es muy probable que estéis lanzando hachas a un panel de madera, saludando a Voldemort o montados en una bici dentro de una discoteca.

No es una metáfora. No es una forma de hablar. Si quedáis con ella, cualquier puerta es una puerta a lo desconocido. Normalmente, las puertas en Barcelona lo que esconden es un bazar de baratijas, una casa de las carcasas o un 365.

A las puertas del 'Jurásico' de Golden Pop.

A las puertas del 'Jurásico' de Golden Pop. / Jordi Otix

Pero una ciudad depende también de quién la mira y de si mira donde nadie ve nada. Bien, pues si algún día quedáis con Ana, id preparados: podéis acabar sin respiración. Literalmente. Porque puede que os lleve a un club de apnea o a un taller de dar abrazos donde alguien se exceda o a conocer a su pitón favorita. Pero es que tanto podéis comer una milanesa en un museo donde Belén Esteban ocupa el lugar de Jordi Pujol (recordemos cuando los restaurantes rurales tenían siempre una foto del honorable) como zampar un cruasán de un kilo de peso. No esperéis bailar en una discoteca al uso: es probable que lo acabéis haciendo en un probador de una tienda de ropa. Si al cabo de media hora tenéis una katana en las manos no os preguntéis: ¿cómo ha llegado hasta aquí? Aunque puede que acabéis avistando ballenas en algún lugar del puerto.

El T-Rex de bienvenida, a la puerta de Golden Pop.

Un T-Rex da la bienvenida a los Tours Increíbles de EL PERIÓDICO, a la puerta de Golden Pop. / JORDI OTIX

El otro día, sin ir más lejos, quedamos con ella y cuando llegaba al punto de encuentro vi a un dinosaurio leyendo un ejemplar de papel de El Periódico. La verdad es que ni me inmuté. Un día más en la oficina de Ana Sánchez. Entraba dentro de la lógica de quedar con Ana, algo que sabréis si quedáis con ella. La puerta parecía la de un cine, pero nada más atravesarla me vi en una selva tropical de 400 metros cuadrados persiguiendo un huevo y siendo perseguido por un velocirráptor. Lo normal, vaya, si quedas con Ana. A continuación me estaba preguntando, con una calavera en la mano, si Belcebú tiene cuernos y cuando aún no había encontrado la respuesta se abría en el techo de la catacumba un escotillón y me servían un vino tinto delicioso.

Una botella de vino aparece del techo en las catacumbas.

Una botella de vino aparece del techo en las catacumbas. / JORDI OTIX

Nada extraño, vaya, si algún día quedáis con Ana. ¡Pero un momento! Es que ya podéis quedar con Ana. Ha montado los Tours Increíbles para lectores de este diario. Os convoca para llevaros a todos estos secretos y muchos más, en cada barrio de la ciudad. Ni se os ocurra abrir esa puerta. ¡Era un secreto!

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