Costa Daurada: Un paraíso mediterráneo

Calles empedradas, castillos medievales, calas recónditas y acantilados que se hunden en aguas cristalinas. Podríamos estar hablando de cualquier pueblo de la Costa Brava, pero no. Y es que los veranos de anuncio tienen otros escenarios más allá de Cadaqués, Calella de Palafrugell y Pals. Concretamente, el litoral de Tarragona esconde algunos de los parajes más pintorescos de Catalunya.

A menos de una hora de Barcelona, la Costa Daurada ofrece una combinación de paisajes de ensueño y gastronomía de alto nivel que culmina en una de las mejores postales de la región. La Costa Daurada, que se extiende desde Cunit hasta Alcanar, es el destino ideal para quienes buscan unas vacaciones llenas de sol, cultura y entretenimiento.

Entre dorados y azules, se esconde una infinidad de rincones que aún preservan su naturaleza, sorteando el crecimiento turístico que ha experimentado la región en las últimas décadas. Dunas, acantilados, estanques de agua salobre, bosques mediterráneos, zonas encharcadas y humedales. Son algunos de los espacios protegidos que conforman parajes naturales como las dunas de la Playa de Torredembarra, la desembocadura del río Gaià, y la pequeña laguna litoral de la Pineda, entre muchos otros.

Un paisaje que marida a la perfección con la gastronomía que caracteriza este territorio. La gastronomía de la Costa Daurada es un reflejo de su privilegiada ubicación junto al mar y su fértil interior. Los productos del mar son protagonistas en muchos platos, con el puerto de Cambrils siendo un destacado centro pesquero. Aquí, las gambas, los mejillones y otros mariscos frescos son la base de platos como el suquet de peix.

Los restaurantes locales, muchos de ellos con estrellas Michelin, ofrecen menús que maridan a la perfección con los vinos de la región. Platos como la fideuà o el arrossejat encuentran en los vinos blancos y rosados de la DO Tarragona sus mejores acompañantes. Para los amantes del vino tinto, los potentes y estructurados vinos del Priorat son ideales para acompañar carnes a la brasa y guisos ricos.

Finalmente, la Costa Daurada ofrece rutas de senderismo de una belleza incalculable. Sus caminos de ronda, aparte de entrelazar los pueblos, invitan a paseos románticos y atardeceres de película frente al mar. Algunos de los tramos que más vale la pena recorrer son el que conecta Altafulla y Torredembarra, característico por sus acantilados de roca roja; el de l'Ametlla de Mar y l'Ampolla, que aglutina 16 kilómetros de calas solitarias y que se ha convertido en uno de los más bien protegidos de Catalunya; y el que transcurre en Salou, desde Els Pilons hasta el faro, que transita por la playa de los Capellans, la cala Llenguadets y la playa Llarga.

Altafulla - Patrimonio histórico

Altafulla combina playas doradas con un rico patrimonio histórico. Sus calles empedradas conforman uno de los cascos históricos más bonitos de la región. La Playa de Altafulla es ideal para relajarse, mientras que la Villa Romana dels Munts, es una de las villas aristocráticas mejor conservadas de la Hispania romana.

Tamarit - Pueblo de postal

Tamarit es conocido por su espectacular castillo junto al mar, el Castillo de Tamarit, que se erige majestuosamente sobre una playa de arena dorada. La fortificación data del siglo XI y fue construido para defender la costa de los ataques piratas. Este pequeño pueblo ofrece un ambiente tranquilo y vistas impresionantes del Mediterráneo.

Cambrils - Tradición pesquera

Conocida como la capital gastronómica de la región, Cambrils alberga una gran cantidad de restaurantes, que destacan, especialmente, por sus platos de mariscos y pescados frescos. El puerto pesquero, activo y lleno de vida, es el corazón del pueblo, donde cada día llegan barcos cargados con los mejores productos del mar.