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45 años de 'Caniche': algunos recuerdos de la Barcelona de Bigas Luna 

Recordamos algunos de los lugares de la ciudad (y algo más allá) capturados por la mirada estilizada del director de 'Jamón, jamón'

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Uno de los protagonistas de 'Caniche', clásico de culto de Bigas Luna

Uno de los protagonistas de 'Caniche', clásico de culto de Bigas Luna / Archivo

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

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La semana pasada hablábamos un poco sobre Dalí y a él volvemos, en cierto modo. Esta semana se cumplen 45 años del estreno de 'Caniche' (1979), clásico de culto de Bigas Luna con inspiración en un comentado episodio de la vida de Salvador y Gala. Al final de un verano debían ausentarse de su casa en Portlligat y debían meditar qué hacer con su conejo amaestrado. Al parecer, no le buscaron nuevo hogar, sino que… se lo comieron vestidos de gala. 

Impactado por aquello, Bigas escribió la aún más cruenta historia de Bernardo (Àngel Jové) y Eloisa (Consol Tura), dos hermanos que comparten una desvencijada casa de la zona alta de Barcelona, todo lo que les queda de una herencia familiar, con el caniche del título, de nombre Dany, para más señas. Son las seis patas de un ecosistema opresivo, endogámico, donde el perro ejerce como catalizador de deseos prohibidos. En la secuencia después de cierta catarsis, Dany aprovechaba una visita del veterinario Alberto (Cruz Tobar) para escapar de la segunda casa de la película, mucho más lujosa, y lanzarse a correr por las calles de Barcelona, donde acababa siendo rescatado por un par de señoras. 

De Vallvidrera a la Casa Vicens

Pero el cineasta barcelonés exploró su ciudad más a conciencia, buscando de paso los contrastes, en otros títulos, empezando por su primer largo, 'Tatuaje' (1976), debut cinematográfico de Pepe Carvalho, que aquí tenía casa en Vallvidrera. En la posterior 'Bilbao' (1978), la prostituta titular, objeto de deseo del incómodo protagonista (también Àngel Jové), trabaja como bailarina en un club de estriptís que, aunque no se acabe de leer el rótulo, es (al menos por fuera) el Panam's de la Rambla. Al principio de la película veíamos la calle Escudellers, con sus carteles luminosos de, por ejemplo, el restaurante Los Caracoles, el Hotel Zurbano y la sala Kit Kat, un templo del jazz en los sesenta. Además, ese obsesivo protagonista a lo Travis Bickle de 'Taxi driver' se daba un paseo por la Avinguda de la Llum, antiguas galerías subterráneas de la calle Pelai. 

Ya en la década siguiente, Luna aprovechó el melodrama erótico 'Lola' (1986) para inmortalizar la mítica cafetería-restaurante Cosmos, ubicada hasta 2019 en la esquina de la Rambla con la misma Escudellers. Buscando un internacionalismo medio anónimo, en la extraordinaria 'Angustia' (1987) esquivó premeditadamente las marcas más claras de la ciudad, pero la mansión de los personajes centrales es la reconocible Casa Vicens

Más allá de Barcelona

En la época más comercial de su trayectoria, Luna supo sacar poderío icónico a paisajes y referencias de lo más diversos, del desierto de los Monegros ('Jamón, jamón') al fálico Gran Hotel Bali de Benidorm ('Huevos de oro'); de las playas del Baix Llobregat ('La teta y la luna') y Dénia ('Son de mar') al centro comercial Les Gavarres de Reus ('Yo soy la Juani'). Su mirada fetichista y estilizada lo convertía todo, especialmente lo más corriente, en cinematográfico, sensual e imposible de denostar.

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