Los dos mejores bocadillos de milanesa de Barcelona

La milanesa vive un momento dulce en Barcelona. Esta sábana de carne rebozada tan venerada en Argentina se ha hecho un amplio hueco en la oferta gastronómica barcelonesa. Hasta se volvió mediática hace unos meses, después de que una colérica Belén Esteban pusiera en el ojo del huracán cierto restaurante de milanesas dedicado a su egregia persona. Era de esperar que el invento diera el salto al formato bocadillo para reivindicarse como un nuevo talismán 'street food'. 

El Bar Roma (València, 104) tiene gran parte del mérito de que el bocadillo de milanesa se haya convertido en un objeto de deseo para los barceloneses. En este bar de bocadillos top y tapas morrocotudas (croquetas y ensaladilla, obligatorias), decidieron poner una jugosa milanesa entre dos piezas de brioche. Le añadieron lechuga crujiente, tomate fresco y mayonesa. Y generaron una ola de entusiasmo justificada: es uno de los mejores bocadillos de Barcelona con diferencia. El combo de ingredientes funciona. La calidad de la carne, que rebasa los límites del bocadillo, se une a la frescura de los ingredientes y a la untuosidad adictiva del pan. Se esfuma de nuestro plano existencial en segundos y deja una sinfonía de gemidos mientras se evapora del plato.  

En el nuevo restaurante-bocadillería Fábula (General Mitre, 243) también han apostado por introducir una sabrosa milanesa entre dos panes. La pieza es de black angus, está deliciosa y se pone juguetona cuando entra en juego el crujiente del rebozado.

El brioche es el continente elegido: en sus adentros, envolviendo la carne, un buen tomate, un refrescante toque vegetal y una mayonesa de kimchi indecentemente buena. Este sanguche es producto de muchas probaturas, un diseño tan perfecto como efímero. Mejor acompañarlo con las croquetas, las gildas con calabacín o la rusa con pan tostado: así dura más. 

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