Santuarios heladeros

Las 3 mejores heladerías de autor de Barcelona que te salvarán el verano

Aquí encontrarás experimentos frutales, sabores locos y hasta bocadillos de brioche

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Bocadillo de Da Gallo.

Bocadillo de Da Gallo. / MoneoMoneo

Òscar Broc

Òscar Broc

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Las bicicletas son para el verano, dicen. Prefiero los helados. Son más baratos, no te hacen sudar como un wookie en Irak y no se saltan los semáforos. Con este calor pegajoso, solo un demente le diría que no a un buen cucurucho relleno de cremosa ambrosía. Pero hay que saber buscar y no dejarse seducir por esas cubetas hipertrofiadas con helados hinchados a base de colorantes y otras lindezas artificiales. Monstruosidades coronadas con barritas de Kinder y otras cerdadas. Aquí van tres lugares que son de fiar.

Mi heladería favorita de Barcelona es Paral•lelo, un santuario heladero que te enamora con producto fresco de temporada, elaboraciones artesanales y mucha mesura con el azúcar. Pocas heladerías de Barcelona tocan tan de cerca la excelencia. Los helados de fruta de Paral•lelo saben a (¡sorpresa!) fruta de verdad. La textura es cremosísima y se notan las toneladas de amor y dedicación que les echan. Además, les gusta poner a prueba al cliente más intrépido con sabores locos, como el helado de gorgonzola con habanero. Tiene dos tiendas, una en Gràcia y otra en la derecha del Eixample (Ausiàs Marc, 55. Sèneca, 18).  

Las dos heladerías italianas Da Gallo (Mallorca, 227. Canvis Vells, 2) también son trincheras de visita obligada. Tradición y rigor siciliano. Helados extremadamente cremosos, elaborados con producto de mucha calidad, como los pistachos que dan vida a uno de sus sabores más queridos. Te puedes comer sus creaciones en un gofre o en un bocadillo de brioche. Ni se te ocurra abandonar las instalaciones sin varios cannoli en la bolsa o en el estómago; bordan este dulce italiano tan pecaminoso. Y pregunta por la granita: fliparás. 

En la heladería Selvática (Martínez de la Rosa, 65), que cumple seis años, tampoco se utilizan artificios para convencer: sus helados y sorbetes artesanales están hechos con producto fresco, de calidad, sin ayuditas innecesarias. Su catálogo impresiona con los experimentos frutales. Sensacional helado de piña, albahaca y kiwi. Muy refescante el de sandía, fresa y yuzu. Por cierto, tiene uno de los mejores helados de pistacho de Gràcia.