De tapas gourmet

Los gastro 'hits' del verano: los mejores platos fríos de Barcelona

El cuerpo te pide recetas frescas: ensaladilla, esqueixada, huevos rellenos, ajoblanco, ceviche, gazpacho. Tapas frías de corazón muy caliente

Tartar de La Tartareria.

Tartar de La Tartareria. / Instagram

Òscar Broc

Òscar Broc

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hace calor, hace calor… Ya avisaban Los Rodríguez: la canícula enseña la patita. Hay que prepararse. Es la hora de apostar por la cocina fría, no vayas a espicharla por combustión espontánea después de engullir una fabada. Nada en la mesa debe estar por encima de la temperatura ambiente. Las células nos piden recetas frescas: ensaladilla, esqueixada, huevos rellenos, ajoblanco, ceviche, gazpacho… En estos lugares, encontrarás deliciosas tapas y platos fríos de corazón muy caliente

1. Huevos rellenos

Placer ovoide

Benditto (Bailén, 158) es el Valhalla de los platos fríos. En esta gastro-vermutería italiana se tercian platillos con ingredientes italianos que impactan en las papilas como un croché de Mike Tyson. La 'sbriciolana', un embutido potentísimo no apto para cardíacos. La tostada de mejillones ahumados en escabeche con apio e hinojo. Pero vamos a lo que vamos, una de las tapas veraniegas por excelencia: los huevos rellenos. En Benditto los trufan de ensaladilla picante de buey de mar y los coronan con mahonesa de albahaca: esponjosos, frescos y pecaminosos a más no poder. 


2. Tartar

Crudo y delicado 

Las acciones de los tartares de pescado se disparan cuando llega el calor. Puedes ir al sitio de siempre a comerte el tartar de atún con aguacate de siempre, o puedes explorar nuevos horizontes en La Tartareria (Muntaner, 26), un restaurante que se ha consagrado a los crudos y factura unos tartares de pescado y marisco de autor que servidor ubicaría entre los mejores de la ciudad.  

Aquí uno se sumerge en alguno de sus menús degustación y ya no quiere volver a la realidad: tartar de lubina, de vieira, de carabinero, de gamba, de pez limón… Pocas manos como las del chef Pedro Silva para desintoxicarte del binomio atún-aguacate. Sí, se puede. 


3. Ajoblanco y embutidos de pescado

Mortadela marinera

En Fishology (Diputació, 73) le sacan todo el partido al pescado. Y hacen virguerías con todo lo que sale del agua : lo más llamativo es su apartado de charcutería marina. Una tabla fría en la que encontrarás jamón de atún rojo, fuet de bonito, terrina de cabeza de pulpo o ¡lardo de ventresca de pez espada! También le dan una vuelta al ajoblanco y facturan uno de los bocados veraniegos más sofisticados que he probado: con leche de coco, salvia y caballa en semiconserva. Muy recomendable dejarse llevar por los menús degustación para no naufragar. Gran restaurante.  


4. Esqueixada

De toda la vida

La esqueixada está más presente en nuestra imaginería veraniega que la bicicleta del Piraña. En Insolent (Maspons, 11) se han inventado una esqueixada de rape con gelatina de tomate, cherry seco, olivada, mermelada de higo, y aire de vinagre. Es un plato goloso, equilibrado y de corta vida: se esfuma en dos pestañeos de lo rico que ésta.

Para una esqueixada de bacalao canónica, todos los caminos conducen a Bodega Sepúlveda (Sepúlveda, 173). Su fórmula de ‘tota la vida’ es un caramelo; las hebras de bacalao tiernísimas, el charco rojo de entrañas de tomate, las aceitunas negras… Para llorar a moco tendido. 


5. Gazpacho/salmorejo

Sopa de amor

En esto del gazpacho es imposible sentar cátedra. Cada uno tiene su punto y de ahí lo bajas. A mí me gustan las cosas simples, y el de Bar Cañete (Unió, 17), servido en copa, me basta para ser feliz. El del restaurante gallego Escairón es también legendario entre los sibaritas de esta sopa vegetal. Por cierto, si buscas emociones fuertes made in Andalucía, asómate al salmorejo de la tortillería Flash Flash (Granada del Penedés, 25) ; bien de tomate, bien de huevo duro y bien de jamón.  


6. Ensaladilla rusa

Reina del verano

Barcelona es un océano embravecido de ensaladillas rusas. Cuando llega el verano, se agitan en todas las terrazas como moléculas en un microondas a todo trapo. La que más me ha sorprendido últimamente es la ensaladilla rusa de gamba de Casa Pince (Ferran, 21), joven restaurante que defiende una cocina sencilla de raíces locales en territorio comanche. Está cremosa, está para morirse, tiene tropezones de gamba y lleva una salsa coralina regada con el jugo de la cabeza del crustáceo. Te comerías hasta la vajilla. 


7. Ramen frío

Ramen bajo cero

Había que darle un toque exótico a esta lista, y no se me ocurre mejor plato de verano que el tantanmen frío de Shoronpo (Doctor Rizal, 20), un ramen mayúsculo cuyos protagonistas son el vigoroso caldo y el cerdo salteado. Y lo bien que le sienta el frío, madre mía. Plato único, saciante, sabroso y veraniego a rabiar. Además, lleva la firma de calidad del gran Keita Tanaka. Next. 


8. Ostras y conservas

Rock’n’bígaros

Es un museo del rock’n’roll y una de las bodegas más finas. En el Clot manda el Celler Panotxa (Sant Joan de Malta, 53), con su muñeco de Eddie, la mascota de Iron Maiden colgando del techo, y la sabiduría y locuacidad de su maestro de ceremonias, David Huerta, un experto conocedor del mundo del vino y la burbuja. De la cocina despegan fríos vermuteros de entidad. La selección de conservas es exquisita. Las ostras son de premio. Hay caviar. Hay atún picante. Y es uno de los pocos sitios en los que encontrarás bígaros. Dale candela a sus anchoas y boquerones caseros. Muy heavy.  


9. Ensaladas healthy

Luz verde

Más frescos que Pingu. En este elegante espacio te toparás con una cocina vegetariana sana, moderna, reconfortante y sabrosa. Böhl (Trafalgar, 47). El desfile de propuestas frías es importante: bols de frutas con yogur o açai, kimchi, hummus… Y se salen cuando se ponen con las ensaladas. Atención a la de quinoa, rúcula, espinacas, verduras y hummus. ¿Y esa maravilla con legumbres, rúcula, muhamara, coliflor especiada y granola salada? No obstante, me quedo con su ensalada verde. Más verde que las nalgas de Hulk. Se llama Green Goddess y lleva mézclum, aguacate, germinados, tirabeques, espárragos, hinojo, almendras y vinagreta de mostaza: morirás por sobredosis de salud. 


10. Ceviche

Lluvia ácida

Soy un enfermo del ceviche mexicano, que me perdonen en Lima. Cuando quiero algo casual y rápido, Costa Pacífico (Pza. Sant Agustí Vell, 13) me suele acoger en las profundidades del Born con su ceviche verde de pescado (con refrescantes hebras de manzana verde) o con su delicioso cóctel de camarón.

También en la mezcalería Quiote (Calàbria, 98) pillarás cacho mexicano: el ceviche y el Vuelve a la Vida, obligatorios. En el equipo de Perú no hay color: siempre ganan los ceviches de alta calidad (y altos precios) de Yakumanka (València, 207). 

Suscríbete para seguir leyendo