Guía nocturna a prueba de canas

Dónde comer, beber y bailar en Barcelona a partir de los 40 años

En estos locales uno no se siente tan 'boomer'. Hay buena comida, cócteles de autor y 'hits' musicales que hacen salivar a los cuarentañeros

Las mejores terrazas de Barcelona cuarentones 'friendly'

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Cartel en la puerta de entrada de Muticlub.

Cartel en la puerta de entrada de Muticlub. / Muticlub

Òscar Broc

Òscar Broc

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Los 40 son los nuevos 30, aunque las resacas no son las que tenías hace diez años. Hay que celebrar la entrada en la mediana edad, porque ya se sabe: dentro de cien años, todos calvos. Los cuarentones de ahora ya no son los del siglo pasado. No hemos perdido todavía la alegría de vivir, y tenemos todo el derecho a divertirnos. Si estás en los cuarenta y tantos y crees que la noche barcelonesa te ha dejado de lado, en estos locales encontrarás todo lo que necesitas: buena comida, cócteles y los 'hits' musicales de tu rollo. Solo se vive una vez, que dirían Azúcar Moreno... Uf, qué referente tan 'boomer'. 

1. 40 para arriba

Vinos y cócteles

Muticlub (Còrsega, 318) se enorgullece de aglutinar clientela de cuarenta para arriba. El incansable Kim Díaz (Entrepanes Díaz, Bar Mut) puso en práctica un modelo de negocio orientado sin rubor a un público de mediana edad con aires de gresca. Y acertó. De ahí que este elegante espacio sea una amalgama de club, coctelería y restaurante.

Los aperitivos y platillos de la casa son solo la punta del iceberg, de hecho Muticlub es el local de Barcelona que ha apostado con más ahínco por los cócteles con vino, un formato exótico en la ciudad que inunda su carta en distintas formas y sabores. Cristina Bruno maneja los alcoholes en la barra, es una institución en este campo. Si hay dudas, ella te aconsejará. Y si quieres agitar el cuerpo, DJ Morti se encargará de ponerte la alfombra roja para que te contonees con 'hits' pretéritos. Arroja las pantuflas por la ventana, quítate ese batín horroroso y sal a la calle: nunca es tarde para entrar en Muticlub.


2. Show must go on

Tuset vibes

Cena-espectáculo en Gatsby.

Cena-espectáculo en Gatsby. / Instagram

Lujo para adultos. Gatsby (Tuset, 19) no está hecho para tu sobrino reguetonero. Ubicado en el meollo high class de la calle Tuset, este chispeante espacio es una fiesta (de alto copete) desde que entras hasta que sales. No en balde, es el máximo referente en materia de cenas-espectáculo de Barcelona. En la carta, cocina mediterránea con toques de autor y alguna concesión internacional: arroz meloso, chuletón, cordero a baja temperatura, suprema de lubina… Y mientras cenas, te sumerges en un espectáculo musical con cuerpo de baile y números acrobáticos.

Cuando termina el ágape, es el turno del DJ, cuya misión es ponerle 3 en 1 a las bisagras del personal hasta la madrugada: puedes bailar o puedes observar el partido desde tu mesa, botella de cava en mano. Por cierto, si te gusta la comida japonesa, en Gatsby se esconde Jay’s Japanese, un espacio privado para ver los toros desde la barrera y decidir si te unes o no al despiporre. 


3. En las alturas

Papi cool

Concierto en la terraza del Pulitzer.

Concierto en la terraza del Pulitzer. / Hotel Pulitzer

Los cuarenta no perdonan, especialmente el viernes por la tarde, cuando llegas a casa más maltrecho que la bayeta de la taberna de Moe. Afortunadamente, Barcelona tiene excusas más que buenas para que te reactives cual boxeador al que le han dado sales de amoniaco. En el hotel Pulitzer (Bergara, 8) han patentado el hashtag #BuenastardesPulitzer, una fórmula de tardeo-noche en su rooftop que funciona desde hace 11 años.

El sol, las vistas, los cócteles de autor, la programación musical y la gastronomía conforman un pack al que cuesta negarse. Además, esta temporada, cada mes rendirán un homenaje gastronómico a un país diferente: en junio, toca España, con la croqueta como protagonista. Apuntad, maduritos modernos: de miércoles a domingo, hasta octubre, cuentan con una jugosa programación de DJs locales, por si os da por soltar un par de perreos. Para papás y mamás muy cool.


4. Cócteles & boîte

Desmelene controlado

Como el propio nombre del local indica, hay que ir piano, piano. Sin prisas. En Slow (París, 186) se impone una coctelería de autor con historia y mucho trabajo detrás de cada creación. Aquí se manipulan cócteles como si fueran diamantes. Y la parranda se desata cuando Slow muestra su cara más discotequera.

De jueves a sábado podrás encontrar música en directo o sesiones de DJ para que le des un poco de caña a esa ciática. Es un win-win de libro: la suma de cócteles de autor y boîte con guiños a los cuarentones es demasiado poderosa como para quedarse en casa viendo 'Mi reno de peluche'. Lento pero seguro. 


5. Maridaje de cócteles

La noche es joven

La coctelería de The Alchemix (València, 212) es creativa no, lo siguiente. Apunta claramente a un público adulto, con posibles y muchas ganas de jugar. El formato que en su día inventó el bartender Ignacio Ussía (Via Venetto, Ideal Cocktail Bar) se ha afianzado con el paso de los años y goza de un éxito muy merecido. En la barra de The Alchemix podrás darle amor a sus cócteles de película con presentaciones imposibles. Recordemos que aquí se inventó el cóctel Señora Potts y el Pequeño Chip, fotografiado hasta la saciedad.

Y podrás bailar, si te apetece, al ritmo de los 'hits'. Y si ruge el estómago, también en la barra podrás zamparte los deliciosos bocados que hay en carta. Eso sí, para una noche más completa, en el salón interior te espera The Alchemix Experience, un largo menú degustación con, atención, ¡maridaje de mini-cócteles! Para este menú es imprescindible reservar antes, pues tiene plazas muy limitadas. 


6. Estilo italiano

Club di mare

Velissima (Passeig Joan de Borbó, 103) puede sacar pecho: su terraza con vistas al mar es de otro planeta, sin duda uno de sus mayores reclamos. En este restaurante italiano se celebra la vida a lo grande, quizás por eso, los precios no son precisamente populares. Sus platos de pasta y delicias transalpinas son pecados de alto voltaje, y la lujuria se paga.

Un espacio de tal magnitud, no se podía desaprovechar, por eso, los fines de semana en Velissima se alarga la noche hasta la madrugada, se bajan las luces, la música llena el local y los cócteles de autor de la casa sobrevuelan las coronillas de los parroquianos. Si metes a un miembro de la Generación Zeta en este sarao, le sale el cerebro por las orejas. 


7. Sótano mágico

Flores y cócteles

Amparada por un éxito rutilante en Argentina, Florería Atlántico (Marquès de l’Argentera, 19) aterrizó en el Born blandiendo una coctelería de autor fresca, viajera, divertida, técnica, con una buena historia detrás de cada copa. Está escondida en el sótano de la Brasería Atlántico a modo de 'speak easy' y es un espacio irreal, presidido por el esqueleto de un monstruo mitológico.

Una fórmula podría ser cenita tranquila en la brasería y huida furtiva al sótano, para desbarrar un poco, bailar al ritmo del DJ y alcanzar el nirvana con las copas salvajes que han salido de la cabeza del premiado bartender Tato Giovannoni. Otra opción, para los más comodones, sería bajar directamente a la Florería y combinar las bebidas con su carta de aperitivos y platos de vocación internacional. 


8. Copazos de lujo

En vivo y en directo

La última copa de la noche no tiene por qué acaecer en un bar ruidoso y caótico. Para eso se creó Nuts (Muntaner, 147), la coctelería imaginada por los prestigiosos diseñadores Josep Maria Morera y Lázaro Rosa-Violán, cuyo exquisito gusto queda plasmado en una decoración mágica, lynchiana, abigarrada, deliciosamente recargada.

Por la noche, los cócteles premium se combinan con animados directos de jazz con vocalista, actuaciones que triunfan cosa mala los fines de semana. Y si te va al 'afterwork', a lo mejor hasta te empujas unas ostras. Nuts es un cruce de coctelería señorial, museo de antigüedades y bar musical. Clientela talludita y con pasta; el lujo y la música en vivo cuestan dinero. 

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