Bueno y barato

Dónde comer bien en Barcelona por no más 15 euros

¿Es posible empezar la Operación Ahorro para los regalos navideños sin reprimir tus pulsiones 'foodies'? Estos son los restaurantes con la mejor relación calidad-precio de Barcelona. Buenos y baratos

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Los 'peus i tripa' de cordero de Bo de Bernat.

Los 'peus i tripa' de cordero de Bo de Bernat. / Laura Guerrero

Òscar Broc

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La escalada de precios es inversamente proporcional a la curva de tu economía. Todo está cada vez más caro y tú notas cada vez menos calderilla en el bolsillo. Por si fuera poco, la Navidad parece haber comenzado, al menos para Xavier García Albiol, y será mejor que ahorres un poco, si no quieres que Sant Claus deje un puñado de regalos del Todo a 1 Euro a tus familiares. ¿Es posible dejar de gastar a lo loco sin reprimir tus pulsiones 'foodies'? Toma, claro. En estos restaurantes podrás empezar tu Operación Ahorro sin renunciar a tus caprichos culinarios. Y sin recurrir al menú del día; el más difícil todavía. Con unos 15 euros en el zurrón, te bastará para llegar a la cuesta de enero… Y vuelta a empezar.  

1. Chup-chup barato

RCP inmejorable

Puede ser que en la composición de su pizarra reverbere el espíritu del Gelida, no en balde, el alma mater de Bo de Bernat (Urgell, 27) trabajó en tan ínclita cocina. De ahí que el recetario popular catalán adquiera tintes épicos en esta santa casa que funciona con carta y/o pizarra.

El comedor y una pizarra de Bo de Bernat.

El comedor y una pizarra de Bo de Bernat. / Laura Guerrero

Por cierto, tan o más placenteros resultan los precios, impensables para un restaurante de tanta calidad en un barrio como Sant Antoni. En Bo de Bernat te explotará el primer botón de los Levi’s por no más de 15 euros.

Fricandó estelar con papas fritas cortadas a mano por 5,80 €. Tortilla de dos huevos con ‘rovellons’ por 4,75 €. 'Capipota' por 5,50 €… El sábado, a las 14.30 h, hay más cola que en la tienda de Lego. La mejor relación-calidad precio del barrio al servicio de una clientela que se apunta al lema de Mediamarkt: Yo no soy tonto. 


2. Platazo combinado

Clásico popular

Platos combinados del Tomàs de Sarrià.

Platos combinados del Tomàs de Sarrià. / Instagram

Sería el 'Titanic' de las patatas bravas barcelonesas, si el 'Titanic' no se hubiera hundido. Hace falta algo más que un iceberg para tumbar al Tomàs de Sarrià (Major de Sarrià, 49). Conocido por sus inmortales bravas (2,90€ la ración), el Tomàs es un lugar estupendo para comer rápido, bien, grasiento y barato. En esta catedral de la tapa y la fritanga puedes recurrir a un clásico español a reivindicar en tiempos de poke: el plato combinado. Los precios de sus famosos combinados son populares (entre 7 y 11 €), y te puedes empujar una botifarra, una hamburguesa, un bistec, unas albóndigas o una pechuga de pollo con sus correspondientes huevos fritos y bravas de la casa. Si tu límite son 15 monedas, te da para postre y trifásico.


3. Smash por menos

Muerte al Happy Meal

'Smash' de Antonia’s Burger

'Smash' de Antonia’s Burger / Instagram

Podrías pagar una millonada por una triple burger trufada con foie e higadillos de colibrí alirroto, o podrías apretar el botón del sentido común y darle una oportunidad a Antonia’s Burger. Con tres locales en activo ya en la ciudad (Teodora Lamadrid, 1/ Pepe Rubianes, 37/ Canalejas, 20), la escudería Antonia’s juega con una carta reducida a la mínima expresión y unas 'smash burgers' deliciosas que se deshacen en tu boca, no en tu mano. La 'smash' básica, con un disco de 100 gramos, cuesta solo 6 euros. Si le sumas patatas (3,50 la ración) y bebida, voilà, por bastante menos de 15 euros habrás comido en una de las mejores hamburgueserías de Barcelona. Ni el Mago Pop. 


4. Sin menú del día

Cazuela para todos

No hay menú del día y sanseacabó. Es una pizarra legendaria la que manda en Portolés (Diputació, 375). Los platos se acumulan en el encerado (cuento unos 50) y concitan la atención del respetable, siempre numeroso a la hora de comer. Aquí no hay secretitos, solo cocina catalana tradicional hecha con mucho 'seny' y pelín de ‘rauxa’. Las ollas y cazuelas burbujean. Y los precios son tremendamente justos. Conejo al ajillo, callos, guisantes con jamón, butifarra con judía, sesos a la romana, sardinas a la plancha, escudella ‘barrejada’

Plato de sesos de cordero a la romana del restaurante Portolés

Plato de sesos de cordero a la romana del restaurante Portolés / Jordi Cotrina

Si sabes combinar bien las piezas de tu menú personalizado, triunfarás por unos 15-18 €. Que empiecen los juegos del hambre


5. Pollos con cabeza

Combo bomba

El bocadillo de pollo frito de Rooq.

El bocadillo de pollo frito de Rooq. / .

No es necesario pagar dinerales por un buen bocadillo de pollo frito. En Rooq (Diputació, 349) llevan demostrando esta máxima desde hace tiempo. El local no tiene un interiorismo moderno, ni vajilla de diseño, pero todo lo que se ahorra en “cosis” repercute en el precio. Y que conste: además de barato, Rooq también es exquisito. Me vuelve loco su bocadillo de pollo frito, una pechuga que marinan durante 16 horas y te saluda en toda su jugosidad bajo una gruesa (y adictiva) capa de rebozado. Las salsas, los encurtidos y el pan son artesanales. Y los precios, terrenales. Los diferentes combos (puedes pedir nuggets) están entre los 10 y los 13 €. El clásico cuesta 11,50 € y consta de una chicken burger, acompañamiento (ahí entrarían las papas) y bebida. La meca del pollo frito barcelonés a menos de 12 € de separación. Suena bien, ¿no?   


6. La crema de Sants

Sabores de siempre

Olvidémonos de sus bocadillos del día, siempre creativos, apetitosos y con el empaque suficiente para llenarte la panza toda la mañana. En la Bodega Montferry (pasaje de Serra i Arola, 13) se obra un milagro cada vez más escaso en Barcelona: dar de comer bien a un precio justo no, justísimo. Seguramente hay bodegas más baratas, pero la relación calidad-precio de esta iglesia de la cocina popular es, a mi modo de ver, la mejor de Sants.

Poca broma, peña, que por unos 15 € te puedes hincar una rusa esplendorosa, unas albóndigas para chuparte las falangetas 'ad infinitum' y una copita de vino, por aquello de que habrá que empujarlo todo, digo yo.  


7. Pollo coreano

Fantasía K-pop

Aunque parezca sacado de una fantasía adolescente K-pop, lo que se cuece en su misteriosa cocina es cosa seria. El pollo frito coreano que factura Oso Familia (Alí Bei, 69) es una golosina irresistible: tiernísimo por dentro, con un rebozado poderoso y especiado, y unas motas mágicas de un polvo picante adictivo. El material es flamígero y barato a rabiar. No hay camareros, te sirven la comida en recipientes de cartón, y lo que se ahorran, te lo ahorras también tú. 

Por 10,90 €, te metes entre pecho y espalda un combo con tres piezas de pollo, ración de fritas, bastones de pasta de arroz (droga durísima), salsa a elegir y refresco. Tienen diferentes combos y precios, incluso puedes pedirlos con alitas. Si vas con 15 € en el bolsillo, remata la faena con el frankfurt con queso en tempura hincado en un palo (y no le cojas el teléfono a tu nutricionista).  


8. Pizzas baratas

Precios napolitanos

La impecable margarita de Da Nanni cuesta 6 euros.

La impecable margarita de Da Nanni cuesta 6 euros. / Instagram

Es fácil preguntarse cómo consiguen ajustar tanto los márgenes sin morir en el intento. Tan fácil como disfrutar de sus pizzas napolitanas. Evidentemente, no juegan en las grandes ligas de La Balmesina, Sartoria Panatieri y compañía, pero te sacan del horno una margarita impecable de 33 centímetros de diámetro por el desconcertante precio de 7 euros. Da Nanni (Rec, 30 / Llibreteria, 10) ha conseguido alcanzar el equilibro perfecto entre ajuste de precios y ajuste de calidad.Y si, por lo que sea, solo tienes un billete pequeño en el bolsillo, mucha calma: la marinara cuesta 6 euros y está buona, buona. 

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