Los 'hits' del verano: platos de Barcelona que no puedes perderte

Si no puedes ir al verano, deja que el verano venga a ti. Regálate unas semanas de 'bon vivant' por Barcelona, ponte crema solar y márcate una ruta de platos imperdibles, los platos que le darán más vida, si cabe, a tu retiro vacacional en la ciudad. Ensaladas, croquetas, pasta, marisco, sushi, brasa, helados, lo que quieras. En los siguientes restaurantes encontrarás platos por los que merece la pena volver, refugios gástricos de primer orden para estos días de bochorno alimentario. Sin prisa. Con pausa. Plato a plato.  

1. Steak tartar

Carne trémula

Parece que estás asistiendo a un ritual ocultista. El camarero, como si fuera Aleister Crowley, se sitúa delante de los comensales y se entrega a una danza hipnótica. Remueve las cucharas en un cuenco con forma de cabeza de res, masajea la carne cruda en un charco de aliño con enorme pericia, prepara a conciencia el famoso steak tartar de vaca madurada de la casa delante de un público en fase severa de salivación… Y se toma todo el tiempo del mundo para que el plato salga perfecto. El de Sintonia es uno de los steak tartars que hay que probar este verano en Barcelona, lo tiene todo: está delicioso, puedes ajustar el picante (mi consejo es que pidas al máximo), los toppings van a gusto del cliente y viene con ritual incluido. Un pack imbatible. | Rosselló, 249. 

2. Anchoa Jai-Ca

Raspa y gana

Año 2023, en una Barcelona distópica todavía quedan lugares que nos recuerdan de qué va esto que llamamos vivir. Si consigues abrirte paso entre los turistas como Moisés en el mar Rojo, en la Barceloneta encontrarás la santa iglesia del Jai-Ca (1955): tapas marineras tradicionales, alergia a los adornos, frituras galácticas y a vivir que son dos días. Sombreros fuera cuando llegan los caracoles. Redoble de tambores con las croquetas. ¡Otra bomba, jefe! Que se llene la mesa de platillos volantes, pero nunca te olvides de la anchoa de la casa: jugosa, real y acompañada de su raspa frita. Un regalo crujiente y pecaminoso que te hará olvidar que tendrás que hacer autostop para volver a casa gracias al desaguisado de la L4.  | Ginebra, 9. Ginebra, 13.

3. Croqueta Forrest Gump

¡Viva Bubba!

La vida es como una caja de bombones, pero a todos nos gustaría que fuera como una bandeja de croquetas. En Rabbit’s lo saben, por eso han puesto en circulación una croqueta que grita verano cada vez que le sueltas un mordisco. Lleva el nombre de Forrest Gump porque el artefacto está relleno de gamba. Una explosión de sabor precedida por el crujido orgásmico de la corteza. La fritura es ejemplar, la cremosidad del interior y el sabor a gamba te nublan el pensamiento. El preámbulo perfecto para una comida sembrada de tapas y platillos de tinte clásico y factura impecable. Los huevos fritos con patatas, los dados de solomillo, la ensaladilla rusa y los callos entran seguro en el examen.  | Ganduxer, 16.

4. Fat rusa

Ensaladilla maravilla

Primero, Fat Barbies. Después, Fat Veggies. Y ahora llega Fat Tapas. La familia Fat se expande sin perder su esencia. El Tapas tiene fuertes conexiones con sus dos hermanos, pero vuela con autonomía propia merced a una propuesta de tapeo de calidad en la que ha introducido producto del mar. Me impresiona la Fat Rusa, una ensaladilla que se aleja de los cánones del mazacote y quiere que notes todos los elementos por separado en boca. La cocción es perfecta, cercana al dente, lascas de atún golosas, me encanta la utilización desenfadada de los encurtidos y lo bien que bailan los generosos cachos de verdura con la deliciosa salsa. Acompáñala con las alitas coreanas, las almejas con curry y el flan de Idiazábal. | Bailén, 83.

5. Almejas a la nipona

Chuparse los dedos 

Lo de «feliz como una almeja» no es gratuito. El verano no sería lo mismo sin este molusco. Si quieres darle la vuelta al bivalvo, en Taberna Kamikaze han perfeccionado una receta que pondrá a prueba tu capacidad de succión de dedos. Almejas a la mantequilla ahumada con beurre blanc a la japonesa. Salsa espesa y contundente que invita al lametón. Piezas jugosas. La cima de una carta cambiante en la que la cocina mediterránea y nipona se confunden. Grápate la servilleta a la pechera y recuerda: cierra del 7 al 20 de agosto. | Rosselló, 197.

6. Careta de cochinillo

A día de oink

Mi reino por la careta del 2 Pebrots. En el Raval norte, este restaurante sigue explorando con éxito las raíces de la cocina mediterránea, sirviéndose de platillos elaborados que nunca caen en la estridencia. El viaje es estimulante y variado, pero sería un error perderse la careta de cochinillo. Mandanga ibérica a la brasa. Menos es más. Muchísimo más. Proyecto en mi mente la careta troceada: ese manto crujiente que pone ojos en blanco, ese tejido jugoso, con un sabor celestial, perfumado por el humo. Imposible no salivar como un, ejem, cerdo. | Doctor Dou, 19.

7. Espaguetis con bogavante

Crustáceo modernista

Habrá que desempolvar la indumentaria de los domingos, que esta noche toca ir a La Dama, un histórico situado en un edificio modernista que quita el hipo (el ascensor de la entrada parece sacado de un cuento de Borges). En la carta, choque entre cocina francesa, italiana y española, productazo muy serio, y un hit que me obliga a atarme a la silla para no flotar como un globo de helio: los espaguetis 'alla chitarra' con salsa picante y bogavante, un plato que te derrite la lengua con los jugos del crustáceo, te activa con una dosis de picante perfecta y se presenta en sociedad con parte de la armadura y generosos pedazos del interior de la bestia. Atención también al 'steak tartar', el 'risotto' con carpaccio de gamba y el postre de frambuesa de la casa. El lujo que te mereces. | Diagonal, 423-425. 

8. Pizza Pulp Edition

La del pulpo

Ganó el premio a la mejor pizza de España de 2023, en el prestigioso concurso organizado por Madrid Fusión. Y los honores son más que merecidos. La pizza se llama Pulp Edition y nada tiene que ver con Vincent Vega, de hecho, su nombre nos remite a uno de los ingredientes principales del invento: el pulpo. En Can Pizza no se andan con tonterías, a pesar de su constante expansión, la calidad de sus pizzas sigue siendo suprema. Y su laboratorio nunca duerme. Un laboratorio que, aparte del pulpo, le pone a esta pizza base de tomate, mozzarella, sobrasada, oliva Kalamata, aceite de ajo, romero, tomillo, pimienta, orégano e hinojo. Una pizza monumental que celebra la gastronomía patria, va de Galicia a las islas Baleares, y se extiende sobre una masa adictiva con 72 horas de fermentación. Quedarás atrapado en sus tentáculos.  | Rda. Universitat,20. Rbla. Poble Nou, 127. Passatge de Simó, 21.

9. Nigiris

Cuchillos largos

El selecto Olimpo del nigiri barcelonés tiene un nuevo miembro: se llama Kintsugi, ha abierto hace nada y tiene una de las barras de sushi más impresionantes que servidor ha visitado. A los mandos de este rincón mágico, ubicado en los bajos del hotel Ohla Eixample, está el calmoso Héctor Ribeiro, un maestro del filo, un artesano zen provisto de un precioso set de cuchillos (¿y katanas?) que se hunden en el pescado como si fuera mantequilla. Los nigiris se construyen con suavidad, precisión arquitectónica, técnica depuradísima, amor por del detalle y un producto estelar que encuentra en el Delta del Ebre uno de sus principales proveedores. Sus nigiris son artefactos aterradoramente perfectos: el arroz de sushi perfectamente avinagrado y con una textura celestial, los increíbles cortes de pescado, el tamaño perfecto de cada pieza… No dudes en comértelos con la mano. | Còrsega, 289.

10. Tiradito de gamba roja

De Perú a Palamós

Durante el mes de agosto, Nuna abrirá por las noches y desplegará su arsenal de platos de cocina nikkei con marca de autor y un sex appeal indiscutible. Los sabores son fuegos artificiales en tu lengua, especialmente cuando buscas algo frío para matar la canícula y entras en su ceviche nikkei (colosal) o en mi plato favorito, el tiradito de gamba roja de Palamós con leche de tigre a la huancaína, confitura de tomate, aguacate, y aceite de las cabezas de lo bichitos. Te quita el sofoco en dos minutos. | Casanova, 211. 

11. Merenda all’italiana

Cucharada de anchoa

La heladería artesana Paral•lelo ha abierto su segunda tienda en la derecha del Eixample. Los helados de esta escudería italiana no son solamente deliciosos, son también valientes y abrazan la locura para solaz del cliente más intrépido. Imprescindible hundirse en el Merenda all’italiana, una merendola italiana consistente en pan, mantequilla y anchoa, un bocado con historia que han transformado en un gelato imposible. Notas la anchoa al final, tenue pero presente. La cremosidad es máxima. Chispazos de mantequilla. Los picatostes recuerdan al pan. Una virguería. | Ausiàs Marc, 55.  Sèneca, 18. 

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