Fantasía entre panes
Estos son los bocadillos más sorprendentes de Barcelona
Aquí el bocata es una experiencia culinaria. Fantasía entre panes: desde 'hot dogs' de pato Pekín hasta trikinis de caviar. Te tendrán que sacar del trance a bofetones
Òscar Broc
El mundo de los bocadillos se ha convertido en un campos de sueños para muchos cocineros. El formato se retuerce y acepta ingredientes sorprendentes. La sencillez de un diseño imbatible al servicio de la imaginación de sus hacedores. Barcelona tiene bocadillos de fantasía para todas las sensibilidades: embutidos italianos, guisos, carnes de calidad, mariscos, fermentados… Pide por esa boquita, siempre tendrás tu amor platónico a punto en la mesa, porque estos lugares han convertido el bocata en una experiencia culinaria de las que no se olvidan. Te chuparás los dedos y sacudirás las migas horas después de haberlos visitado.
1. Kilos de amor
Sábado bocadillero
Los sábados por la mañana, la prestigiosa panadería Pa De Kilo aprovecha su sublime producto para armar unos bocadillos de mascletá. El flanco del pan está cubierto y la casa pone su variedad de formatos al servicio de un relleno que siempre está a la altura de la cobertura. Cada sábado se inventa nuevas recetas y en el baúl tiene diseños atrevidos, como el bikini con lacón. El día que visito Pa De Kilo veo en la lista un brioche con pastrami, cheddar, chucrut y mayonesa de mostaza. También una chapata con tomate asado, mozzarella, pesto y rúcula. Pero Osvaldo Britto me introduce en su obrador y me cede una bomba de sabor: la famosa focaccia de la casa (miga rebajada para que puedas hincar bien el diente) con porchetta marinada artesana, stracciatella importada de Italia, cebolla frita y rúcula; una joya sabatina que convertirá tu otrora aburrido desayuno en una canción de Bon Jovi: "It’s my lifeeee...".
Pa De Kilo. Doctor Dou, 12. Padekilo.com
2. Bocata con pinzas
Lobster roll nº1
En un rincón oculto de La Boqueria, te espera Jöel’s Oyster & Lobster Bar con un catálogo de ostras gallegas y francesas que la clientela sorbe con los ojos en blanco, aturdida por el bullicio que impera en los porches del mercado. En su carta, el maletín de Pulp Fiction es el Lobster Roll, un capricho que te mereces, un brioche rectangular pecaminoso, perfectamente tostado con mantequilla, abierto en canal para contener una generosa ración de pedazos de bogavante y un aderezo de chalota, rábano y apio. Toque final con mayonesa y twist picante... y, bum, el mejor lobster roll de Barcelona llega a tu mesa como Norma Duval salía al escenario del Folies Bèrger.
Jöel’s Oyster & Lobster Bar. Plaça Sant Josep Oriol, 15. Instagram.com/joelsoyster/
3. Visite nuestro bar
Milanesa cósmica
Podría ser el bar al que iban tus abuelos. Si te coge desprevenido, te chocará el contraste entre la calidad de su carta y la humildad de su interiorismo (¡tienen una cuenta del Gorria enmarcada en la pared!). En el Roma no hay reservados VIP o mesas-columpio, hablamos de un bareto de barrio que Gala Massetti y Jordi Saavedra han convertido en un panteón de la tapa y el bocadillo. Me hablan muy bien de los bikinis, pero dejo que el bocadillo de milanesa (la estrella de la escudería) me engulla como un agujero negro de sabor y textura. El brioche aporta melosidad y dulzor. La lechuga romana, crujientísima, brinda chasquidos de frescor. Hay tomate. Hay salsa. Y hay una milanesa de antología que escapa del abrazo del brioche, crepita como un demonio y sabe a gloria. Por cierto, el planchado de panceta y el pepito también dan para sendos doctorados. Ensaladilla y croqueta de calamar para acompañar: es una orden.
Bar Roma. València, 104. Instagram.com/barroma.bcn/
4. Bollería y mantel
Cruasán o bocadillo
¿Puede el cruasán convertirse en un bocadillo? Sin duda. Candela en Rama, por ejemplo, factura un cruasán relleno de steak tartar de vaca a la brasa que pide a gritos ser viralizado. La combinación de la carne con el hojaldrado del cruasán viene con aviso parental. En Cafè del Centre también utilizan el cruasán en formato bocadillo para presentar su ensaladilla rusa. ¿Es una tapa? ¿Una pieza de bollería? ¿Un bocata? Sssh, come y calla.
Candela en Rama. Parlament, 41. Candelaenramarestaurante.com
Cafè del Centre. Girona, 69. Cafedelcentre.com
5. Bocatas de especialidad
Pollo, queso & kimchi
Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero no es el caso de El Padrino o Brew Coffe. Mi cafetería de especialidad favorita cuenta desde hace unos meses con un hermano pequeño en la Dreta de l'Eixample que ofrece la misma excelencia cafetera y bocados totalmente renovados. Los cruasanes planchados de pavo y queso son para relamerse las pestañas, pero es en el apartado de bocadillos al uso donde Junzhi Liu y su equipo han volcado su creatividad. Me pirra el de pollo a baja temperatura con kimchi: se trabajan el ave hasta que queda tierna y sedosa; juegan con un kimchi artesanal preñado de sabor; le dan un baño grasiento con una sábana de queso suave; coronan la obra con un pan de payés que aguanta con entereza el chaparrón; dejan que la plancha haga el resto... Y, mientras tanto, te amenizan la espera con el mejor flat white de Barcelona. No te sacarán de allí ni con barreños de agua caliente.
Brew Coffee 2. Ausiàs Marc, 4.
6. Trufado y hundido
Bikini Abellan
Si no es mi bikini favorito, le faltan milímetros para serlo. Es imposible ir al Bar Alegria y desoír los cantos de sirena de su plato más deseado, con permiso de la tortilla trufada. Me refiero al bikini de la casa, bautizado como “el bikini de mi infancia” por el propietario, Tomàs Abellan. Su padre, el chef y empresario Carles Abellan, se inventó esta variante y hoy podéis encontrarla fotocopiada en infinidad de gastrobares. Cuatro triángulos de pan de molde tramezzino tostadito, jamón ibérico, mozzarella de calidad y un suave toque de trufa que acompaña, nunca absorbe. Si pestañeas cuando llegue a la mesa, te quedarás si tu porción.
Bar Alegria. Comte Borrell, 133. Baralegriarestaurante.com
7. El club del sándwich
Albóndigas en remojo
Podría centrar el foco en su magnífico sándwich de pastrami con mayonesa de pepinillos (deliciosa), pero en Sandwich Club Barcelona el catálogo esconde otras gemas a descubrir. El brioche con steak tartar es uno de los hits. No obstante, el apaciguador de mi glotonería es el Meatballs, un bocadillo en brioche alargado que se te hace más corto que un capítulo de 'Rick & Morty'. En su interior descansan unas albóndigas generosas, esponjosas y rosadas en su interior. Las recubre una gruesa capa de mozzarella y una salsa de tomate casera en la que podrías bañarte, como Cleopatra hacía con la leche de burra. Toque de albahaca para inyectar algo de frescor y todo listo para ese concurso de gemidos que ganarás con holgura.
Sandwich Club Barcelona. Bailèn, 108. Sandwich.club
8. Focaccias titánicas
Panini calabrese
Comenzó con un pequeño local en la Barceloneta y ya cuenta con otro espacio en las alturas de Gràcia. El secreto de su éxito no es ningún secreto. Compà te hará sonreír con los mejores bocadillos italianos de la ciudad. Tiene alma de charcutería calabresa, cuenta con los mejores embutidos del sur de Italia, maneja un pan de focaccia casero con pocos rivales en Barcelona e impregna con todo su amor sus distintas creaciones, que podrás coronar con los ingredientes que desees si te has levantado en modo creativo. Masticar sus bocadillos es un ejercicio casi pornográfico. Son transatlánticos sumamente placenteros, con generosas cantidades de embutido, quesos, salsas e ingredientes italianos. Introduzco media cara en una obra de arte que lleva mortadela, burrata y pesto de pistacho, y me tienen que sacar del trance a bofetones.
Compà. Sant Carles, 19 / Escorial, 47. Instagram.com/compa_barcelona/
9. A lo grande
Costillazo para uno
Si quieres irte a la cama calentito, reserva mesa en Ruar Street Food, olvídate de sus hamburguesas, pide el Fat Cow y no mires atrás. Godzilla se lo pensaría tres veces antes de darle un tiento. El artefacto esconde en su interior 450 gramos de costilla de ternera cocinada a baja temperatura, con paciencia, para que se deshaga en tus carrillos. Le añaden un cubo de queso Monterey Jack, encurtidos, rúcula y salsa casera. Las rebanadas de pan rústico hacen lo que pueden para sostenerlo todo. Monstruoso.
Ruar Street Food. Paral·lel, 172. Ruar.es/
10. Pagar el pato
Hot duck
Si el fragor de la plaza de Espanya te supera, una opción de huida es Simultáneo, en el hotel Catalonia Barcelona Plaza. Puedes darle al 'brunch', hacer el vermut, comer o cenar. En las muchas opciones de cocina, la carta de tapas y platillos esconde un 'hot dog' de pato Pekín muy curioso. Viene en brioche alargado y combina porciones de pato con una lluvia de tiras vegetales para refrescar el gaznate. Salsa en su punto. Goloso. Se come en tres dentelladas.
Simultáneo. Plaza España, 6-8. Simultaneoplaza.com
11. Bonus track
Trikini de caviar
¿Pagarías 170 euros por un bocadillo? En el restaurante Amar de Rafa Zafra te desafían con un lujoso trikini de caviar, bogavante y salmón ahumado. Tuve la fortuna de probarlo gracias a un programa de televisión y es un sueño de sándwich. Sin embargo, ¿pagaría esa pasta por 30 segundos de placer? Solo si Springsteen y Obama me lo pidieran.
Amar. Gran Via, 668. Hotelpalacebarcelona.com
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