Ruta

La Vall de Ribes, para ir sin prisas

Paisajes naturales, aire puro, deporte y gastronomía son una realidad en este territorio que ofrece sensaciones singulares

Los mejores rincones para leer de Barcelona

Los mejores rincones para leer de Barcelona / EPC

David Céspedes

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Senderos, caminos de montaña, buena gastronomía, naturaleza y aire puro... Todo conjuga en un solo espacio: la Vall de Ribes, en la comarca del Ripollès, entre la Garrotxa y la Cerdanya. Un auténtico paraíso que solo requiere una actitud y un compromiso: recorrer el valle sin prisas. 

La Vall de Ribes, sinónimo de bienestar, ofrece un gran abanico de actividades. Siempre hay alguna cosa para hacer. Una excursión sin complicaciones, sentarse en una buena mesa, admirar un paisaje o hacer una ascensión más compleja si tenemos la preparación suficiente. Todo es posible en la Vall de Ribes. Es un territorio singular por su naturaleza y por «los pueblecitos que la componen: Campelles, Pardines, Planoles, Queralbs, Vall de Núria, Toses y Ribes de Freser», según nos la presentan.

Los amantes de estar en contacto con la naturaleza están de suerte pues en la Vall de Ribes se pueden practicar gran cantidad de actividades adaptadas a las diferentes épocas estacionales del año. La aventura se puede traducir en la posibilidad de practicar barranquismo, escalada, marcha nórdica, senderismo, trail running, BTT y otras disciplinas deportivas. Todo se adapta a nuestras posibilidades y preparación. Una de las actividades que se aconsejan es el senderismo. Dicen que es la actividad estrella pues se nos presentan kilómetros de sensaciones a través de caminos «llenos de color, paisajes, historia y aire puro». 

Desde Turismo de la Vall de Ribes proclaman todas las virtudes que reúnen las diferentes rutas de senderismo que tenemos a nuestro alcance. «A cada metro, un nuevo motivo para sonreír y disfrutar de los encantos de la ruta. El senderismo en la Vall de Ribes es así: la ubicación de los pueblos, el agua de los ríos, la naturaleza exuberante, los bosques, la presencia de montañas y valles, de cultura románica y un sinfín de atractivos más hacen de todas las rutas una opción más que apetecible en cualquier momento del año». Todos los caminos están perfectamente señalizados y se adaptan a todas las condiciones físicas ya que los recorridos se pueden completar en una hora o en diez. Solamente hace falta tener a punto una buena equipación y escoger el itinerario que más se adapte a nuestras posibilidades.

Y cuando llegue la hora del descanso y reponer fuerzas encontraremos una gran oferta gastronómica compuesta por embutidos, quesos, miel y platos guisados.