La década aciaga de Juan Carlos I

Todo se destapó a más de 7.500 kilómetros de España, cuando un tropezón nocturno, el 13 de abril de 2012, sacó a la luz las aficiones secretas de Juan Carlos I. Tirando de ese hilo, también se fue desenredando una madeja de negocios opacos y actuaciones poco honorables que, aunque judicialmente han acabado en nada, han acreditado una década de irregularidades del rey emérito.

EL BATACAZO DEL REY

Mientras el país está sumido en una gravísima crisis económica, Juan Carlos caza elefantes en Botsuana. Se cae en un resort y se rompe la cadera.

Su vuelta de urgencia a España le obliga a pedir disculpas públicas.

Dos meses más tarde, Juan Carlos I transferirá 65 millones de euros a su examante Corinna Larsen.

En junio de 2014, Juan Carlos I abdica. Con ello, pierde la inviolabilidad que impide perseguirlo por cualquier acto realizado durante su mandato como jefe del Estado. A partir de entonces, solo puede ser juzgado ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo.

LA GRABACIÓN SOBRE LA COMISIÓN

El excomisario José Manuel Villarejo mantiene (y graba) una conversación con Corinna Larsen en Londres sobre la procedencia de una donación que le hizo el entonces Rey.

El dinero procede de una donación de 100 millones de dólares del rey de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdulaziz, a Juan Carlos I, quien la deposita en Suiza a nombre de la Fundación Lucum.

La fundación, registrada en Panamá, la abren el gestor de patrimonio, Arturo Fasana, y el abogado Dante Canonica.

La conversación grabada por Villarejo con Corinna sale a la luz. La Audiencia Nacional, la Fiscalía Anticorrupción y la fiscalía suiza abren sendas investigaciones para determinar el origen de la fortuna, el presunto cobro de comisiones ilegales y si se blanqueó dinero.

FUNDACIONES 'OFFSHORE'

En marzo de 2020, el rey Felipe VI retira la asignación anual a su padre y renuncia a la herencia que podría corresponderle al conocerse que aparecía como beneficiario de las fundaciones ‘offshore’ Lucum y Zagatka.

La Fundación Zagatka está radicada en Liechtenstein y es propiedad del primo lejano de Juan Carlos I, Álvaro de Orleans. A través de ella le llega a pagar hasta ocho millones de euros en vuelos hasta entre 2009 y 2018.

En agosto de 2020, la Casa del Rey anuncia que Juan Carlos I abandona España sin aclarar dónde residirá. Semanas después se sabrá que su destino es Abu Dabi.

EMPRESAS Y TARJETAS OPACAS

En octubre, un sospechoso movimiento de dinero desde el paraíso fiscal de la isla de Jersey a España hace aflorar un grupo de empresas opacas registrado a principios de los 90 entre cuyos titulares aparece Juan Carlos I.

El 'trust' llega a acumular más de 10 millones de euros y en 2020 aún mantenía una gran cantidad de dinero.

En noviembre se destapa que la fiscalía investiga el uso de tarjetas opacas para sufragar gastos por parte del rey emérito, la reina Sofía y algunos nietos. Entre ellos, viajes, comidas y alojamientos en hoteles de lujo y hasta un caballo para la hija de Elena.

Las tarjetas estarían a nombre del coronel Nicolás Murga, ayudante de campo de Juan Carlos I.

Las financia el empresario anglomexicano Allen Sanginés-Krause. En solo dos años les habría ingresado casi un millón de euros.

CARPETAZOS

En diciembre, el rey emérito presenta una primera regularización fiscal para cubrir el delito fiscal que se pudiera haber producido por el uso de las tarjetas opacas.

En febrero de 2021 trasciende que Juan Carlos I efectuó una segunda regularización para cubrir los gastos por viajes y servicios que le habría pagado la Fundación Zagatka.

-Las comisiones por el AVE a La Meca: archivadas al no poderse acreditar delito alguno, por la inviolabilidad del rey mientras era jefe del Estado y la prescripción de los presuntos delitos.

-Los pagos de la Fundación Zagatka: archivados por la segunda regularización fiscal.

-El uso de tarjetas opacas: archivada por la primera regularización fiscal.

-Las sociedades en Jersey: archivada por la inviolabilidad del rey emérito y por la prescripción de los presuntos delitos.

El final del vía crucis judicial puede acelerar el regreso a España de quien fue su rey desde el 22 de noviembre de 1975 hasta el 18 de junio de 2014.

La inviolabilidad, la prescripción de los delitos y las regularizaciones fiscales han salvado a Juan Carlos I de la imputación tres años después de que jueces y fiscales comenzaran a desentrañar sus secretos.

Con este desenlace judicial, el foco vuelve a estar puesto sobre la Casa del Rey y su eterna promesa de aumentar la transparencia de una institución que lleva casi 15 años encadenando seísmos.

QUIÉN ES QUIÉN

CORINNA LARSEN

La empresaria alemana de origen danés Corinna Larsen acompañaba al emérito en su viaje a Botsuana. Los problemas jurídicos que afectan a Juan Carlos comenzaron cuando trasciende una grabación en la que cuenta al excomisario José Manuel Villarejo que los 65 millones que le acabó dando a ella fueron una comisión por la construcción del AVE a La Meca. Ha demandado en Londres al emérito por acoso.

JOSÉ MANUEL VILLAREJO

El principal imputado del caso Tándem, en el que se investigan las cloacas policiales, ha responsabilizado al exdirector del CNI Félix Sanz Roldán de sus problemas con la justicia por espiar a los rivales de sus clientes. Respalda la acusación de Larsen de las vigilancias ilegales que atribuye a los servicios de inteligencia españoles.

ARTURO FASANA

Fasana es el gestor de patrimonio que crea junto al abogado Canonica la fundación Lucum para recibir los 65 millones que la monarquía saudí pagó al emérito. Al fiscal suizo Yves Bertossa le contó cómo se desplazaba a Villars-sur-Ollon, el dúplex de lujo que el rey emérito y Larsen compartieron entre 2009 y 2012, para darle el dinero que le pedía.

DANTE CANONICA

El abogado Dante Canonica declaró que la constitución de fundación le fue encargada por Juan Carlos en Zarzuela y que luego decidió hacer una “donación irrevocable” a Larsen por miedo a que se descubriera su fortuna.

ÁLVARO DE ORLEANS

Larsen identifica a este primo segundo del emérito como uno de sus testaferros por residir en Mónaco. Eso explicaría por qué a través de su fundación Zagatka le pagó hasta ocho millones de euros en viajes. De Orleans lo niega y asegura que el dinero es suyo y que actúa para ayudar a la monarquía, como le encomendó en su día su padre. 

ALLEN SANGINÉS-KRAUSE

El empresario anglomexicano se encargaba de nutrir de fondos las tarjetas opacas que utilizó el entorno más cercano al rey emérito para pagar sus gastos, lo que obligó al monarca a presentar su primera regularización fiscal, que superó los 678.000 euros.  Ante la fiscalía alegó que lo hacía por admiración hacia Juan Carlos.

NICOLÁS MURGA

Este coronel fue ayudante de campo de Juan Carlos I y era a nombre de quien estaban las tarjetas utilizadas por los familiares directos del emérito, como sus nietos, aunque ni la princesa de Asturias, ni su hermana, para cubrir distintos gastos.