El hombre que sabía esperar

Por Antón Losada
Ilustración: Pablo García

Alberto Núñez Feijóo nació en Ourense el 10 de abril de 1961. Su infancia transcurrió en Os Peares. Tras cursar bachillerato se trasladó a Santiago a estudiar Derecho.

Alberto Núñez Feijóo nació en Ourense el 10 de abril de 1961. Su infancia transcurrió en Os Peares. Tras cursar bachillerato se trasladó a Santiago a estudiar Derecho.

'Neno de aldea'

No hay momento trascendente de su vida, bueno o malo, en que Feijóo no nos haya recordado de alguna manera que fue y es aquel neno de aldea jugando y despachando a los trabajadores de los embalses de Fenosa en el ultramarinos familiar de Os Peares, al pie del gran viaducto que salva el río Miño para conectar Ourense y Monforte.  "En mi casa se mataba", dijo una vez recordando aquellos años de matanzas por San Martiño. Oído ahora, parece un presagio.

Feijóo, empujado en un carrito infantil por su abuela materna, Eladia, y con una jirafa de juguete regalo de los Reyes Magos.

Feijóo, empujado en un carrito infantil por su abuela materna, Eladia, y con una jirafa de juguete regalo de los Reyes Magos.

El líder del PP, con su padre, Secundino, sobre una motocicleta.

El líder del PP, con su padre, Secundino, sobre una motocicleta.

Con su primer helado, en la plaza del Padre Feijóo, en Ourense.

Con su primer helado, en la plaza del Padre Feijóo, en Ourense.

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Feijóo, empujado en un carrito infantil por su abuela materna, Eladia, y con una jirafa de juguete regalo de los Reyes Magos.

Feijóo, empujado en un carrito infantil por su abuela materna, Eladia, y con una jirafa de juguete regalo de los Reyes Magos.

El líder del PP, con su padre, Secundino, sobre una motocicleta.

El líder del PP, con su padre, Secundino, sobre una motocicleta.

Con su primer helado, en la plaza del Padre Feijóo, en Ourense.

Con su primer helado, en la plaza del Padre Feijóo, en Ourense.

Por el cambio

A Feijóo le gusta contar que votó por Felipe González en 1982. Leyenda urbana o no, muestra que, desde siempre, ha cultivado esa imagen de hombre moderado, capaz de cambiar de opinión y llegar a acuerdos si alguien sabe convencerle.

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Romay Beccaría

El 'conselleiro de Sanidade' de Fraga y hombre clave en la historia popular le apartó de la tentación felipista. Sus años en el Servicio Galego de Saúde le prepararía como a ningún otro presidente para la pandemia del siglo XXI. La influencia de Romay se rastrea aún en su modo de argumentar o en esa lejanía estirada que transmite a veces.

El actual líder del PP, cuando era director general del Servicio Galego de Saúde (Sergas), durante la presentación de la tarjeta sanitaria, en 1993.

El actual líder del PP, cuando era director general del Servicio Galego de Saúde (Sergas), durante la presentación de la tarjeta sanitaria, en 1993.

De Madrid al cielo

Muchos se preguntan qué tal le ira en Madrid. Olvidan que ya estuvo. Se lo llevó el primer gobierno Aznar y no le fue mal. Tras presidir el Insalud y estar en media docena de consejos de administración, dirigía la modernización de Correos cuando tuvo que dejarlo porque el 'Prestige' se había hundido en Galicia arrastrando consigo al gobierno de Manuel Fraga.

Feijóo, en una oficina de Correos, entidad de la que era presidente, en el año 2002.

Feijóo, en una oficina de Correos, entidad de la que era presidente, en el año 2002.

Feijóo, entonces secretario general de Asistencia Sanitaria, junto al ministro de Sanidad, José Manuel Romay de Beccaría, en 1999.

Feijóo, entonces secretario general de Asistencia Sanitaria, junto al ministro de Sanidad, José Manuel Romay de Beccaría, en 1999.

Con Manuel Fraga, en 2006, en el congreso extraordinario en el que Feijóo fue elegido presidente del PP de Galicia.

Con Manuel Fraga, en 2006, en el congreso extraordinario en el que Feijóo fue elegido presidente del PP de Galicia.

El invierno del león

En 2003, Feijóo retornó a Galicia como salvador. Hoy vuelve a Madrid para salvar. Se cierra un círculo que debió trazar al principio sin partido, en la oposición y a la sombra de un 'León de Vilalba' que prefería a un barón local: Xosé Manuel Barreiro. Subestimado por todos, acreditó una de sus habilidades: convertir ese menosprecio en ventaja.

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Tú al campo, yo a la ciudad

En 2009 dos hombres se jugaron su destino Galicia. Feijóo se pateó las ciudades y Rajoy batió las parroquias. No le importó amparar una de las contiendas electorales más sucias que se recuerdan. Las 'fake news' ya entraban en campaña en Galicia cuando Donald Trump aún era un presentador de televisión. Feijóo siempre hace lo que tiene que hacer para ganar.

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El Chiringuito

El presidente de la Xunta se ha pasado la mitad de su mandato echándole la culpa al bipartito de socialistas y nacionalistas mientras se apropiaba de sus éxitos. Los "chiringuitos" que prometió derribar siguen en pie. El mismo Feijóo que reclamaba elegir idioma como un derecho fundamental, es hoy un feroz nacionalista que, según Vox, segrega a los pobres castellanoparlantes. Si eso no es abarcar todo el espectro del centro derecha, se le parece bastante.

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Marcial Dorado

Las fotografías de una relación con un narco que duró varias estaciones le perseguirán toda la vida y lo sabe. No cometió el error de negarlo y recurrió al argumento de otros muchos: no lo sabía. "Solo recuerdo que había nieve", afirmó en su comparecencia. Fue su peor momento. Pero el tiempo todo lo amortiza… o eso espera.

Destino Moncloa

En 2018 el tren estaba en la estación. Solo tenía que cogerlo. Madrid es una picadora de carne humana, decía a quien le quisiera escuchar. Algo no le cuadraba y Feijóo solo actúa cuando cuadra. Galicia, Galicia, Galicia, proclamó después de recordarnos -por supuesto- que él es y siempre será un neno de aldea. En esta época donde todo va tan deprisa, cuatro años después, resulta que lo sabio era parar.

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Epidemiólogo jefe

Los años en el Sergas le convirtieron en epidemiólogo en jefe. Las cifras le avalan en casi todo, con la dramática excepción de las residencias de mayores. La mayor crítica a su gestión se la hizo él mismo, al cesar a su 'conselleiro de Sanidade' entre la tercera y la cuarta ola. Su acierto fue combinar la dureza formal en la crítica al Gobierno central con la preservación del fondo institucional.

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Textos:
Antón Losada
Ilustración:
Pablo García
Diseño:
Ricard Gràcia y Andrea Hermida-Carro
Fotos:
José Luis Roca, David Castro, Francis Villegas, Xoan Álvarez, Manuel H. de León (EFE), Lavandeira Jr (EFE)
Coordinación:
Rafa Julve