Junqueras sale de ruta en busca del apoyo de la militancia: "Tenemos que salvar nuestro partido"

Oriol Junqueras está de ruta. Desde hace algunos meses, el expresidente de ERC recorre las comarcas catalanas para llevar a cabo un "proceso de escucha" dirigido tanto a los militantes como a la sociedad. El objetivo a corto plazo es claro: recuperar el liderazgo de ERC en el congreso del 30 de noviembre. El objetivo a medio plazo, devolver a ERC a las principales instituciones de Catalunya y, aunque no lo verbalice, a poder ser con él de president de la Generalitat. Este lunes EL PERIÓDICO se ha sumado a la caravana 'junquerista' que ha hecho parada en Sant Adrià de Besòs y Santa Coloma de Gramenet, dos feudos del partido socialista.

La jornada empieza visitando las instalaciones de Ràdio La Mina y aquí a nadie le interesa la crisis interna de ERC. En la sede de la emisora, los problemas son más mundanos. Uno de los presentadores de la emisora, Víctor Vilches, explica con orgullo las últimas reformas: paredes recién pintadas, aire acondicionado y sistema eléctrico nuevo. Resulta que en la radio tenían "problemas de bichitos y seres vivos". "¿De qué dimensión?", pregunta Junqueras. "Del tamaño de tu antebrazo sería quedarse corto", recibe por respuesta.

La anécdota resume un problema endémico del barrio: las plagas de ratas que, por ejemplo, obligaron a cerrar la biblioteca de Font de la Mina. "Ir a tirar la basura de noche es un deporte de riesgo", explican a Junqueras. El diagnóstico de Vilches es el siguiente: "Esto está igual o peor que en los años 90. [El barrio de] la Mina es el patio de atrás de Barcelona". Junqueras escucha y, cuando llega el momento, también promete: "Cuando estemos en el gobierno [municipal] seguro que haremos un trabajo mucho mejor".

Para la ruta de este lunes, Junqueras cuenta con tres cicerones republicanos de la zona: Gabriel Rufián, líder en el Congreso y concejal en Santa Coloma; la diputada en el Parlament Ana Balsera; y el concejal en Sant Adrià Rubén Arenas. La siguiente parada de la caravana es el Club de Petanca del Atlético Adrianense. Allí les esperan el Domingo, el Notario y la María, entre otros. Primero una advertencia -"La petanca no es solo de yayos"- y, de nuevo, problemas que contar a Junqueras: el conflicto con el ayuntamiento por la titularidad de los terrenos y con el permiso de bar del club. Aquí, toca hacer partida. A la primera, Junqueras atina la bola de petanca justo al lado del boliche y gana. Firmaría que el congreso de ERC del 30 de noviembre tuviera el mismo desarrollo. Victoria y por la vía rápida.

Con la militancia

Si en los dos primeros actos del día de lo que se trataba es de escuchar a la sociedad, en el tercero se trata de escuchar a la militancia. Junqueras tiene programado un almuerzo con una cuarentena de afiliados del partido de la zona. Lo bueno del acto, a puerta cerrada, es que aquí no hace falta andarse por las ramas. Tras comer a base de fideuá y fricandó, el concejal Arenas resume el principal y único punto del orden del día: "Por qué es importante que Junqueras vuelva a ser el presidente de ERC". Al líder municipal no hay que preguntarle si es 'junquerista' o está con la candidatura rival. Queda claro desde el minuto uno.

A partir de aquí, una hora y cuarto de Junqueras que, sin cámaras, empieza directo y a boca jarro: "Hay dos razones por las que tenemos que salvar nuestro partido", dispara pronto. La primera es "externa" y es porque detecta que su partido ha perdido "confianza, contacto y proximidad con muchos sectores de la sociedad". La lista es larga y la desarrolla minuciosamente -payeses, maestros, sanitarios, autónomos, transportistas y, en general, trabajadores- y su diagnóstico es crudo: "Hemos perdido voto femenino y voto joven. Alguna cosa no hemos acabado de hacer lo bastante bien".

La segunda razón para la 'salvación' de ERC es "interna" y algo más delicada. Junqueras expresa su discrepancia con una parte de la dirección actual -de la que formó parte hasta mayo- por como ha llevado el partido en los últimos años. La idea que intenta transmitir, sin decirlo, es que él fue apeado de las grandes decisiones cuando entró en la cárcel (2017) y que no recuperó el mando cuando salió (2021). Pide, sin pedirlo, una nueva oportunidad para volver a liderar el partido: "Nos jugamos mucho y si esto no sale bien dejaremos de ser una herramienta útil".

De la Segunda República a Sant Vicenç

Al tratarse de Junqueras, es imposible que la charla con la militancia no acabe derivando hacia una charla sobre historia. Recuerda la ERC hegemónica de la Segunda República -100.000 afiliados frente a los 8.500 actuales- con una influencia transversal en la sociedad y se plantea grandes metas: que algún día el "cinturón rojo" sea políticamente "amarillo". Es decir, que los municipios metropolitanos con bandera del PSC, algún día viren hacia ERC. Hace unos años esto pareció posible, pero en las últimas municipales, ERC cayó con estrépito. En algún militante cunde el desánimo, pero Junqueras pone su trayectoria de ejemplo: logró ser alcalde de Sant Vicenç dels Horts, un municipio en el que ERC en los años 90 no lograba representación. "Me decían que era imposible", recuerda. Su receta, no solo hablarle a la gente de independencia, sino también de trabajo, pan y vivienda.

El almuerzo acaba porque la agenda del día es larga y aún falta una cita con entidades locales y una visita a la fiesta mayor. Este martes, la caravana 'junquerista' seguirá hacia Badalona, a la que dedicará un día entero. Antes de irse, una última petición: "Tenemos mucho trabajo, pero es un trabajo bonito". En el calendario, un día en rojo: el 30 de noviembre.

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