Apuntes políticos de la semana

Sánchez y Feijóo vuelven al 'cole' separados por tres puntos y 22 escaños

Así están las encuestas de las elecciones generales en España

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Jose Rico

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La última semana de agosto ha dejado al Gobierno de Pedro Sánchez y a la oposición que lidera Alberto Núñez Feijóo con las espadas en alto en vísperas de la 'vuelta al cole' política. La gira africana del presidente en pleno pulso con el PP por el reparto de menores migrantes, que implora una desbordada Canarias, parecía el escenario propicio para la bronca, como así ha sido. Y nada más regresar, el líder del PSOE ha puesto la directa para embridar a los barones del partido tras un mes de ruido de sables a raíz del 'singular' pacto PSC-ERC.

Inmigración y financiación se presumen como actores protagonistas de una temporada política sin citas electorales en el calendario. Un curso que PP y PSOE afrontan con las expectativas sacudidas por las europeas de junio, que los populares ganaron por la mínima tras la remontada socialista. Ahí cambió la dirección del viento en las encuestas. Desde entonces, Feijóo ya no arrasa porque tiene más competencia a su derecha y Sánchez ha recobrado el pulso porque su izquierda quedó hecha unos zorros.

Más cerca y más lejos

Este viraje demoscópico es una de las claves para entender los tumbos que unos y otros han dado esta semana con la inmigración. Sánchez llegó a África incentivando la migración circular (contratar personas en origen para trabajar temporalmente en España y luego regresar a su país) y abandonó el continente apostando por expulsar a los migrantes irregulares. Feijóo, por su parte, culpó primero al presidente de provocar un 'efecto llamada' para luego abrirse a reformar con el PSOE la ley de extranjería.

El PP llegó a sugerir en julio usar al Ejército para contener la llegada de pateras y ahora tiende la mano a un Sánchez que ha irritado a su socio de Gobierno al suscribir las deportaciones que abandera su correligionario alemán Olaf Scholz. Más allá de piques, PSOE y PP están más cerca en la cuestión migratoria. Feijóo debe medir bien sus pasos porque está emparedado entre sus barones autonómicos, que gestionan el fenómeno en la mayoría de comunidades, como Canarias, y la presión externa de Vox, libre ya de ataduras con los populares pero con Alvise al acecho.

¿Da votos la inmigración?

La duda es si realmente la inmigración es un tema que da y quita votos en España. Las encuestas reflejan dos realidades: la llegada de extranjeros preocupa cada vez más a los españoles, pero la gran mayoría confía en su integración y rechaza la xenofobia. El 17% de los encuestados por el CIS en julio citaban la inmigración como uno de los principales problemas del país, el porcentaje más alto en 15 años pero la mitad que en 2006, cuando a Vox aún le faltaban 12 años para llegar a las instituciones.

La eclosión de la ultraderecha en España, en 2018, se nutrió mucho más del 'procés' independentista catalán que de una supuesta animadversión del electorado hacia los inmigrantes. Según el Eurobarómetro, solo dos de cada 10 españoles creen que la llegada de extranjeros es un problema, frente al 70% que juzgan exitosa su integración. Y más allá de las encuestas, las urnas han dado hasta ahora a Vox la mitad de porcentaje de voto que a sus 'hermanos' de Italia y Francia. Es decir, la inmigración no mueve un caudal abundante de votos en España. Al menos de momento.

El anzuelo de la singularidad

Más resbaladizo puede resultar el debate sobre la financiación autonómica, carpeta en la que se reparte el dinero con el que se pagan las infraestructuras y los servicios, y que también gestiona hoy en su mayoría el PP. De ahí que Feijóo haya convocado a sus barones el próximo viernes para evitar la tentación de aceptar la singularidad como el nuevo 'café para todos'. En el PSOE son los barones quienes quieren reunirse con Sánchez, pero el líder les ha respondido con el órdago de un congreso que podría activar la renovación de varios de ellos.

Volviendo a las encuestas, Feijóo y Sánchez abren el curso con una distancia entre ellos de tres puntos y 22 escaños, según el promedio de todos los sondeos publicados desde las europeas. El líder del PP sigue en cabeza con el 33,8% de los votos y 150 diputados, pero desde los comicios se ha dejado más de tres puntos y una decena de asientos. El presidente del Gobierno, en cambio, se sitúa con el 30,7% y 128 escaños, por lo que el verano le ha reportado punto y medio y una quincena de diputados.

En definitiva, el PSOE ha recortado cinco puntos y 25 escaños durante el verano. La llegada de Se Acabó la Fiesta, que arañaría sus primeros dos diputados en el Congreso, ha estancando a la baja a Vox, mientras que la recuperación del PSOE y la resistencia de Podemos está desangrando a Sumar. La coalición de Yolanda Díaz se quedaría ahora con una tercera parte de su representación actual.

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