Reorganización interna

El independentismo busca reinventarse en otoño: las diferencias entre los congresos de Junts, ERC y CUP

Las incógnitas del congreso de Junts: el papel de Puigdemont, la OPA a ERC y la relación con Sánchez

Junts abre la puerta a la "presencia" de Puigdemont en su congreso de octubre en Calella

Quién es quién en las dos candidaturas que pelean por liderar ERC

Oriol Junqueras y Carles Puigdemont

Oriol Junqueras y Carles Puigdemont / Manu Mitru / Zowy Voeten

Quim Bertomeu
Carlota Camps
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Las últimas elecciones catalanas fueron un varapalo para el independentismo. Tras 14 años en el Govern, ha quedado apeado de la Generalitat y ha perdido la mayoría absoluta en el Parlament. ERC se dejó 13 escaños en las urnas, mientras que la CUP pasó de 9 a 4 parlamentarios. Para Junts, el resultado fue algo mejor, ya que creció y fue el partido independentista más votado. Sin embargo, quedó lejos de superar al PSC y no pudo optar a la Presidencia de la Generalitat. Ante este escenario, las tres formaciones independentistas se han visto obligadas a reinventarse y en otoño redefinirán liderazgos y estrategias en sus respectivos congresos. Tres cónclaves con características muy distintas.

Liderazgos

Liderazgos

Si hablamos de liderazgo, el congreso de ERC es el que concentra más miradas y emociones. Dos candidaturas se disputan la futura dirección, una encabezada por el exlíder Oriol Junqueras, y otra aún sin líder pero impulsada por dirigentes y militantes próximos a la secretaria general, Marta Rovira. Junqueras y Rovira, el tándem que gobernó ERC durante 13 años y la llevó a sus cimas más altas, ahora vive enfrentado. En los dos proyectos no se perciben grandes diferencias estratégicas, pero la disputa cuerpo a cuerpo amenaza con tensar el partido hasta límites que hacía una década que no se veían en Esquerra. Todo lo que se rompa ahora, habrá que recoserlo después.

En Junts el panorama es distinto. Se da por hecho que si Puigdemont da el paso y vuelve a coger las riendas del partido a nivel formal -a la práctica ya lo hace-, nadie le hará sombra. Ni siquiera la actual presidenta, Laura Borràs, a quién se buscará otro encaje en la nueva estructura. A pesar de que Junts ha sido un partido con turbulencias internas desde su creación, el hiperliderazgo de Puigdemont es el único que consigue aplacarlas y todo apunta que así será en el próximo congreso. Aunque el expresident dijo que dejaría la primera línea política si no era reelegido para el cargo, todas las señales apuntan que hará lo contrario: seguir y hacerlo más implicado que nunca. Se da por sentado que habrá pacto para la ejecutiva, con más poder para secretario general, Jordi Turull.

La CUP es un partido que siempre ha huido de los liderazgos fuertes y concentrados en una sola persona y seguirá siendo así. Aún se desconocen los nombres del futuro secretariado nacional -la dirección-, que debería elegirse a principios de octubre. Sí que habrá, sin embargo, un cambio importante en su congreso y es que el mandato del secretariado será más duradero, pasando de dos a cuatro años. El objetivo, poder consolidar los liderazgos.

Hoja de ruta

Hoja de ruta

Cuando ERC resuelva quien será su líder, abrirá entonces un proceso de reflexión de unos dos meses para elaborar su hoja de ruta en la que se recoja su estrategia para los próximos cuatro años. La principal incógnita que deberá responder esta hoja de ruta es si el partido mantiene la política de pactos con el PSC y el PSOE -como ha venido practicando últimamente-, o vuelve a posiciones independentistas más nítidas y unilaterales. Las señales que dan las dos candidaturas es que, al menos durante un tiempo, están dispuestas a sostener los gobiernos de Illa y Sánchez para obtener a cambio una nueva financiación para Catalunya. Habrá que ver si es una estrategia duradera porque lo que quiere ERC a medio plazo es volver a liderar la Generalitat, y esto pasa por derrotar al PSC, no por pactar con él.

De nuevo, en Junts el escenario es diferente. Después de no haber podido forzar una repetición electoral, la formación se prepara para hacer una oposición dura -tanto al PSC como a ERC- y erigirse como alternativa al actual Govern de la Generalitat. Los posconvergentes aspiran a abrir el partido a antiguos votantes republicanos descontentos con el pacto con el PSC. Una especie de OPA, bajo la proclama de querer hacer del partido una "fuerza política transversal" que represente a todos los independentistas, que obligará a una hoja de ruta "amplia" que abarque desde la derecha del partido hasta el centro-izquierda.

Laia Estrada, diputada de la CUP

Laia Estrada, diputada de la CUP / EUROPA PRESS

También la CUP espera poder atraer las simpatías del votante descontento de ERC por los pactos con el PSC, especialmente entre aquellos más de izquierdas. El principal cambio en la hoja de ruta de los anticapitalistas es que, a partir de ahora, lucharán para tener el máximo de poder institucional posible, algo que hasta ahora habían dejado en segundo plano.

Calendario

Calendario

La tercera cuestión a tener en cuenta es el calendario de los congresos. En ERC, las dos candidaturas que se disputan el liderazgo polemizan sobre cuando debe ser su cónclave pero, si no hay un giro de guion, será el 30 de noviembre. Son tres largos meses para conocer el desenlace. Aquí la principal consecuencia no es tanto para el partido sino para la política catalana y las dosis de parálisis que podría implicar. ERC es un partido clave tanto para los presupuestos catalanes como para los estatales, y difícilmente podrá negociar a fondo hasta que no tenga una nueva dirección con total legitimidad.

En contraste con ERC, Junts ha intentado solventar su cónclave por la vía rápida. Se ha dado poco más de dos meses de margen y se ha citado para el último fin de semana de octubre. La voluntad es adelantarse a sus exsocios y marcar el terreno de juego en el campo independentista. Sin embargo, hay miembros del partido que no están satisfechos con estas prisas y que denuncian una voluntad de desactivar cualquier oposición.

Al margen de estas batallas, la CUP ya había empezado este proceso de reflexión tras quedar fuera del Congreso de los Diputados en las elecciones de 2023, pero quedó en 'stand by' por la convocatoria de elecciones catalanas. En su caso, se retomará el 21 de septiembre con una asamblea nacional y 15 días después se abordará el cambio de liderazgos. Tres partidos y tres formas de reinventarse.

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