Siete años después

Los dispositivos antiterroristas tras los atentados del 17-A: control de "lobos solitarios" y uso de la inteligencia artificial

La alerta por amenaza está en nivel 4 sobre 5 y los expertos en seguridad recuerdan que el terrorismo sigue "siendo predominantemente de orientación yihadista"

Los Mossos refuerzan la seguridad en grandes concentraciones, infraestructuras y actos religiosos por la alerta terrorista

Actuación de los Mossos en el marco de una operación contra el yihadismo

Actuación de los Mossos en el marco de una operación contra el yihadismo

Germán González

Germán González

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En julio de 2017, semanas antes de los atentados yihadistas en Barcelona y Cambrils, la Junta General de Seguridad de Catalunya aprobó la incorporación de los Mossos d'Esquadra en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). Su entrada no fue efectiva hasta más de 14 meses más tarde, a principios de octubre de 2018. Desde entonces la policía catalana ha tenido acceso a las reuniones diarias de este organismo que coordina la acción policial conjunta en materia antiterrorista y de delincuencia organizada.

Este intercambio de información "estratégica", no solo entre centros de inteligencia y policías españolas, sino también a nivel internacional se ha vuelto fundamental para la lucha contra el terrorismo. Gracias a la elaboración de informes prospectivos y valoración de las amenazas, las fuerzas y cuerpos de seguridad han elevado la coordinación en el intercambio de comunicaciones para mejorar la prevención y la respuesta ante posibles casos de radicalidad que se detecten.

Y es que los expertos en seguridad aseguran que la amenaza terrorista ha ido cambiando de la pequeña célula formaba por adeptos alrededor de una figura central, como sucedió con Abdelbaki Es Satty y los terroristas de Ripoll que atentaron el 17-A, a 'lobos solitarios' a los que se capta por redes sociales y que a veces tienen algún trastorno.

Uso de la tecnología

La Estrategia Nacional contra el Terrorismo, aprobada por el Consejo de Seguridad Nacional español el 19 de marzo de 2024, recuerda que el terrorismo sigue "siendo predominantemente de orientación yihadista"; "emplea cada vez más recursos de tecnología avanzada, incluidos drones, criptografía y redes sociales"; "dispone de una estructura más descentralizada y difusa, lo que dificulta su identificación y desmantelamiento" y "apoya la actuación de actores solitarios sin vínculos con organizaciones y con afectación por algún trastorno mental".

Además, señala que este tipo de terrorismo usa la tecnología para "labores de captación y radicalización, además de coordinarse y comunicarse con mayor facilidad y eficacia" y sus ataques van dirigidos a los llamados "objetivos blandos", es decir, aquellos en los que hay concentraciones de personas en las calles, celebraciones, conciertos, lugares de culto, actos o en centros neurálgicos de transporte público. La amenaza de ataque en los conciertos de Taylor Swift en Viena hace unas semanas es un ejemplo.

Los terroristas buscan lugares "fácilmente accesibles y que pueden causar un elevado número de víctimas". En el documento sobre la Estrategia Nacional contra el Terrorismo se indica que "los ataques de actores solitarios llevados a cabo por individuos aislados o en grupos reducidos son particularmente complejos de detectar o desactivar" y por eso alertan de que "los combatientes terroristas extranjeros representan un riesgo cada vez mayor para la seguridad nacional" cuando regresan a sus países. También alerta de "la radicalización en las prisiones" y la captación por redes sociales de "un público más amplio, joven y vulnerable". Para ello usan "técnicas de inteligencia artificial".

A partir de estas amenazas para la seguridad, los centros de inteligencia alertan del nivel de amenaza terrorista para que los cuerpos de seguridad diseñen los dispositivos de prevención en la calle así como rastreen posibles radicales que tengan capacidad para atentar o financiar ataques. Además, se tiene en cuenta la situación internacional. Por ejemplo, el pasado 17 de octubre con la guerra en Gaza, el Gabinete de Coordinación Antiterrorista ordenó reforzar la seguridad policial en las grandes concentraciones de personas por las fiestas navideñas en Catalunya. 

De esta forma se diseñó un dispositivo de incremento de efectivos de paisano y uniformados con armas largas en espacios con mucha afluencia de población, como ejes comerciales, zonas de ocio o transporte público. Los agentes hacen patrullajes dinámicos con más identificaciones a personas y vehículos de forma preventiva y se incrementa la coordinación con policías locales y seguridad privada. También se han instalado elementos de protección pasiva, como jardineras grandes o pilonas de acero, en la entrada de lugares concurridos, como centros peatonales, para evitar que un coche entré a toda velocidad, como pasó en La Rambla el 17-A.

Mejorar la autoprotección policial

En este sentido, la inteligencia policial es clave para detectar posibles amenazas ante personas o coches sospechosos que pasan varias veces por un mismo lugar sin un motivo claro. Los agentes han recibido material, como armas, chalecos de protección o palas detectoras de metales, que pueden usar para evitar riesgos.

También se reforzó la vigilancia en sedes consulares vinculadas al conflicto bélico del Próximo Oriente así como lugares de culto de la comunidad judía. Esta protección de edificios institucionales internacionales en Barcelona ya se hizo con la guerra de Ucrania.

Sin embargo, otra de las características de estos dispositivos es mejorar la autoprotección de los agentes. Por eso se hacen jornadas formativas de seguridad de cómo actuar en caso de atentado terrorista, exponiendo la necesidad de incidir en la prevención. La Prefectura de Mossos difundió videos a nivel interno realizados con inteligencia artificial en los que se recrean situaciones de riesgo en las que se pueden encontrar los agentes y se les explica las medidas que deben tomar para prevenir y actuar ante un ataque terrorista. La intención es que la policía esté cada vez más preparada para repeler una amenaza.

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