El Govern de Salvador Illa

Núria Parlon, una alcaldesa absoluta para 'cuadrar' a los Mossos como consellera de Interior

Así fichó Illa a Trapero: tres años de relación con Sàmper y Parlon como enlaces

Así quiere gobernar Salvador Illa: de la mano de ERC y Comuns y "alineado" con la Moncloa

La nueva consellera de Interior, Nuria Parlón

La nueva consellera de Interior, Nuria Parlón / FERRAN NADEU

Sara González

Sara González

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"Aquí me tenéis. Soy lo que veis: una mujer joven y trabajadora, madre de familia, socialista por tradición y colomense de pies a cabeza". Con estas palabras y sin subir al atril del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet recogía la vara Núria Parlon el 17 de noviembre de 2009. Lo hacía con gesto severo, renunciando explícitamente a los 100 días de gracia, tras la convulsión causada por la detención del hasta entonces alcalde Bartomeu Muñoz, detenido por corrupción en el marco del caso Pretoria. 15 años después, con tres mayorías absolutas a sus espaldas y consolidada como una de las mandamases de cabecera del PSC de Salvador Illa, da el salto al Govern y será la nueva consellera de Interior.

Parlon, que cumplió 50 años el pasado 2 de agosto, se pondrá al frente del departamento en un momento de alta complejidad para los Mossos, después de la detención fallida de Carles Puigdemont. Con ella volverá también Josep Lluís Trapero a la primera línea como director general del cuerpo, vecino también de Santa Coloma y que hace años que mantiene un vínculo con la hasta ahora alcaldesa. Parlon es para los socialistas un referente sobre políticas de seguridad aplicadas en la ciudad que toman como referencia.

Contra la vieja guardia

Licenciada en ciencias políticas, vegetariana, apasionada de la esgrima e hija de una familia humilde, no dudó en sacar el florete hace años para plantar cara a la vieja guardia del partido. Cuando en 2014 Pere Navarro renunció abruptamente a la primera secretaria del PSC en plena caída libre en las urnas y diáspora de dirigentes socialistas por el 'procés', fue aupada por una mayoría de cuadros del partido para dar un paso al frente y tomar las riendas. No vio claro entonces que pudiera tener las manos libres y se echó atrás. Fue Miquel Iceta quien acabó asumiendo el reto. Pero dos años después, tras tres como diputada en el Parlament -entre 2012 y 2015-, decidió disputarle el liderazgo del partido en unas primarias que perdió, pero en las que arrancó un 46% del apoyo de la militancia.

Pedro Sánchez vio en ella una dirigente con proyección y la enroló en la ejecutiva del PSOE que armó tras ser defenestrado y recuperar el poder en Ferraz. Duró apenas cinco meses. Crítica con el cierre de filas de los socialistas a la aplicación del 155 en octubre de 2017, acabó dimitiendo. Y desde entonces, también pasó a jugar un papel secundario en la cúpula del PSC con Iceta como líder y se centró en la política municipal. Consolidada como una de las alcaldesas metropolitanas invicta, Salvador Illa la ha convertido en los últimos tres años en una pieza clave de su mandato, hasta convertirla en portavoz del partido el pasado mes de marzo.

En su día cuadró a todos aquellos que cuestionaron que fuera capaz de hacerse cargo de la alcaldía de Santa Coloma atribuyéndole inexperiencia y juventud, se enfrentó a los capitanes del partido y, ahora, llevará su mano firme a la siempre compleja conselleria de Interior. Illa no olvida que precisamente ella, junto a dirigentes como Lluïsa Moret, tuvo un papel determinante para que en 2016 se le confiara la secretaría de organización del PSC, cargo con el que inició, sin saberlo entonces, su ascenso fulgurante hasta la presidencia de la Generalitat.