La oposición

El PP ve a Sánchez "tocado y hundido en 2025" si no logra que Junts apoye los Presupuestos

Los populares auguran “nuevas cesiones” de Sánchez a Puigdemont que “sepultarán las próximas campañas del PSOE”

Los conservadores quieren demostrar en sus comunidades que pueden gobernar “solos” tras la salida de Vox 

El presidente del PP Alberto Nuñez Feijóo, entre la secretaria general, Cuca Gamarra, y el vicesecretario Elías Bendodo, en la junta directiva nacional de julio, en un hotel del centro de Madrid.

El presidente del PP Alberto Nuñez Feijóo, entre la secretaria general, Cuca Gamarra, y el vicesecretario Elías Bendodo, en la junta directiva nacional de julio, en un hotel del centro de Madrid. / ZIPI / Efe

Pilar Santos

Pilar Santos

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Este año ha habido doble cierre del curso político. El habitual, la última semana del mes de julio, y el de este jueves, con la fullería de Carles Puigdemont (Junts) en el centro de Barcelona. Su nueva desaparición y la investidura de Salvador Illa (PSC) en Cataluña dificultan todavía más la débil situación parlamentaria de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados esta legislatura. El pasado 23 de julio, Junts tumbó al presidente del Gobierno la senda de déficit que sometió a votación, el primer paso para empezar a elaborar los Presupuestos Generales del Estado de 2025, pilar para hacer viable la gobernabilidad. Sánchez ya renunció a presentar los de este año cuando Pere Aragonès (ERC) adelantó elecciones en Cataluña, así que en el PP consideran que puede gobernar un año sin ellos, pero no dos. 

En el partido de Alberto Núñez Feijóo, ven al presidente del Gobierno "tocado" por la fragilidad en el Congreso y la investigación judicial a su esposa, Begoña Gómez, un asunto que en septiembre volverán a relanzar con las comisiones de investigación en el Senado y en la Comunidad de Madrid. Un miembro del comité de dirección del PP cree que “la legislatura saltará por los aires y habrá elecciones generales” como tarde a principios de 2026 si Sánchez no logra un pacto presupuestario el año próximo. “Lo podemos ver totalmente hundido ya en 2025, acosado por los escándalos y sin Cuentas. Querrá aguantar lo máximo porque sabe que va a irse de la Moncloa, pero llegará un momento que todo caerá por su propio peso”, añade. 

En la misma línea, un barón territorial cree que el presidente “puede ir tirando algunos meses si va sacando algunas leyes” mientras intenta reconquistar a Junts, formación muy alejada por haber quedado en la oposición en Cataluña. Para atraerla, continúa esa fuente, Sánchez hará “nuevas cesiones” a Puigdemont con el fin de que le apruebe las Cuentas, unos “regalos” que, se jacta, facilitarán al PP “cualquier campaña que llegue”. “Ya sean las generales o alguna autonómica que también se adelante. Lo del concierto económico a ERC y cualquier guiño nuevo al fugado Puigdemont sepultarán las campañas del PSOE”, asegura.

Nueva etapa con Illa

El nuevo ciclo abierto por Illa en Cataluña, algo que Sánchez considera un hito y la prueba de que su política de “normalización” ha funcionado diga lo que diga Feijóo, no es suficiente para que el resto de España encaje un nuevo modelo de financiación, reflexiona una presidenta autonómica del PP. A falta de que el Gobierno central, tanto Sánchez como María Jesús Montero, ministra de Hacienda, den explicaciones, la versión ofrecida por ERC es que Cataluña se sale de la caja común y saldrá beneficiada económicamente en detrimento de las autonomías más pobres de España

“Si no saca los Presupuestos de 2025, tiene que convocar elecciones generales en 2026”, apunta un veterano asesor del PP. “Otra cosa es que le aprueben los Presupuestos y pueda llegar al 2027”, sigue. Esta fuente no cree que la debilidad de Sánchez y el enredo de Puigdemont deban animar a algunos presidentes autonómicos populares a disolver parlamentos y convocar elecciones anticipadas. 

Un parlamentario con mando en la dirección del grupo popular recuerda que “los adelantos de las urnas hay que justificarlos muy bien o es peligroso y se te vuelven en contra”. Y pone como ejemplo cuando Alfonso Fernández Mañueco decidió hacerlo, en febrero de 2022, en Castilla y León porque las encuestas que tenía sobre la mesa le daban mayoría absoluta. Los ciudadanos de esa autonomía no entendieron que hubiera roto con Ciudadanos y las urnas rebajaron las expectativas: al final salió reelegido asociándose con Vox. 

La relación con Vox

El partido de ultraderecha es para el PP el principal quebradero de cabeza este próximo curso político y también por la razón presupuestaria, sobre todo. Después de que Santiago Abascal, líder del partido ultra, decidiera romper el pasado julio los cinco gobiernos autonómicos en los que estaba en coalición (Murcia, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón y Extremadura) para radicalizar su discurso y tratar de obtener nuevos seguidores en el terreno de la xenofobia y la inseguridad, el PP tiene “el reto de demostrar que puede gobernar solo”. “Ese es nuestro principal objetivo para los próximos meses, mientras Sánchez acaba de hundirse como político. Tenemos que demostrarlo en esas comunidades, porque nos servirá ante las próximas autonómicas y las generales, sean cuando sean”, señala el parlamentario. Los presidentes y presidentas de las cinco comunidades ya han dicho estos días que están abiertos a hablar con todos los grupos para sacar adelante sus Presupuestos. Ellos, como Sánchez, tampoco lo tendrán fácil.

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