Toma de posesión en Palau

El Gobierno se vuelca con Illa para poner en marcha cuanto antes la Generalitat socialista

Directo: toma de posesión de Salvador Illa, en directo: nuevo gobierno de Catalunya, consellers y última hora de Puigdemont

Illa, tras tomar posesión como president: "Mi propósito es unir, respetando la pluralidad de Catalunya"

El discurso de Illa en la Generalitat, en 10 frases

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a su llegada a la toma de posesión de Salvador Illa como president de la Generalitat.

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a su llegada a la toma de posesión de Salvador Illa como president de la Generalitat. / Alberto Paredes / Europa Press

Júlia Regué
Sara González
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En los pasillos del Palau de la Generalitat corría este sábado el entusiasmo y cierto respiro entre los ministros del Gobierno. Una comitiva encabezada por la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda María Jesús Montero, junto con el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños; el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu; el ministro de Cultura, Ernest Urtasun; y la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, celebraba que su estrategia en Catalunya haya dado la presidencia a Salvador Illa. "Por fin", repetían también en el 'sottogoverno'.

Y es que en el Ejecutivo central consideran clave poder lucir que la estrategia de la desjudicialización les ha permitido hacerse con el mando en Catalunya y, de paso, consumar la división entre ERC y Junts. Pendientes de todos los movimientos de los republicanos, se agradecía también el esfuerzo de los negociadores remando a favor de que las bases dieran su aval al pacto. Los efectos que tendrá la presidencia de Illa sobre el bloque que apoyó a Pedro Sánchez todavía están por ver, pero desde el Gobierno se pedía no adelantar pantallas porque JxCat, por ahora, no ha descartado negociar los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, en el Ejecutivo dudan de que puedan votar contra las modificaciones que requiere la nueva financiación catalana, algo que creen que por mucha lucha cainita que haya con Esquerra "no podrían explicar a los catalanes".

Por y para Illa

Lo que está claro es que ahora remarán por y para Illa. El president, que prevé celebrar la primera reunión del Consell Executiu el martes, podrá contar con el Gobierno para marcar perfil en la nueva Generalitat socialista con medidas palpables en los primeros 100 días. Y es que parte de los acuerdos forjados con ERC y los Comuns dependen de ello. El despliegue de una nueva financiación "singular" -en el Ejecutivo central se resisten a hablar de concierto- se pondrá en marcha cuanto antes reuniendo la comisión bilateral.

Los motores para el traspaso de Rodalies ya están en marcha, pero ahí cabe anunciar alguna medida que sea palpable para los usuarios. Más allá de las concreciones de lo que se pueda pactar, hay otro trabajo más sinuoso que es el de poder defender ante los barones socialistas que tanto la amnistía como el pacto económico "valían la pena".

Antes de que Illa saliera a la plaza de Sant Jaume para saludar a los simpatizantes, Montero ha "felicitado a Catalunya y a España" por el nombramiento: "Hoy es un día histórico, un día grande, en el que abrimos una nueva etapa política tanto para Catalunya como para el conjunto de España". En la misma línea se expresaba Bolaños, buen conocedor del Palau tras años negociando con ERC y, especialmente, con la exvicepresidenta Laura Vilagrà, con quien consiguió forjar acuerdos y mantener un hilo de contacto permanente.

Lejos de querer poner el énfasis en el 'procés', las prioridades las sitúan ahora en el fortalecimiento de los servicios públicos, algo en lo que también ha querido incidir Illa. Siguiendo la doctrina del lema con el que emprendió la precampaña electoral, "unir y servir", tratará de alumbrar la nueva Generalitat socialista con la ambición de que se pase página, aunque la comidilla sobre la fuga del expresident Carles Puigdemont y el cruce de duras acusaciones con los Mossos d'Esquadra animaba todos los corrillos. En el Gobierno seguían poniendo sobre los Mossos d'Esquadra la responsabilidad de que reapareciera y se fugara sin más, con el daño que implica para la Generalitat que uno de los principales rasgos del autogobierno como es la policía catalana quede en entredicho.

El president zanjó el festejo entrando en su despacho dispuesto a empezar la ronda de llamadas a los que le acompañarán en este nuevo mandato.