Renfe

Puente advierte que el incidente del túnel de Chamartín "colma el vaso" con Talgo y Renfe exigirá indemnizaciones

La avería provocó retrasos de hasta dos horas en una decena de trenes

Los pasajeros rompieron una ventanilla del tren para que pudiera ventilarse el interior

Un pasajero de Renfe rompe las ventanas ante el calor y la falta de climatización.

Un pasajero de Renfe rompe las ventanas ante el calor y la falta de climatización.

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Un tren de Renfe se quedó este lunes parado durante casi tres horas en el túnel de acceso a Chamartín. No tenía aire acondicionado y los pasajeros terminaron rompiendo las ventanillas.

Ahora, Renfe acusa a Talgo del "mal funcionamiento" de los trenes de la serie S106 e informa de que "no descarta emprender acciones legales contra Talgo por los daños causados" y por "el retraso en la entrega de los trenes pendientes".

En un comunicado de prensa enviado este martes por la mañana, la operadora explica que la avería que sufrió el tren fue eléctrica. Concretamente, según ha podido saber este diario, al tren no le cerraba el disyuntor.

El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha elevado el tono en Twitter y ha dicho que esta incidencia es la que "colma el vaso".

El tren era un AVLO que hacía el trayecto Valencia - Madrid. La incidencia provocó retrasos de entre "60 y 120 minutos" en otros diez trenes, según informó Renfe a este diario.

Renfe destaca en su nota que no es la primera vez que un tren como este da problemas. "Esta nueva avería se une al incremento de graves incidencias técnicas en los trenes S106, por lo que Renfe considera emprender acciones por responsabilidad contractual y extracontractual contra Talgo".

La empresa está "cuantificando el daño reputacional y en indemnizaciones a viajeros" que está sufriendo debido a las incidencias en estos trenes.

Trabajadores de Renfe consultados por este diario han confirmado que los trenes S106 están dando problemas. "Es el primero de alta velocidad y ancho variable", dice uno de ellos. "Supongo que Talgo está haciendo ajustes continuamente, pero nunca ha dado problemas de fiabilidad en sus trenes".

Renfe tardó mucho en reaccionar

Esta no es la primera bronca entre Renfe y Talgo. La operadora estrenó los trenes S106 en mayo de este año, aunque la entrega por parte de Talgo estaba prevista para enero de 2021. Renfe reclama a Talgo 166 millones de euros por este retraso, así que las medidas que tome en relación a las incidencias se sumarán a esta reclamación.

"Talgo ha tardado más de dos años en entregarlo. El tren ha costado muy barato porque así lo quiso Renfe", destaca uno de los trabajadores consultados, que es interventor en el AVE. "Después de dos años de retraso había tiempo suficiente para haberlo preparado bien y no sacarlo en esas condiciones. Pero lo han puesto a funcionar por todas las líneas [concretamente, a Asturias, Galicia, Valencia y Barcelona]. A mí me parece una temeridad".

Este interventor, sin embargo, cree que la actuación de Renfe tampoco fue acertada porque tardó mucho tiempo en reaccionar.

Según se lee en el registro de incidencias al que ha tenido acceso este diario, la interventora del tren averiado solicitó socorro a las 16:40 del lunes y el tren para remolcarlo no llegó hasta las 18:09, una hora y media después.

"Si la avería sucede en un tren normal, se manda socorro y pasan los viajeros de un tren a otro. Pero eso no es posible en el túnel. Lo que no es normal es que tarde una hora y media en llegar. El tren se quedó al lado de Chamartín, no en mitad de Despeñaperros. Habría que pedirle a Renfe responsabilidad por tardar tanto en establecer un socorro en un sitio muy cercano a dos estaciones. Es algo que tendría que estar mucho más preparado", añade el consultado.

Renfe, por su parte, indica que su equipo técnico está preparando un "informe de fiabilidad sobre la operación global de la Serie 106" para tomar "las medidas de ajuste operativo oportunas" y pide disculpas a los viajeros afectados.

El enfrentamiento entre ambas empresas se produce en plena OPA sobre Talgo. Un consorcio participado al 55% por fondos privados y al 45% por el fondo estatal Corvinus lanzó una oferta pública de adquisición en marzo. El Gobierno la rechazó entonces por creer que hay inversores rusos detrás y está intentando hacer todo lo posible (por ejemplo, alargar los plazos) para evitarla.