Comparecencia en Palau

Aragonès se despide reivindicando el concierto económico como el mayor "salto en soberanía" en 47 años

El president replica a Junts que la responsabilidad de una posible detención de Puigdemont es solo del Tribunal Supremo

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Junts pedirá que se suspenda el pleno de investidura si Puigdemont es detenido

El 'president' en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès, comparece para hacer balance

Marc Asensio/Vídeo EFE

Júlia Regué

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Pere Argonès se ha despedido este martes de la Generalitat. El president en funciones ha oficiado el que previsiblemente será el último Consell Executiu y ha comparecido en la Galería Gótica del Palau para hacer balance y dar carpetazo a su Govern republicano, cuyo mando asumió oficialmente en 2021, pese a que la provisionalidad le llevó ya al frente de la institución en 2020, con la inhabilitación de Quim Torra.

"Haber presidido Catalunya ha sido el honor más grande de mi vida", ha arrancado el jefe del Executiu en funciones, y ha dejado claro al que será su sucesor, Salvador Illa, que deja una Catalunya "más próspera" y en mejores condiciones que la que le ha tocado gestionar a él. Ya no solo desde el flanco independentista, ya que se ha encargado de subrayar que los indultos, la derogación del delito de sedición y la amnistía fueron fruto de la mesa de diálogo que le tocó defender en solitario tras el plante de Junts y su posterior salida del Govern, sino también desde el punto de visto de vista económico, con un concierto económico acordado entre Esquerra y el PSC que asume "íntegramente" su propuesta de financiación singular. Un triunfo de la negociación que ha tildado como "el salto en soberanía más importante tras la recuperación de la Generalitat con el fin del franquismo", en 1977.

El president de la Generalitat, Pere Aragonès.

El president de la Generalitat, Pere Aragonès. / Marc Asensio

"La legislatura que dejamos atrás es en la que ese ha profundizado más que nunca en el diálogo y se ha abordado el conflicto político del Estado. Ha valido la pena, ha permitido avanzar, dejar atrás la represión y lograr las cuotas de autogobierno más relevantes de los últimos 18 años", ha defendido, ante la atenta mirada de su vicepresidenta, Laura Vilagrà, y de todos sus consellers -salvo Natàlia Mas-. A cada uno de ellos les ha regalado el libro "Aforismes" de Joan Fuster, con una dedicatoria personalizada.

Catalunya, encarrilada

Aragonès ha repasado las medidas estrella de su Govern, un ejecutivo al que le ha tocado liderar en minoría tras la ruptura con los posconvergentes, con el apoyo externo del PSC y los Comuns, pero cuya geometría variable no le permitió superar el escollo de los presupuestos. El Hard Rock se interpuso como condición de los morados, y el adelanto electoral pasó de ser una opción a ser una realidad, con un descalabro de los republicanos y una victoria indiscutible de los socialistas. Pese al contexto, el también dirigente de Esquerra ha defendido que ha "revertido los recortes" con el crecimiento de un 30% del presupuesto y la mayor tasa de catalanes con trabajo, la gratuidad del Infantil 2 y el aumento de la plantilla de los Mossos d'Esquadra, así como los acuerdos para el traspaso integral de Rodalies o la gestión del Ingreso Mínimo Vital que son "frutos tangibles de la dinámica de la negociación".

Pese a que no logró recabar el apoyo de sus socios, el jefe del Govern también ha recalcado que alumbró una propuesta para una salida consensuada del 'procés', que "marca el camino" para que Catalunya pueda votar sobre su futuro político, el acuerdo de claridad, que ahora deberá abordarse en la Convención Nacional que han pactado ERC y el PSC, y que será una suerte de partidos catalanes en la que canalizar sus aspiraciones nacionales. "El horizonte nacional es conocido por todo el mundo y no es otro que la independencia. Cada paso que hemos hecho va orientado en esta dirección", ha indicado.

El president de la Generalitat, Pere Aragonès.

El president de la Generalitat, Pere Aragonès. / Marc Asensio

El regreso de Puigdemont

Sobre el regreso del expresident Carles Puigdemont a Catalunya, y su posible encarcelamiento, Aragonès ha deslizado que desea que pueda volver "en libertad", pero ha recordado que el Tribunal Supremo no ve amnistiable el delito de malversación por el que también está procesado. En plena pugna entre ERC y Junts, tras sugerir Puigdemont que si era encarcelado sería por la decisión de los republicanos de pactar con el PSC y de no apostar por una repetición electoral, Aragonès se ha limitado a exigir a los jueces que le apliquen el olvido penal siguiendo la literalidad de la norma y ha tratado de exonerar también así a los Mossos d'Esquadra, que deberán arrestarle en cumplimento de la orden del juez y ejerciendo como policía judicial.

Pese a que su adiós implica el fin de una década de gobiernos independentistas y que los socialistas vuelvan al poder tras 14 años del fin del tripartit, Aragonès ha evitado valorar si se trata de un cambio de época: "El tiempo lo dirá".