Análisis

Sánchez cierra con el Rey un día que empezó con un juez en Moncloa

Una jornada marcada con la inédita presencia de un juez en Moncloa para tomar declaración al presidente del Gobierno y por el pacto sobre financiación Cataluña entre PSC y ERC

El Rey mantiene su despacho de verano con Sánchez en el Palacio de la Almudaina.

El Rey mantiene su despacho de verano con Sánchez en el Palacio de la Almudaina. / Isaac Buj / Europa Press

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“Con absoluta normalidad”. Así aseguran que ha transcurrido la jornada del presidente del Gobierno que comenzó con el Consejo de Ministros ordinario de los martes, continuó por la inédita presencia de un juez para prestarle declaración en Moncloa, le llevó a liderar una extraordinaria reunión de la Ejecutiva del PSOE, siguió con el tradicional despacho veraniego en el Palacio de Marivent con el Rey y concluyó con una visita institucional a la presidente de Baleares, la popular Marga Prohens.

La coincidencia de que la declaración de Sánchez ante el juez Juan Carlos Peinado, en calidad de testigo por el caso de su mujer Begoña Gómez, con las horas siguientes al pacto entre PSC y ERC para la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat, permitió al equipo de Sánchez llenar su agenda de actos y, a la vez, minimizar tanto un hecho como el otro.

Ante la inédita presencia de un juez en Moncloa, desde el equipo de Sánchez se buscó restarle importancia. Se jugó hasta con el “despacho” elegido para la testifical. Fue en un edificio del Ministerio de Presidencia en lugar de una de las dependencias propias del jefe del Ejecutivo.

Pero antes de ese momento, que tuvo lugar sobre las 11 horas, Sánchez participó “como siempre” en la reunión ordinaria del Consejo de Ministros. Estuvo de principio a fin en la reunión del Gabinete, en la que no se mencionó nada sobre la visita de Peinado, según presentes en la misma.

Una vez despachado el Consejo de Ministros y la declaración ante el juez, que según el abogado defensor duró “exactamente dos minutos” porque Peinado la interrumpió al declarar Sánchez su relación de cónyuge de Begoña Gómez, el también secretario general del PSOE puso rumbo a la calle Ferraz. No sin antes sorprender al juez. Apenas había salido Peinado del recinto presidencial, cuando se conoció que Sánchez se querelló contra él por prevaricación.

Llegó con tiempo para la reunión extraordinaria de la Ejecutiva del PSOE fijada para las 13 horas, en la que hubo ausencias y otros entraron por videoconferencia por la premura de la convocatoria. Ahí se compartió con los dirigentes socialistas el documento de 25 páginas del acuerdo entre PSC-ERC y que está generando cierto revuelo en las filas del partido.

En algunos territorios hay militantes del PSOE que quieren tener también “el derecho” a pronunciarse sobre el acuerdo “como lo van a hacer en ERC” porque “es un asunto muy importante que nos va a afectar a todos los españoles y al Partido”.

Unas corrientes que para Moncloa son las mismas “críticas” de siempre -en referencia a Emiliano García-Page y Javier Lambán- y confían en que no tendrá recorrido. Aunque esta vez son varios los territorios que hablan de “desigualdad” y de cruzar líneas que se dijeron que no se iban a traspasar, como lo de sacar a Cataluña del régimen común de financiación. “Es todo un disparate”, apunta en privado un líder territorial a la espera de analizar el contenido del acuerdo.

Sánchez llegó esta vez solo a la sala Ramón Rubial mientras toda la dirección ya aguardaba. En la reunión, el presidente estuvo “bien, animado”, “contento y decidido”, trasladan algunos de los presentes.

“Valiente”, apuntan otras fuentes, porque el acuerdo cerrado con ERC supone, dicen, que la formación que hace unos años rompía con España ahora negocia y cierra acuerdo en la que le dan la Presidencia de Cataluña a un socialista. Y ponen el foco en que será Illa, el líder del PSC, el que tenga que desarrollar lo acordado.

El siguiente evento en la agenda obligó a Sánchez a desplazarse a Palma de Mallorca para, junto con el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, participar en la jura o promesa del nuevo magistrado del Tribunal Constitucional, José María Macías, un acto presidido por el Rey, en el Palacio Real de La Almudaina.

Después de ese acto, como cada verano marcando así el inicio del periodo estival, Sánchez despachó con Felipe VI. Evidenciando que la institucionalidad continúa pese a las circunstancias que rodean al presidente. Más de hora y media de encuentro.

Mostrando sumo control del momento, Sánchez se escudó en el "respeto" al Rey para evitó hablar sobre su declaración ante el juez, y remitió a la comparecencia del miércoles. Pero, ante preguntas de los periodistas en Palma, sí habló de manera calmada sobre el pacto PSC-ERC e hizo una defensa cerrada del mismo porque es "francamente positivo" para Cataluña y para España. "La solidaridad e igualdad entre españoles están garantizadas", destacó negando grietas en el PSOE porque la Ejecutiva socialista lo ha apoyado "por unanamidad", y una sola abtención.

Reforzando la actitud “valiente” que le reconocían en la Ejecutiva del PSOE, o de “impávido y altanero” como lo describió la abogada de Vox durante su declaración ante el juez, Sánchez regresó de Palma - tras verse también con la presidenta balear, Marga Prohens, al Palacio de la Moncloa, como broche de un día en el que interpuso la querella al juez Peinado “por prevaricación" e impuso al PSOE el acuerdo con ERC sin debate alguno con los territorios.

Antes de poner el cierre al curso político, mañana miércoles Sánchez comparecerá ante los periodistas en el Palacio de la Moncloa para el balance semestral de la labor de su Ejecutivo. Las cifras económicas tendrán una presencia destacada -presumiendo de crecimiento económicos y datos de empleo-, pero el presidente buscará cerrar estos dos episodios -acuerdo con ERC y declaración Peinado- antes de emprender sus vacaciones y dejar su impronta de que se crece ante la adversidad.