Apuntes políticos de la semana

¿Por qué no usa Feijóo su mayoría en el Senado para interrogar a Sánchez sobre su mujer?

La mayoría absoluta en la Cámara alta permite al PP convocar al presidente cuando quiera y las veces que quiera para que dé explicaciones sobre el trabajo de su esposa, pero su tardanza en hacerlo demuestra que sabe que es un arma de doble filo

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Pilar Santos

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Begoña Gómez se ha convertido para el PP en su principal eje de oposición este verano. La falta de explicaciones de Pedro Sánchez sobre el trabajo de su mujer y el uso que Gómez ha hecho de la sede del Palacio de la Moncloa han permitido a los populares denunciar unas dudas que no se sabe si acabarán siendo un delito, pero sí que está claro que son éticamente reprobables.  

Un silencio incomprensible

El presidente del Gobierno no hizo ni una sola mención a las sombras sobre su esposa en las seis horas y media de debate que hubo el miércoles en el Congreso. Su silencio es incomprensible. Entre intentar convertir en un gran escándalo de corrupción este caso, como hace el PP por interés partidista, y la omisión total de Sánchez tiene que haber un espacio para el sentido común. Así lo expresó Aitor Esteban, portavoz del PNV, en el debate: “Viendo los rebuscados argumentos jurídicos y quiénes son los acusadores [las asociaciones ultras Hazte Oír y Manos Limpias], yo creo que seguramente no habrá un caso penal reprobatorio. Ahora bien, le voy a ser muy sincero. A mí lo que me sorprende es que nadie diga que hay cosas que simplemente no se deben hacer, no porque las prohíba la ley sino porque no se deben hacer (...) No abordar el aspecto ético me parece un error por parte de todos”. 

La comisión del Senado

Cuando las primeras sospechas sobre el trabajo de Gómez empezaron a salir en la algunos medios, el PP se apresuró a ampliar la comisión de investigación del ‘caso Koldo’ (sobre el exasesor de José Luis Ábalos) en el Senado, para que en ella tuviera cabida todo lo referido a la esposa de Sánchez. Los conservadores cuentan con mayoría absoluta en esa Cámara así que tienen poder para presionar al Gobierno con las herramientas legislativas a su alcance, entre otras con comisiones de investigación y la lista de comparecientes.

Los populares estuvieron algunas semanas insinuando que convocarían a Gómez, algo que desestimaron al concluir que podrían quedar como unos “abusones”, en palabras de un vicesecretario. Por ahora no se han atrevido ni a incluirla en la lista de comparecientes. Pueden hacerlo y, después, nunca convocarla. El PP se centró enseguida en denunciar la falta de explicaciones de Sánchez y le amenazó con llevarle a él la comisión. El presidente del Gobierno está desde mayo en la lista aprobada por la comisión, solo a falta de fecha. Pero todo sigue siendo una amenaza semana tras semana. Van pasando los meses y los populares no rematan y no fijan el día y la hora. ¿A qué se debe esa dilación, además de para estirar la estrategia sobre su esposa? El portavoz de los populares, Borja Sémper, decía este viernes que su partido está esperando a tener más información para convocarle. Sin embargo, el PP puede llamar a Sánchez a esa comisión del Senado una, dos y las veces que quiera y vea necesarias si salen nuevas informaciones sobre su mujer que así lo aconsejen. 

El jueves hubo una reunión de senadores a puerta cerrada y, según varios participantes, la opción de convocar por fin a Sánchez no se abordó. Nadie sacó el tema siquiera. Todas las intervenciones fueron laudatorias de lo bien que los populares lo están haciendo. Saben que, por mucha mayoría absoluta, es Feijóo, que no participó en esa cita, el que decide. 

Las razones

La ‘comisión Koldo’, que sería el escenario para esa anunciada comparecencia de Sánchez, no está yendo tan bien como esperaba el PP cuando la abrió. Los interrogatorios a Koldo García y el resto de convocados han pasado sin pena ni titulares de gloria. Los senadores encargados de las intervenciones han ido cambiando (Gerardo Camps, Alejo Miranda, Fernando Martínez-Maíllo, Luis Santamaría…) y la portavoz del grupo, Alicia García, ni ha aparecido por la comisión para preguntar a nadie. 

Una de las dudas más importantes cuando Sánchez vaya (si finalmente va) es quién se encargará de la tarea de preguntar al presidente del Gobierno. Normalmente, los parlamentarios dicen abiertamente si quieren interrogar a algún compareciente en concreto. En este caso, nadie ha abierto la boca. No es un plato de gusto. “Si te sale bien, te encumbras; si te sale mal, estás muerto”, resume un senador. 

Javier Arenas, secretario general del grupo en el Senado, es con Alicia García la segunda persona del PP con más poder en la Cámara alta. Allí varios compañeros consultados lo descartan por su largo pasado en el partido y su declaración como testigo en el ‘caso Gürtel’. 

Si Feijóo finalmente se decide, tendría que pensar muy bien a qué senador o senadora encarga la delicada tarea del careo con Sánchez y el riesgo que corre si el presidente se va de rositas de ese interrogatorio sobre el trabajo de su mujer. Es un arma de doble filo.

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