PLAN DE REGENERACIÓN

Los socios marcan distancia con Sánchez por el caso Begoña Gómez y defienden por regular la figura del cónyuge

Moncloa trata de cerrar la puerta al debate sobre la necesidad de establecer un código ético para los familiares del presidente del Gobierno. Algunos socios lo ven positivo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa, Begoña Gómez, durante los actos del X Aniversario de la proclamación del rey Felipe VI.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa, Begoña Gómez, durante los actos del X Aniversario de la proclamación del rey Felipe VI. / José Luis Roca

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Los socios parlamentarios de investidura han ido soltando amarras con Pedro Sánchez a medida que avanzaba la investigación judicial sobre su mujer, Begoña Gómez. De la empatía por lo que algunos grupos deslizaron como ‘lawfare’ a cuestionar la falta de ética en las actividades que un juez investiga por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios. La prueba de este distanciamiento es que se ha agitado el debate entre los socios sobre la necesidad de regular la figura del cónyuge del presidente o presidenta del Gobierno. Fuentes parlamentarias de ERC aseguran que lo ven como una “buena idea” y que “se comentará” aprovechando la ronda de contactos del Gobierno con los grupos para consensuar las medidas del plan de regeneración democrática.

Por el momento no hay una estrategia conjunta entre los socios, aunque ninguno anticipa su rechazo a la espera de lo que se plantee en estas conversaciones. Si el PNV ha sido el más claro al recriminar falta de explicaciones por parte del Ejecutivo y advertir sobre los “límites éticos” en este caso, no se muestra entusiasta con una regulación. Con todo, fuentes parlamentarias del grupo vasco aseguran que lo estudiarán en caso de que otros socios lo pongan sobre la mesa.

Algunos diputados veteranos del Congreso señalan, sin embargo, la importancia de que los nacionalistas vascos hayan llevado al terreno político este debate. En parte por su “olfato” y por diferenciar la cuestión penal, que todos rebajan, a la ética. Después de posicionarse en la tribuna del Congreso el pasado miércoles, sorprendiendo a la bancada socialista, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, insistía durante una entrevista en RNE que “hay algunas cosas que no toca hacer”. “Aquello de que no solo hay que ser, sino parecerlo”, criticaba para concluir que en las actividades de Begoña Gómez ha habido “cierta relajación o descuido”.

EH Bildu no tiene previsto abordar esta carpeta en sus conversaciones con el Gobierno, según fuentes del grupo parlamentario, aunque reconocen el debate. El temor es que este paso contribuya al “circo” político y mediático en torno al caso de la mujer del presidente. Algunos diputados abogan en privado y desde su opinión personal por hacer algún tipo de planteamiento, pero jugando bien con los tiempos y sin precipitarse. Esperar así a que se enfríe este asunto y, antes de tomar una decisión, comenzar por reclamar informes independientes. A algún tipo de comisión de expertos o, incluso, al Consejo de Estado y analizar sus propuestas mirando al derecho comparado.

En Moncloa cierran la puerta a esta posibilidad. “No está sobre la mesa”, concluyen fuentes del Ejecutivo. Regular la figura del cónyuge en estos momentos, algo inusual en las democracias europeas más allá de los intentos fallidos en Francia o el código ético para familiares en Reino Unido, supondría asumir de forma indirecta que Begoña Gómez habría traspaso ciertos límites morales. Precisamente, lo que comienzan a señalar en público algunos socios.

Ofensiva del PP

El PP va un paso más allá para enmarcar este asunto en lo delictivo. De hecho, ante la evolución de la investigación judicial enterraron la demanda de regular la figura del cónyuge que propusieron en su momento. En su reunión con la comisión del Gobierno para tratar el plan de regeneración democrática acudirán con más ánimo de escucha que propositivo. Ante los avances en la investigación, los populares tienen decidido redoblar su ofensiva. Algo que desde el Gobierno dan por hecho al atribuirlo a una forma de tapar la “inestabilidad” en los gobiernos autonómicos tras la ruptura con Vox, así como a la “falta de proyecto” para hacer oposición en asuntos sociales o económicos.

La paradoja del distanciamiento de los socios es que Pedro Sánchez se comprometió a impulsar un plan de regeneración para responder a la investigación sobre su esposa, basada en “bulos” de “pseudomedios”. Quien más ha subido el tono es el PNV, pero el resto de socios tampoco se han quedado cortos en sus críticas por considerar las medidas del plan faltas de ambición. La agitación del debate sobre una reglamentación que enmarque la figura del cónyuge tendría un efecto bumerán.

Falta de explicaciones

El desarrollo del plan necesita además el apoyo de todos los socios y el Ejecutivo debe hacer equilibrios para conseguirlo. De cara a la búsqueda de consensos, Sánchez se ha limitado a esbozar un esqueleto de sus propuestas para dejar en manos de los grupos su concreción. Asimismo, en el Gobierno se abren a incluir propuestas de los socios que acerquen su voto a favor, como retomar la reforma de la ley de secretos oficiales o la negociación para modificar o suprimir algunos de los artículos de la denominada ley mordaza. Un marco pretendidamente amplio para incluir propuestas que faciliten un acuerdo.

Los propios portavoces del Gobierno y de Ferraz no han podido aclarar hasta el momento el motivo por el que la esposa del presidente participó en reuniones junto a Sánchez y el empresario que recomendó, Carlos Barrabés. Unas reuniones de las que dio cuenta Barrabés en su declaración ante el juez. La explicación oficial desde el Ejecutivo es que las reuniones con empresarios, públicas o privadas, son habituales y necesarias. Sin embargo, eluden responder al hecho de que en estas participe la esposa del jefe del Ejecutivo. A ello se suma el hecho de que la Universidad Complutense haya denunciado falta de colaboración de Begoña Gómez en la investigación por “apropiación” del ‘software’ de su máster.