NEGOCIACIONES CON ERC

Sánchez tranquiliza a la ejecutiva del PSOE sobre la investidura de Illa: “No está hecha, pero avanza”

Mientras Marta Rovira rebaja las expectativas y advierte que romperá negociaciones si no hay un preacuerdo antes de agosto, el líder de los socialistas traslada “optimismo” a la dirección de su partido

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, y el secretario de Organización, Santos Cerdán, durante la reunión de la ejecutiva este lunes.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, y el secretario de Organización, Santos Cerdán, durante la reunión de la ejecutiva este lunes. / Carlos Luján / Europa Press

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El PSOE aleja el escenario de la repetición electoral en Catalunya y, con ello, el vértigo a profundizar la inestabilidad de una legislatura sin Presupuestos. Lo que hace apenas un par de semanas era una hipótesis cada vez más plausible, según reconocían tanto en Ferraz como en Moncloa, ha vuelto al terreno de lo remoto. El encargado de elevar las expectativas ante los suyos ha sido el propio Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno y líder de los socialistas trasladó en la reunión de la ejecutiva celebrada este lunes en Ferraz durante casi dos horas su “optimismo” respecto a un acuerdo con ERC para facilitar la investidura de Salvador Illa como president de la Generalitat.

Según fuentes presenciales, nunca habían visto a Sánchez con tantas expectativas. El presidente del Gobierno siempre creyó en la posibilidad de un acuerdo, pero este lunes trasmitió a la dirección de su partido mucha más tranquilidad. Lo que le comunicó en la ejecutiva, según las mismas fuentes presentes en el cónclave, es que el acuerdo para la investidura “no está hecho, pero avanza”. Las negociaciones para las que cuenta con plena autonomía el PSC avanzarían positivamente.

Al mismo tiempo que el jefe del Ejecutivo, en permanente contacto con Salvador Illa, trasladaba esta información a los suyos, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, lanzaba una suerte de ultimátum. Tras participar en la primera reunión presencial en seis años de la dirección permanente de ERC tres días después de su regreso a Catalunya, avisaba que romperán las negociaciones si no hay un preacuerdo antes de agosto.

Rovira templaba el optimismo en rueda de prensa y advertía que a pesar de que "el ritmo [de las conversaciones con el PSC] es bueno, esto no garantiza unos buenos resultados". La dirigente de ERC reclamó más “movimientos” y “sustancia” en las carpetas que negocian con los socialistas y, sobre todo celeridad. "Debemos saber si hay agua en la piscina. Si no, nos levantaremos de la mesa de negociación", avisó.

Los socialistas ya vienen intentando rebajar las prisas de ERC durante los últimos días y el propio Illa reclamaba desde el consejo nacional del PSC más tiempo para evitar “renuncias” por ambas partes. El plazo límite para una investidura se sitúa a finales de agosto. “Los plazos hay que respetarlos y abordarlos con paciencia”, aseguraba la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, en rueda de prensa después del último Consejo de Ministros. El ejemplo que ponen sobre la mesa son las negociaciones para la investidura en Euskadi, que a pesar de ser una reedición de un acuerdo con el PNV tardó dos meses en fructificar.

Con la opción del bloqueo cada vez más alejada, al menos según la sensación generalizada en Ferraz, los socialistas apuestan por no precipitarse. Pese a la advertencia de Rovira, en la dirección del PSOE subrayan que la respuesta de los catalanes en las urnas ha sido clara no solo en las catalanas, sino también en las europeas. Asimismo, defienden que la sociedad catalana habría pasado página y ajena a los discursos que busquen “incendiar desde la política”.

Financiación “singular”

La principal carpeta sobre la mesa de negociación tiene que ver con la financiación singular para Catalunya que exige ERC. Una cuestión a la que no solo se oponen en bloque el resto de comunidades gobernadas por el PP, sino que también es un asunto divisivo dentro de las filas socialistas. Más allá del crítico Emiliano García-Page, quien en el marco del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) celebrado este lunes ya anticipó su rechazo a que nadie pueda “tener las lleves” de la caja común, las distintas federaciones socialistas también han mostrado sus dudas frente a lo que tildan como “privilegios”.

Aunque el Gobierno se cierran a un cupo catalán, no han concretado su propuesta para cuadrar el círculo y contentar tanto a los independentistas catalanes como al resto de comunidades autonómicas. En Moncloa se limitan a explicar que están trabajando en “fórmulas imaginativas” que no pasen por sacar a Catalunya del régimen común y eviten un agravio comparativo con otros territorios. Frente a ello, Rovira insistía este lunes en que su propuesta pasa porque Catalunya "salga del régimen común" y que, por lo tanto, el modelo se asimile más al concierto vasco.

Dentro del marco del Estatut y la Constitución, al que apelan los socialistas, se situaría la apuesta de Illa por un consorcio económico que permitiría una gestión de los tributos compartida por la Generalitat y el Estado. De ahí que defiendan la "compatibilidad" de negociar una financiación singular de Catalunya con una negociación multilateral con todas las comunidades autonómicas.