Marta Rovira defiende el concierto económico como palanca para avanzar hacia el referéndum

La secretaria general de ERC, Marta Rovira, ha regresado este viernes por primera vez a la sede del partido en Barcelona desde que se fue a Suiza en marzo de 2018. Allí la han recibido por todo lo alto dirigentes, compañeros y trabajadores de la formación. Ha llegado por la tarde para participar primero en una reunión de la dirección del partido y, después, en una reunión del consejo nacional. En su primer discurso presencial ante la organización, ha defendido la negociación con el PSC para la investidura de Salvador Illa, siempre que sea a cambio de lograr el "concierto económico" para Catalunya. Un concierto que ve estratégico para "ganar espacios de soberanía" y para "estar más preparados" para un referéndum de independencia en el futuro.

Es la primera vez que la dirigente republicana apuesta tan claramente por pactar con el PSC la investidura, aunque también deja claro que el listón no puede ser más bajo que tener una financiación como el País Vasco por la que la Generalitat pase a gestionar todos los impuestos. Serán los militantes de ERC quienes, en última instancia, decidan si avalan o no el acuerdo con los socialistas y por esto Rovira ha tratado de convencerles de que la nueva financiación sería "un nuevo paso hacia la república".

La secretaria general también ha hecho una cruda radiografía sobre el momento actual del movimiento independentista: ha recordado que no tiene mayoría en el Parlament, ni unidad estratégica, ni un horizonte claro hacia el que remar. De hecho, ha admitido que en el otoño de 2017, tras el 1-O, Catalunya "no estaba preparada para la ofensiva del Estado". Es por esto que su propuesta ha sido clara: lograr este concierto económico como palanca para "abrir un nuevo ciclo" que ponga Catalunya de nuevo en la senda independentista. Habrá que ver qué le parece al PSC que ERC vincule la nueva financiación a un balón de oxígeno para reavivar el 'procés'.

Debate con 'fair play'

Se ha notado que Rovira tenía ganas de dirigirse en persona a la militancia tras tanto tiempo haciéndolo a través de una pantalla porque ha hecho un discurso de casi una hora, inusualmente largo en su caso. Y en todo este tiempo no podía obviar la otra cuestión estrella más allá de la investidura: la crisis que vive el partido desde el batacazo de las elecciones catalanas. Ella no ha tenido reparos en admitir que ERC lleva acumulando "malos resultados" en los últimos cuatro comicios consecutivos -municipales, generales, catalanas y europeas-, un cúmulo que varapalos en las urnas que fue especialmente duro en mayo, cuando perdieron 13 diputados en el Parlament y también la presidencia de la Generalitat que ahora ejercen en funciones.

Para la secretaria general la receta es muy clara: "hacer piña" internamente y evitar la "autocrítica destructiva". Es decir, Rovira no tiene reparos en reconocer que la organización necesita revisar postulados, estrategias e incluso renovar a sus dirigentes, pero ha pedido que se haga con una actitud constructiva y no con los episodios de caos que se han registrado en las últimas semanas. "Alguna cosa tenemos que cambiar, pero, mientras debatimos, no tenemos que sufrir tanto", ha dicho.

Para evitar especulaciones, ha querido dejar claro que su regreso de Suiza no cambia sus planes: no quiere ser candidata a las próximas elecciones catalanas ni tampoco quiere repetir como secretaria general en el congreso que Esquerra celebrará el 30 de noviembre. Ella quiere dejar paso y se ha mostrado convencida de que hay "talento" en el partido para que aparezcan nuevas caras. Rovira y sus afines viven un enfrentamiento con Junqueras y los suyos por el control del partido, pero la secretaria general ha evitado, como mínimo en público, abonar la polémica y el cuerpo a cuerpo. Eso sí, en su capítulo de agradecimientos personales no ha incluido al expresidente de ERC.

Viviendo "un sueño"

Tras haber pasado seis años y tres meses en Suiza, en su discurso también ha incluido muchas referencias al hecho de volver a estar de nuevo a Catalunya. "Tengo la sensación de estar viviendo un sueño", ha dicho. Cuando esta mañana ha llegado a su localidad natal, Vic, ha pedido que le pellizcaran "varias veces" para acabar de creérselo. Pese a la alegría, también ha tenido dardos para la judicatura y para el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. A los dos les ha dicho que su vuelta no se debe al error procesal que ha obligado a archivar el caso que la investigaba por terrorismo, sino porque ni el movimiento independentista ni ella se han rendido. "Estoy en casa porque no he cometido ningún delito", ha zanjado.