¿Y ahora qué?

Junts intenta mantener viva la investidura de Puigdemont sin aclarar su regreso

PERFIL | Puigdemont, el expresident de las carambolas

¿Por qué ni Illa ni Puigdemont quieren presentarse ahora a la investidura?

La disputa por el poder en Junts más allá de Puigdemont

Los 5 nudos que tiene que deshacer Illa para pactar con ERC y los Comuns

Puigdemont, durant un acte de Junts a Cotlliure (França), el 7 de juny.  | DAVID BORRAT / EFE

Puigdemont, durant un acte de Junts a Cotlliure (França), el 7 de juny. | DAVID BORRAT / EFE

Carlota Camps

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Ni debate de investidura ni regreso del expresident Carles Puigdemont a Catalunya por Sant Joan. El próximo miércoles se activará la cuenta atrás de dos meses para elegir nuevo president de la Generalitat antes de tener que repetir elecciones. Y se hará sin que ni Puigdemont, ni tampoco el socialista Salvador Illa, se sometan a un debate de investidura. Los dos líderes aseguran que su voluntad es dar el paso y postularse, pero mantienen que no lo harán hasta tener los apoyos asegurados. De momento, el PSC ya ha empezado a negociar con ERC, fijando la financiación como cuestión central, y confía en amarrar sus votos y los de los Comuns para llegar al Palau de la Generalitat antes del 26 de agosto, fecha límite para lograr la investidura. Por delante, nueve semanas en las que Junts también tratará de mantener vivas las posibilidades de Puigdemont, mientras evita enseñar las cartas de su eventual regreso.

Mantener viva la 'opción Puigdemont'

Mantener viva la 'opción Puigdemont'

La renuncia de Puigdemont a presentarse a la investidura permite ganar tiempo al expresident, pero también puede quitarle el foco, especialmente si la negociación entre socialistas y republicanos avanza. Para evitarlo, el partido necesita tratar de mantener que su investidura es plausible, algo que también les permitiría salvaguardar el protagonismo de su líder en caso de repetición electoral. Un relato que intentarán inculcar aferrándose al pacto con ERC y la CUP que permitió a Josep Rull llegar a la presidencia del Parlament y mantener la mayoría independentista en la Mesa. Que además este acuerdo para el órgano de gobierno de la institución se empezara a cosechar en una reunió entre Puigdemont y Rovira, tras años sin verse, refuerza su relato.

Sin embargo, la aritmética parlamentaria va mucho más allá de las sumas y restas, además, los sistemas de elección de los dos cargos son muy diferentes. Para impedir el nombramiento de Rull, el PSC tenía que pactar con ERC o el PP para que se pronunciaran a favor de su candidato, ya que en segunda votación salía elegido el nombre más votado. No es así en el caso de la elección del jefe del ejecutivo, en la que solo se somete a escrutinio al postulante, que debe conseguir 68 votos afirmativos o, en última instancia, más votos a favor que en contra, algo que, en el caso de Puigdemont, solo sería posible con la abstención de los 33 parlamentarios socialistas.

La carta desestabilizadora del regreso

La carta desestabilizadora del regreso

A pesar de defender en público que la mayoría "más operativa" para la investidura es la suma independentista, en Junts miran de reojo las negociaciones entre el PSC y ERC. Prueba de ello fue el reproche público del pasado lunes, cuando Puigdemont acusó a Sánchez de hacer "chantaje" con el modelo de financiación, ofreciendo un trato singular como "moneda de cambio" para que Illa llegue a la Generalitat. Está por ver aun si socialistas y republicanos pueden llegar a un acuerdo en este aspecto, ya que de momento chocan en el significado de "financiación singular" -ERC quiere una especie de 'concierto vasco'-, pero Puigdemont podría jugar con la carta de su regreso para alterar el tablero político y dinamitar un posible pacto entre ambos actores que dejaría a Junts en la oposición.

Y es que el expresident prometió durante la campaña regresar a Catalunya para asistir presencialmente al primer debate de investidura, fuera quien fuera el candidato. Que cruzara la frontera finalmente para asistir a una investidura de Illa podría tensar aún más a ERC internamente a la hora de dar sus votos al PSC. Más aún si Puigdemont fuera detenido al hacerlo, ya que la orden de detención sigue vigente. De momento, el partido mantiene que los planes de Puigdemont no han cambiado y que su compromiso de regresar para el debate de investidura sigue en vigor, pero evitan dar ninguna concreción y mantienen blindados todos sus planes.

Repetición electoral y campaña en Catalunya

Repetición electoral y campaña en Catalunya

Pero cabe aún otra posibilidad, que ningún candidato consiga los apoyos y que el 26 de agosto se convoquen automáticamente elecciones para el 13 de octubre. Públicamente, Junts dice que la repetición no es una opción deseable, pero el resto de formaciones ya le acusa de buscar este escenario, algo que podría beneficiar a la formación en caso de que Puigdemont pueda hacer campaña en Catalunya. O, como mínimo, el partido considera que le podría dejar en igualdad de condiciones respecto al resto de candidatos.

Además, en caso de nuevas elecciones, las negociaciones se producirían en paralelo a las de los Presupuestos Generales del Estado. Puigdemont ya ha amenazado en múltiples ocasiones con tumbar todas las cuentas de Sánchez si Catalunya no pasa a recaudar el 100% de los impuestos y se ganartiza la ejecución de las inversiones previstas.

Si durante los próximos dos meses se celebra una sesión de investidura, el expresident tiene la oportunidad de cumplir su promesa y volver. Si no fuera así, y finalmente ni él ni tampoco Illa decidieran dar el paso por falta de apoyos, Puigdemont podría recuperar sus planes iniciales. Antes de la convocatoria de elecciones anticipadas, el líder de Junts tenía previsto regresar por la Diada del 11 de septiembre. Podría ser su primer acto electoral, o incluso decidir esperar algo más y hacerlo cerca del 1 de octubre, dos días antes del inicio de la campaña electoral oficial.

Sin embargo, todo este escenario estará condicionado por su situación judicial. De momento, el Tribunal Supremo mantiene en vigor la orden de detención, en contra del criterio de la Fiscalía. Y está por ver si puede tener algún efecto la nueva causa abierta por el juez Joaquín Aguirre de investigarle por un delito de malversación y alta traición por la trama rusa de 'procés'.