Tras las elecciones europeas

El PP mantiene su estrategia de aventar un fin de ciclo: "El Gobierno es hoy más débil que ayer"

El aguante de Sánchez en las europeas seguirá teniendo por respuesta que "la legislatura está agotada". En Génova creen que la dimisión de Yolanda Díaz y el Parlament en manos de Junts certifica que la inestabilidad irá a más

Miguel Ramos vota en las elecciones europeas en Madrid.

Miguel Ramos vota en las elecciones europeas en Madrid. / EFE

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El PP seguirá agitando la idea de legislatura agotada tras ganar las elecciones europeas y a pesar de las muestras de resistencia que ha dado el PSOE de Pedro Sánchez, superando el 30% del voto y 20 eurodiputados. Los conservadores no solo mantendrán el tono más duro de oposición -y que ahora ven avalado con cuatro puntos de ventaja sobre los socialistas que se traduce en 700.000 votos- sino que insistirán en la convocatoria de elecciones generales y de un fin de ciclo que ya no tiene remedio.

A diferencia de lo ocurrido en la mayor parte de países europeos, en España las dos fuerzas mayoritarias del centro derecha y centro izquierda, además de partidos europeístas, superan el 64% del voto. Las dos formaciones tienen cosas que celebrar tras las elecciones. El plebiscito lanzado por Feijóo no tuvo respuesta firme, pero el PP cosechó una victoria contundente. Los socialistas mantienen un apoyo muy importante, aun siendo segunda fuerza, a pesar de la ley de amnistía, el resto de alianzas, la trama Koldo y recientemente el caso sobre Begoña Gómez. Sin embargo, la lectura de la dirección nacional conservadora es que la “inestabilidad” que seguirá dominando la legislatura será “insoportable”. Y bajo la idea de que “hoy el Gobierno es más débil que ayer” seguirá operando Feijóo.

Para el PP ya se han producido movimientos políticos que contribuyen a pensar que la legislatura no podrá durar mucho. El primero, como consecuencia directa de la debacle electoral de Sumar en estas elecciones europeas, la dimisión de Yolanda Díaz al frente de ese espacio político. “Indiscutiblemente el estado en el que queda el socio minoritario de la coalición contribuye a una mayor inestabilidad. Puede haber efectos aún por definir. Y, en todo caso, es malo para el Gobierno en su conjunto”, reflexiona un dirigente de la cúpula conservadora.

A eso se suma el pacto entre los independentistas en Cataluña para que un dirigente de Junts, Josep Rull, presida el Parlament en la nueva legislatura. A la espera del desenlace sobre la gobernabilidad catalana y si Salvador Illa logra ser el próximo president de la Generalitat, los populares consideran que ERC “ha tomado buena nota” del desgaste de apoyar al socialista en Madrid. Y creen que incluso si Illa legara a la Generalitat, Sánchez “tendrá imposible mantener todos los equilibrios”

Ya desde hace semanas dirigentes de Génova y del grupo parlamentario en el Congreso dan por hecho que no podrá haber Presupuestos Generales. Ayer, tras la primera alianza Junts-ERC-CUP para el Parlament, en el núcleo duro de Feijóo insistían: “Seguimos sin ver cómo Puigdemont, Ione Belarra y ERC van a aprobar las mismas cuentas públicas de Sánchez”.

En este contexto y teniendo en cuenta, como repiten en Génova, que la extrapolación de los resultados comunitarios a la política nacional no arrojaría una mayoría suficiente para Sánchez en este momento, los conservadores mantienen su posición de “apretar”. El mensaje que quieren lanzar, dicen, es de que “se podrá votar antes de 2027”. Y de ahí, que busquen mantener la presión sin atender a la posibilidad de que el electorado de centro derecha pueda sentir frustración por el fin político de Sánchez que no termina de producirse.

Los marcos de la opinión pública han dado varios bandazos en estas dos semanas de campaña. El PP llegó fuerte, pero tras las elecciones catalanas y a las puertas de comenzar la carrera hacia las europeas, ajustaron expectativas conscientes de que Sánchez resistiría a pesar de todas las polémicas acumuladas y que los conservadores han explotado desde hace meses en manifestaciones en la calle. El recuento fue incluso más favorable de lo esperado para Feijóo: dos diputados de diferencia, pero cuatro puntos porcentuales de voto por encima del PSOE, cuando en las generales de julio apenas fue un 1,35%. “Con estos números hoy no gobernarían. Así que, por supuesto, tenemos que seguir apretando”, apuntalaban este lunes por la tarde en el entorno más cercano de Feijóo.

Será la idea que también traslade el dirigente gallego a su comité ejecutivo nacional este martes en la sede de Génova. Cuando hace unas semanas comenzaron a corregirse las expectativas barones territoriales no negaron que si el resultado de las europeas no era el esperado -y por supuesto si no había victoria- tendrían que hacer una profunda reflexión. Algunas voces no discutían que el liderazgo de Feijóo se vería tocado. Pero con los números de este domingo no hay debate posible. El gallego se ve consolidado y su línea de oposición, también.

El portavoz del partido, Borja Semper, volvió a decir en la rueda de prensa tras la reunión de la dirección que “estamos ante un fin de legislatura, una legislatura agotada, un fin de ciclo”. Repitió que la salida de Sánchez “se está cocinando a fuego lento”. Y zanjó: “Aunque se resista, caerá”.

De nuevo mensajes muy contundentes a los suyos de que el fin de esta coalición gubernamental está cerca, a pesar de que ya no hay más elecciones previstas para asestar otro golpe más en las urnas. Todo depende ahora de Cataluña. Ese desenlace sí podría hacer tambalear a Sánchez. 

El PP, al menos hasta que acabe el curso parlamentario con la llegada definitiva del verano, mantendrá las espadas en alto y la exigencia de unas generales que devuelva la voz a la ciudadanía “sin trampas, ni amnistía” se repetirá semanalmente.