Apuntes políticos de la semana

¿Generales, catalanas o las dos a la vez? ¿Cuándo serán las próximas elecciones?

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Jose Rico

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España cierra este domingo un ciclo de cuatro elecciones en cuatro meses. Lo que no sabemos es si abrirá otro sin solución de continuidad. Estas últimas dos semanas han demostrado por enésima vez que toda campaña en este país tiene aroma de elecciones generales, por más que se elijan concejales, presidentes autonómicos o eurodiputados. PSOE y PP se han encargado de impregnar en el ambiente la sensación de que Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo pueden caer el lunes o de que si los socialistas pierden, la moción de censura o unas nuevas elecciones generales estarán más cerca. Nada de eso tiene por qué pasar, pero tampoco nadie se atreve a hacer pronósticos con un tablero político tan inestable. Así que cunde el temor de que este 9 de junio no sea la última vez que votaremos este año.

¿Generales?

Apúntense la fecha del 4 de agosto. Si el PSOE pierde y Sánchez recurre el lunes al mismo golpe de efecto del año pasado, las generales tocarían el primer domingo de agosto. Recuerden que ahora ya puede convocarlas cuando quiera. Pero si el presidente necesitó cinco días para decidir si quería dimitir cuando imputaron a su esposa, ahora que ya está citada ante el juez ha garantizado en otra carta que su propósito de seguir "es más firme que nunca". Cierta es la aureola electoral de la que goza Sánchez en las situaciones límite, pero las europeas tienen fama de premonitorias: el partido que las gana vence también en las generales. En 1994 y 2009, con Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa respectivamente, el PP ganó las europeas dos años antes de descabalgar al PSOE del Gobierno.

Con todo, si Sánchez quiere deshojar la margarita del adelanto electoral, la cifra más determinante del escrutinio 'after hours' (no habrá resultados oficiales hasta las 23.00 horas) será la suma de los bloques de izquierda y derecha. En las generales de 2023, PP y Vox alcanzaron el 45,4%, y PSOE y Sumar se quedaron en el 44%. La última encuesta del GESOP para Prensa Ibérica colocaba a las derechas (incluido el partido de Alvise y Cs) en el 44,7% en las europeas y el 45,3% en las generales. Las izquierdas (incluido Podemos) se quedaban en el 41,7% en las europeas y el 41,6% en las generales. Si estas diferencias se confirman en las urnas, Sánchez se arriesgaría mucho más que hace un año si está tentado a apretar el botón nuclear.

Las encuestas y las predicciones de EL PERIÓDICO se han mostrado esta vez más estables que otras ocasiones al regirse las europeas por circunscripción única. Los sondeos de la primera semana de campaña mostraban cómo el PSOE iba reduciendo la ventaja hasta una situación de empate técnico. Pero las predicciones de la segunda semana, tras la citación judicial a Begoña Gómez, han frenado el ascenso socialista y han dejado la diferencia con los populares en los 5 puntos y 3 escaños. Promedios y predicciones, con la excepción (que confirma la regla) del CIS, sitúan al PP en los 23 escaños y al PSOE, en los 20. Cuando empezaron a publicarse sondeos de las europeas, la ventaja del PP duplicaba la actual.

¿Catalanas?

Donde sí se habla de una posible repetición electoral es en Catalunya. En este caso sería en octubre si se apuran los plazos que echarán a correr este lunes con la constitución del Parlament. Como era de esperar, nadie ha querido soltar prenda sobre las negociaciones de la Mesa para evitar alianzas contraproducentes antes de unas elecciones. Así que el PSC sigue esperando que ERC encuentre la salida más honrosa del laberinto en el que entró el 12 de mayo: asumir la erosión de ayudarles o afrontar el peligro de un nuevo batacazo electoral. Los socialistas y Junts han cortejado a los republicanos con la presidencia del Parlament, un puesto clave que les daría el poder de postular al candidato a la investidura.

De ostentarla, por ejemplo, ERC podría dejar pasar primero a Carles Puigdemont para apoyar su elección, condenada al fracaso pese a que Junts alimente la posibilidad de una inverosímil abstención del PSC. Esquerra podría pasarle entonces el turno a Salvador Illa y, frustrada la opción de un president independentista, podría justificar su apoyo para evitar unas nuevas elecciones. Pero no olvidemos que la última palabra la tendrán las bases del partido. El dato definitivo para despejar la disyuntiva interna puede ser el porcentaje que los republicanos obtengan en las europeas, es decir, si mejoran o empeoran el 13,65% de Pere Aragonès hace apenas un mes.

¿Las dos a la vez?

Rizando el rizo (y la paciencia de los votantes), Sánchez puede jugar otra carta: hacer coincidir las generales con la hipotética repetición electoral catalana. Los riesgos que hemos analizado antes serían los mismos, pero algunos acontecimientos de los próximos meses pueden influir en sus planes. Por ejemplo, el devenir de la investigación judicial a su mujer, los primeros efectos de la ley de amnistía y la posibilidad real de que, según cómo evolucione la investidura catalana, ERC y Junts cambien de actitud en el Congreso y hagan imposible negociar los próximos Presupuestos.

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