El PSC llama a concentrar el voto para frenar el avance de la ultraderecha al grito de "no pasarán"

El PSC pone el broche a la campaña de las europeas como la empezó: en casa -esta vez, en la sede de la federación barcelonesa-, con la serenidad de quien da por descontado que va a ganar y erigiéndose en dique de contención de la extrema derecha. El eurodiputado Javi López, que se estrenó hace una década como candidato en unas elecciones que fueron un varapalo para los socialistas catalanes, afronta las de este domingo convencido de que el partido ganará en Catalunya y de que Laura Ballarín -número 16 en la candidatura de Teresa Ribera- tiene también plaza asegurada. Esta quinta victoria en tres años engrosaría el palmarés de un Salvador Illa que no contempla otro escenario que no sea el de convertirse en president de la Generalitat.

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El sosiego por los resultados del 9 de junio contrastan con la incertidumbre por lo que ocurra con el PSOE a escala estatal y europea, pero también con lo que pase a partir del día siguiente en la constitución del Parlament, el primer 'round' para afrontar luego el duelo por la gobernabilidad. Con esa carpeta abierta de par en par para la que Illa ha pedido "paciencia" porque no se cerrará hasta el momento de la elección del presidente y de la Mesa de la institución, el PSC ha aprovechado hasta el último suspiro de la campaña para pedir la concentración del voto en sus siglas para frenar una extrema derecha que crece en los pronósticos de toda Europa. "¡No pasarán!", ha proclamado el ministro de Industria, Jordi Hereu, invitado especial en el mitin de cierre.

Apelación a los moderados

Dando por posible que se pueda ganar también a escala estatal, el partido de Illa se ha echado a la espalda la responsabilidad de volver a ser caladero de votos para el PSOE como lo fue en las generales del año pasado. Hereu se ha esmerado especialmente en ello apelando al apoyo no solo de la izquierda, sino también de los moderados. Y dirigiéndose a un PP al que acusa de haber abandonado su rol de "derecha civilizada" para echarse en brazos de la extrema derecha, ha espetado: "¿Cómo os habéis podido prostituir tanto ante unos valores que atentan directamente al modelo de la Europa con la que siempre hemos soñado?".

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El ministro ha sentenciado que la papeleta socialista es la que sirve para ganar a Le Pen, Orbán o Meloni. Rostros que López ha advertido de que ponen en riesgo el modelo de bienestar y de libertad construido durante los últimos 70 años. Y lo está, ha hecho hincapié, porque el PP ha decidido "abrir el corazón del poder europeo" a la ultraderecha. Illa ha señalado a Donald Trump como un "riesgo externo" que afronta Europa y ante el que poco se puede hacer desde aquí. Pero ha pedido la movilización ante el "riesgo interno" de la extrema derecha y de la derecha que "no sabe poner límites. "Está en vuestras manos", ha resumido.

El pulso con los debates domésticos

Los socialistas catalanes han repasado el repertorio de todo lo que consideran que está en juego: desde la justicia social y la igualdad, a la receta contra el cambio climático, las políticas feministas y la paz en un momento de gran convulsión por los conflictos en Ucrania y Gaza. Durante la campaña han reiterado con insistencia que estas son las elecciones europeas más importantes desde la Segunda Guerra Mundial, una proclama eclipsada por los asuntos domésticos, especialmente por las negociaciones del Parlament -en los corrillos previos al acto no se hablaba de otra cosa- y por el choque de Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo a tenor de la causa judicial que afecta a Begoña Gómez, la mujer del presidente.

"Tenemos que devolver a Europa lo que Europa nos ha dado", ha pedido un Illa que ha recogido el guante de Hereu cuando ha pedido dar continuidad al "viejo sueño europeo" de sus padres y abuelos. Y conectando lo que pase el domingo con lo que se avecina después, López ha dado por seguro que pronto habrá en la Generalitat un presidente que "reconectará Catalunya" con los grandes debates de Europa. En esta campaña, los socialistas incluso se han referido ya a Illa desde el atril como "muy honorable", prueba de que dan por hecho que, sea más pronto o más tarde, será inevitable que capitanee el Govern. Por lo menos, en el PSC no conciben otro escenario que no sea este.