Entrevista

Hernández Mancha: "Ni de broma Feijóo tiene que presentar una moción de censura ahora"

El expresidente de Alianza Popular (1987-1989) ha escrito un libro en el que se reivindica y en el que dice algunas verdades de esas que no gusta oír

Entrevista a Antonio Hernández Mancha, expresidente del PP

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José Luis Roca

Pilar Santos

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Antonio Hernández Mancha (Guareña, Badajoz, 1951) acaba de publicar "Secretos de mi partido", en la editorial Almuzara, un libro con el que, después de 35 años años de silencio y de centrarse en su trabajo como abogado del Estado, quiere "empezar a hablar". Fue presidente de Alianza Popular, semilla del PP, entre 1987 y 1989 y en sus páginas reivindica lo que hizo por su partido con varias decisiones entre las que destacan la vertebración territorial de la formación, el "buen servicio" de despedir a Luis Bárcenas (después readmitido por Manuel Fraga y José María Aznar) y aquella moción de censura que presentó a un Felipe González con mayoría absoluta que él considera que fue una buena jugada, aunque haya pasado al imaginario popular como todo lo contrario.

Usted dice que le salió bien porque contuvo el crecimiento del CDS de Adolfo Suárez. ¿Recomendaría una moción de censura a Alberto Núñez Feijóo?

Ni de broma ni de broma. Ahora sería un error grave. Yo lo desaconsejaría, sobre todo porque Feijóo tiene virtudes y ventajas que yo no tuve en mi tiempo. Cuando yo accedo a la presidencia del partido, los periodistas me dan cuatro meses para saltar por encima del techo de Fraga. ¿Por qué? Porque a los cuatro meses de ser elegido tengo las elecciones municipales, europeas, etcétera. Feijóo ha ganado ya cuatro o cinco veces por mayoría absoluta en Galicia. ¡Estamos ganando hasta donde jugamos fuera de casa, que es Andalucía! A día de hoy, hacer una moción de censura sería hacerle un regalo demasiado grande al Gobierno.

¿Y sería también un regalo para Carles Puigdemont? Porque el PP necesitaría sus votos.

Puigdemont es una anécdota sin importancia. Es un cadáver político que ha resucitado Sánchez, pero no tiene recorrido.

Usted fue elegido en unas primarias, igual que Pablo Casado. Parece que, en el PP, las primarias están gafadas.

No es que estén gafadas, es que la vida política es muy complicada. Yo me encontré con que no era diputado, sino solo senador por una comunidad. Yo con eso demostraba que tenía una fe profunda en las autonomías. Si yo me hubiera venido al Congreso y no hubiera liderado Andalucía, Andalucía no hubiera vertebrado el PP como luego ha hecho para conseguir hasta mayoría absoluta. No venir a Madrid a liderar un partido y no ser diputado es un grave hándicap. No controlaba mi propio grupo parlamentario. 

"Puigdemont es un cadáver político que ha resucitado Sánchez, pero no tiene recorrido"

¿Se ha sentido relegado en el PP por no haber llegado a la presidencia del Gobierno?

No, nunca. He sido yo el que, para no molestar a mis sucesores, he preferido retirarme al Aventino.

¿Le habría gustado que le hubieran llamado más para actos de partido?

No, no, porque yo creo que, cuando llega un líder nuevo, tiene sus ideas. Hay veces que, los que hemos estado detrás intentando ayudar, lo que hacemos es poner handicap. 

Antonio Hernández Mancha, expresidente del Partido Popular.

Antonio Hernández Mancha. / José Luis Roca

Escribe que Aznar fue responsable de la división de la derecha por su "apoyo" a Ciudadanos y Vox. Eso se suele recordar poco en el PP.

Por supuesto que los apoyó, tiene en las hemerotecas la razón. Aznar creía que la política de Mariano Rajoy, su sucesor, estaba siendo débil, y [en respuesta] abandonó la presidencia de honor del partido y le dio en cierto modo la alternativa a Santiago Abascal. Que Aznar hoy ya diga lo contrario de lo que dijo cuando se proclamó la separación de Vox del PP como una excrecencia, pues le da la razón a Aznar. Y yo abundo en la tesis de que o jugamos con una lista única o vamos a tener problemas.

En el capítulo que recuerda que usted despidió a Bárcenas (entonces gerente) también sugiere que el tesorero (Ángel Sanchís) le ofreció cobrar dinero negro. 

A mí, no.

En la página 77 dice que Sanchís le dijo que él tenía que velar por su "patrimonio personal" y que quería que usted no estuviera preocupado por "la holgura y bienestar económico" suyo y de su familia. Y añade que usted rechazó el ofrecimiento. 

No, yo no interpreté nunca que fuera ni B, ni A, ni C, ni negro ni blanco. Yo le dije lo que recojo. Soy un funcionario [abogado del Estado] que con llegar con holgura a fin de mes tengo de sobra. No vengo a enriquecerme de la política.

¿Entonces que le estaba ofreciendo el tesorero en esa reunión? 

Yo no sé qué me ofrecía, pero no me gustaba. Era algo así como intentar ayudarme privadamente como tesorero a resolver problemas de mi vida privada. Y yo creo que mi vida privada va por un lado y mi responsabilidad política por otro.

En ese capítulo, solo algunos párrafos después, dice que, cuando estallaron los casos de corrupción en su partido, no le extrañó nada.  

Porque a mí no me gustaban esos métodos. Yo no comprendí nunca los métodos para recaudar. Y sí vi claramente que habían dejado una deuda impagable y que me habían dejado como todo activo un billete de mil pesetas que clavé en la pared. Y prescindí de ellos. 

"En el PP había métodos de no transparencia. Nadie sabía cómo se ingresaba y cómo se gastaba el dinero dentro del partido"

Echó a Luis Bárcenas, que años después Fraga volvería a fichar. 

Tenga en cuenta que en aquel momento el equipo de gerencia y el equipo de tesorería actuaban estrechamente unidos y que se caracterizaban porque nadie sabía las cuentas del partido. Es decir, funcionaban autónomamente y yo decidí que no, que había que tener un control y una transparencia en las cuentas del partido, que es por lo que puse a un tesorero, que nadie conoce, que es José Ramón del Río, y puse un gerente que se llama Juan Ávila y que si nadie los conoce es porque no harían nada malo.

¿Pero qué ve para que después no le extrañen los casos Bárcenas, Gürtel…?

Los métodos esos que había de no transparencia. En esa época nadie sabía, muy bien ni muy mal, cómo se ingresaba y cómo se gastaba el dinero dentro del partido.

Habla en su libro de la politización de la justicia. ¿Qué le parece que el PP lleve más de cinco años sin renovar el CGPJ?

Nosotros no podemos regalarle [a Sánchez] también la máxima autoridad del control de los jueces.

Pero hay que cumplir la Constitución. 

No, la Constitución no dice eso. Cuando se estableció el que se eligieran los jueces mayoritariamente por influencia de los partidos a través del Parlamento, fue la segunda metedura de pata después de la autorización de las asociaciones judiciales. Y ahora sabemos que, cualquier modificación que se haga del CGPJ sin modificar la ley de su propia concepción, lo que hace es poner en manos de Pedro Sánchez todo el poder de la justicia.

Ya, pero la ley orgánica que desarrolla ese artículo de la Constitución es la que es. Tampoco la cambió Rajoy cuando pudo. ¿Habrá que cumplirla, no? 

Pues no, en este momento, no. Después de lo que pasó en Cataluña, ahora la amnistía… No me hable de que se está incumpliendo la Constitución en el CGPJ. Los indultos, el 1-O, las leyes de separación… Todo eso es mucho más.

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