Entrevista

Husni Abdel Wahed, embajador palestino en España: "Lo más urgente en Palestina es que se deje de quemar viva a la gente"

El representante diplomático protagonizó este jueves su primer acto en Alicante como embajador de Palestina en España al participar en el Festival Intercultural Hispanoárabe celebrado en Casa Mediterráneo, una cita que concluirá este viernes

Husni Abdel Wahed, embajador de Palestina en España

Husni Abdel Wahed, embajador de Palestina en España / / HÉCTOR FUENTES

Borja Campoy

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¿Cómo valora que España se haya sumado a la causa abierta en el Tribunal Internacional de Justicia contra Israel por genocidio?

Desde el comienzo de los últimos acontecimientos del 7 de octubre, España ha mantenido una postura muy objetiva y ha actuado conforme a sus valores y principios, a diferencia de otros. Los que dicen que respetan el derecho internacional, los organismos multilaterales y los Derechos Humanos tienen que actuar conforme a lo que dicen que respetan. Se tienen que sumar países a la gestión iniciada por Sudáfrica para implementar la justicia.

Al margen de que el Gobierno haya reconocido el Estado palestino, ¿siente el mismo respaldo de la población española?

Hace un par de semanas, el Instituto Real Elcano publicó un estudio que afirma que el 78% de los españoles están a favor del reconocimiento del Estado de Palestina. Esto trasciende las corrientes políticas e ideológicas. Hay pocos temas que cuenten con tal consenso entre los españoles. Confío en que otros van a seguir el camino que ha trazado España, que ha demostrado una gran capacidad de iniciativa, gestión y liderazgo a nivel mundial.

¿Está convencido de ello? 

Tenemos la certeza de que otros van a seguir. Algunos están esperando el momento oportuno. Entendemos que cada país tiene sus dinámicas particulares. Nosotros pedimos a todos que actúen conforme al derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas. No somos aquellos que descalifican, chantajean e insultan.

¿Se refiere a Israel?

Israel ha utilizado la descalificación, el chantaje y el insulto como arma los últimos 76 años. Siempre se ha salido con la suya. Afortunadamente, hoy hay países que tienen dignidad y no aceptan el chantaje y que actúan conforme a su responsabilidad, sus obligaciones y su dignidad nacional. Las acusaciones de antisemitismo se han repetido tanto que han perdido valor.

¿Le molesta que este asunto haya sido empleado como argumento electoral en la campaña de los comicios europeos?

Es un tema de consenso, los Derechos Humanos no son de una corriente ideológica. Los que dicen que un sector de la política española lo utiliza como arma electoral la pueden desactivar sumándose. La dejarían sin efecto, es muy sencillo.

¿Qué siente cuando ve a los jóvenes españoles y de otros países movilizarse en las universidades en favor de la causa palestina?

No es ningún secreto que en los últimos años ha circulado la idea de que la juventud está apartada, ensimismada y apática. Esto es una reivindicación de una juventud comprometida con la humanidad, el futuro y consigo misma. Más que por Palestina o en contra de Israel, lo veo como una reivindicación de los valores. Los jóvenes son el motor de cambio, lo han sido siempre y lo van a seguir siendo. El futuro es suyo y tienen que construir un mundo mejor para ellos y para sus hijos.

¿La información que llega a España refleja la realidad de lo que está pasando estos meses?

No le deseo a nadie que pase por lo que está pasando nuestro pueblo. A pesar de que el genocidio se transmite en vivo y en directo, la envergadura de lo que ocurre en el terreno es mucho mayor. En la franja de Gaza no hay redes de comunicación y las pocas veces que podemos establecer contacto con los amigos nos cuentan que lo que se ve en redes sociales y televisión no representa ni el 50% de la verdad. Hay hambruna y no hay medicamentos ni hospitales, han sido destruidos. No hay escuelas ni universidades ni agua potable ni electricidad. El responsable es EE UU, que protege al Estado genocida de Israel. García Márquez decía que no hay ficción que supere la realidad, y lo estamos comprobando.

Señala a EE UU como responsable. ¿Cuál es el papel que está desempeñando en esta situación? 

Hace unos cinco meses, Biden compareció con Macron para anunciar que habría una solución pronto. Luego dijo que habría un cese del fuego. Ahora ha anunciado un plan supuestamente israelí que el propio Israel ha desmentido. ¿A quién creemos? Los socios de gobierno israelíes dicen que si se aprueba el plan no habrá gobierno. EE UU es cómplice y partícipe en el genocidio y lo podría detener, al igual que Alemania y Gran Bretaña. Tienen que dejar de suministrar armas que asesinas a los palestinos.

¿Hay solución?

Lo más urgente, urgente, urgente, diez mil veces urgente, es el cese del fuego. Tiene que ser inmediato y real. Hay que dejar de matar, castigar y hacer sufrir. Se tiene que dejar de quemar a la gente viva, a mujeres y niños indefensos. Y permitir el ingreso de la ayuda humanitaria. Después viene la solución política. La ocupación y el colonialismo de Israel es una cuestión política. Hay que reconocer los derechos del pueblo palestino, con un Estado independiente y soberano que viva como el resto de la humanidad, con esperanza, futuro, justicia y libertad.

Con encuentros como el celebrado en Casa Mediterráneo, ¿considera que Alicante puede ser aliada del pueblo palestino?

Históricamente somos vecinos de las dos orillas del Mediterráneo. Lo que nos une, además de la vecindad, es que todos somos seres humanos. Hay que invertir en la construcción de puentes entre los pueblos. La falta de conocimiento y la ignorancia son causa del miedo. Cuando nos conocemos, se disipa el odio. Celebro que Alicante actúe en este sentido, esto es lo que garantiza el futuro de la humanidad.

La extrema derecha ha vuelto a azuzar en esta campaña electoral el fantasma de la inmigración, especialmente la de países árabes... 

No voy a referirme a ninguna corriente. Si los que apoyan estas políticas invirtieran el 1 % de todos los países de la OTAN no habría pobreza, guerras ni inmigrantes ilegales. La mayoría de los países europeos fueron en algún momento potencias colonialistas. La situación que viven naciones de África, Asia y América Latina se debe, en parte, a estas políticas colonialistas. 

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