Comicios el 9 de junio

Las elecciones europeas, una segunda vuelta en la competición entre Junts y ERC

La 'nueva' Catalunya que salió de las elecciones, en mapas y gráficos

Las bazas de Illa para ser investido president (y la remota posibilidad de Puigdemont)

Quién es quién (y qué apoyos tiene) en la lucha por el control de ERC

Carles Puigdemont y Oriol Junqueras en una imagen de archivo

Carles Puigdemont y Oriol Junqueras en una imagen de archivo / Nicolas Carvalho

Carlota Camps

Carlota Camps

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Ni quince días habrán transcurrido entre el último acto antes de las elecciones catalanas del 12 de mayo y el pistoletazo de salida de la campaña electoral para las europeas, que comienza oficialmente la madrugada del viernes con eventos en la tarde del jueves. Un contexto que no es el mejor escenario para encarar unas negociaciones para la configuración de la Mesa del Parlament y del futuro Govern que todas las formaciones quieren que trasciendan lejos de los focos y del ruido. El calendario, sin embargo, aprieta. El día 9 de junio hay nueva cita con las urnas y el día 10 es la última jornada para constituir el nuevo hemiciclo catalán. Lo que implica, también, la elección del nuevo presidente o presidenta de la institución, una carta que puede servir para desencallar después la investidura del futuro president.

Se trata de una fecha límite, porque podría constituirse antes. Está en manos del president de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, fijar el día. Pero nada hace pensar que haya incentivos para adelantarlo y hacerlo coincidir con la campaña europea, salvo que los republicanos intuyeran que se esté gestando un pacto que no les incluye, algo que a estas alturas parece remoto. Además, el resultado de esta negociación marcará el futuro camino de los pactos para la investidura y, antes de los comicios europeos, nadie querrá enseñar sus cartas.

Desde que no se estilan las mayorías absolutas, el esquema que se ha seguido es que la presidencia del Parlament se la queda el partido con menos escaños de la coalición y la presidencia de la Generalitat, el que tiene más fuerza. Esto explica que entre 2015 y 2021 fuera ERC quien ostentara la máxima representación de la institución -y segunda autoridad de Catalunya- y que entre 2021 y 2024 lo hiciera a Junts. En la plaza de Sant Jaume era justo al revés.

Por este motivo, ahora que el PSC necesita el apoyo de ERC para llegar a la Generalitat, y siguiendo la misma lógica, el candidato socialista, Salvador Illa, podría ofrecer a los republicanos recuperar la presidencia de la Cámara a cambio de sus votos para la investidura, aunque sin entrar en el Govern.

Junts explotará un eventual tripartito

La posibilidad de que ERC pueda sumarse a una fórmula con el PSC y los Comuns será un ariete para Junts durante los próximos quince días. La candidatura liderada por Toni Comín planteará los comicios como una reválida de la ventaja que sacaron a los republicanos el 12M. Después de años de resultados muy ajustados entre los dos principales partidos independentistas, la debacle de ERC dejó una diferencia de 13 escaños entre uno y otro, y casi ocho puntos porcentuales entre las dos listas.

Comín lo hará tratando de situar los republicanos en la disyuntiva de hacer presidente a Illa o a Carles Puigdemont, a pesar de que las posibilidades de que prospere la investidura del líder de Junts son remotas. Los socialistas, que deberían abstenerse, ya lo han descartado. No le abrirán paso para que sea president, aunque la formación amenace con retirar su apoyo al Govern de Pedro Sánchez.

La batalla de 2019

Pero en el 9J también estará presente la batalla por el relato en Europa. Las últimas elecciones europeas las ganó Junts, dejando al PSC en segundo puesto y ERC, en tercero. Entonces, la candidatura liderada por Puigdemont consiguió sacar casi un millón de votos, muy lejos de los 674.896 apoyos que recabaron en las catalanas. Los republicanos, con Oriol Junqueras al frente pese a estar entre rejas, consiguieron 733.401 votos, mucho más que el pasado domingo, cuando cosecharon 427.135 votos.

Ahora, ninguno de los dos líderes encabezará sus respectivas candidaturas. Junqueras porque sigue inhabilitado; Puigdemont porque renunció a hacerlo, pese a tenerlo previsto, cuando decidió presentarse a la Generalitat y tuvo que elegir entre un escaño u otro. Sus puestos los ocuparán Diana Riba, por ERC -quien tomó las riendas de la formación en Bruselas cuando se impidió al aún presidente republicano coger el acta-, y Comín, por parte de Junts, principal escudero del expresident en el Parlament Europeo estos últimos años.

Los dos candidatos buscarán ratificar el trabajo hecho en el continente a favor de la internacionalización del 'procés'. Especialmente Junts, que ha convertido la lucha judicial europea en su principal caballo de batalla, a pesar de que fue una sentencia favorable a Junqueras lo que permitió que Puigdemont y Comín -también Clara Ponsatí tras el Brexit- entraran a la Eurocámara.

Esquerra, por su parte, empieza la carrera muy tocada por los resultados de las catalanas y en plena guerra interna. Sin embargo, los republicanos tratarán de exhibir las alianzas de su formación en Europa. Mientras que Junts quedó fuera de los grandes grupos europeos -en 2019 ya no iba en alianza con el PNV-, ERC volvió a integrarse con los Verdes. Esto le ha permitido tener más peso dentro de la Eurocámara e impulsar más incitativas. Además, vuelve a presentarse en coalición con Bildu y el BNG, formaciones en auge en sus respectivos territorios.

Más allá del 'procés', los republicanos también levantarán la bandera del ecologismo y de la lucha contra el cambio climático, algo que ya escenificaron con el fichaje del meteorólogo Tomàs Molina.

El duelo PSOE-PP

Sin embargo, la de Junts y ERC será solo una de las batallas que se librarán el próximo 9 de junio, una cita muy marcada por el duelo entre PSOE y PP. Los socialistas venderán su triunfo en Catalunya como un aval al diálogo y a la ley de amnistía y buscarán reforzar a Sánchez en la presidencia del Gobierno.

Los populares harán todo lo contrario. Acusarán a Sánchez de pactar con los independentistas y avivarán la posibilidad -a pesar de saberla remota- de que Sánchez acepte investir a Puigdemont como presidente de la Generalitat para garantizarse su continuidad en la Moncloa.

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