Elecciones en Catalunya

El PSC pone en marcha la ronda de contactos para explorar un pacto

Los socialistas conciben que tanto los independentistas como el PP formen parte de la Mesa del Parlament

Los Comuns piden a Illa que descarte negociar con Junts y se centre en un pacto de izquierdas

El PSC ve en la presidencia del Parlament el primer gancho para alcanzar un pacto

La cúpula del PSC, celebrando la victoria de Salvador Illa en las elecciones del pasado domingo

La cúpula del PSC, celebrando la victoria de Salvador Illa en las elecciones del pasado domingo / MANU MITRU

Sara González

Sara González

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Tras dejar reposar 24 horas los resultados de las elecciones del 12 de mayo, el PSC se arremanga para la contrarreloj que tiene por delante para tratar de alcanzar un pacto que permita a Salvador Illa ser president de la Generalitat. Fuentes de la dirección del partido aseguran que el equipo negociador capitaneado por Lluïsa Moret, número dos de los socialistas catalanes, "ya ha empezado" la ronda de contactos para agendar los primeros encuentros con los grupos, a excepción de Vox y Aliança Catalana.

La constitución de la mesa del Parlament, que debe producirse, como muy tarde, el 10 de junio será la prueba del algodón de hasta qué punto los partidos son capaces de tejer un primer acuerdo en plena campaña de las elecciones europeas, que justo arranca el viernes de la semana que viene. Eso explica, en parte, por qué el PSC quiere aprovechar también estos días previos, pese a que sus rivales -especialmente ERC- están aún en plena digestión de los resultados del domingo.

¿El PP en la Mesa del Parlament?

Pero, por muy atareados que estén los partidos con sus procesos internos y los mítines, hay que configurar la Mesa de la Cámara y escoger la presidencia en menos de un mes, votaciones que suelen prefigurar la entente gubernamental que puede producirse después. Los socialistas están dispuestos a hablar tanto con los independentistas como con los Comuns, pero también con el PP, que subrayan que, pese a que no forma parte de sus planes pactar con los populares el Govern, ha quedado en cuarta posición y que, por lo tanto, tendría lógica que formara parte del órgano que rige la institución.

En una entrevista en RTVE, la número dos de la candidatura de Illa, Alícia Romero, ha defendido que la Mesa debe reflejar la "pluralidad" del hemiciclo. La composición que acabe teniendo no es baladí, como tampoco quién ostenta la presidencia -pieza cotizada de la negociación-, ya que en la última década los independentistas han tenido mayoría en este órgano que tramita las iniciativas de los grupos que se elevan después a los plenos. Las sumas que puedan producirse en la Mesa serán especialmente tenidas en cuenta en las negociaciones, que también deberán dirimir la ubicación de los grupos en el hemiciclo y el reparto de despachos, cuestión menor pero simbólica que suele ser motivo de controversia en la institución.

El cortocircuito a la extrema derecha

Por otro lado, tanto el PSC como ERC, Junts, Comuns y CUP se comprometieron en campaña a no aceptar los votos de la extrema derecha en el Parlament y, por lo tanto, a mantener el cortocircuito que ya operó en la legislatura pasada y que, en esta ocasión, si todo el mundo cumple, se haría extensivo al partido de ultraderecha independentista de Sílvia Orriols. Los populares, en cambio, no se sienten vinculados a este compromiso.

Con todos estos nudos por deshacer como primer paso para arrancar la legislatura, el PSC sostiene que la investidura de Salvador Illa se antoja "difícil pero no imposible". Los Comuns, una de las formaciones que sería clave para un acuerdo de izquierdas, han pedido hoy explícitamente a los socialistas que abandonen la idea de pactar con Junts y priorice el tripartito con ellos y ERC. Eso sí, viendo el complejo panorama, con los republicanos reafirmándose en quedarse en la oposición y el temor a un bloqueo que desemboque en una repetición electoral que seria nefasto tras perder dos diputados, se abren a otras fórmulas, incluso la de quedarse fuera del ejecutivo y favorecer un gobierno en minoría del PSC. La cuestión, aseguran, es que se pacte un proyecto con sello progresista.

Si será o no posible, está por ver. Todos los partidos se recetan discreción y tratan de compaginar sus estrategias negociadoras entre bambalinas con el hecho de entrar ahora en la dimensión europea de la campaña. Los pactos, si llegan, serán después de pasar de nuevo por las urnas. Y aún así, la gran duda será si el Parlament que se constituya será efímero o para arrancar de forma efectiva la legislatura con un nuevo Govern.