En el Parlament

El Govern pide celeridad a Junts para detallar sus exigencias presupuestarias tras una primera cita

PSC y Junts hurgan en la minoría de Aragonès: "¿Hasta cuándo piensa aguantar esta agonía?"

El Govern afea al PSC que ponga los macroproyectos como condición para los presupuestos

Junts celebra el "giro" del Govern para "rebajar impuestos" en los presupuestos de 2024

La 'consellera' Laura Vilagrà este martes dirigiéndose a la reunión del Govern.

La 'consellera' Laura Vilagrà este martes dirigiéndose a la reunión del Govern. / Marta Pérez / Efe

Carlota Camps

Carlota Camps

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Tras abrir la carpeta de los presupuestos de 2024 con el PSC y los Comuns, y también después de haber contactado ya con la CUP, este jueves ha sido el turno de Junts per Catalunya. El Govern se ha sentado a debatir las cuentas para el próximo año con sus exsocios en una reunión que ha tenido lugar en el Parlament y que ha durado poco más de una hora. A la salida, las dos partes han coincidido en que ha sido una primera toma de contacto "cordial", en la que no se ha entrado en detalles más allá del "marco general" de las cuentas y se han emplazado a seguir hablando.

Sin embargo, ha habido reproches entre las partes. Fuentes del ejecutivo liderado por Pere Aragonès han afeado a Junts que no haya detallado aún sus exigencias y líneas rojas para llegar a un acuerdo de presupuestos, por lo que piden que les hagan llegar sus "concreciones" con celeridad si realmente quieren entrar en la fase de negociación. Una predisposición de la que dudan en el Palau de la Generalitat. El Govern tiene prisa para sacar adelante las cuentas, aunque evitan poner fechas límite y lamentan que hasta ahora no se haya podido dar este primer encuentro con los posconvergentes. La primera reunión con el PSC se celebró hace más de un mes.

Por su parte, los posconvergentes recriminan a los negociadores del Govern que no haya entrado "en detalles" de las cuentas y aseguran que se han limitado a hacer un análisis "macro" y "muy general" de lo que sería el plan de presupuestos. A diferencia de la percepción de los republicanos, afirman estar "predispuestos" a "trabajar", pero argumentan que necesitan tiempo para elaborar sus propuestas y que no las podrán trasladar al Govern hasta que hayan estudiado con detenimiento la documentación facilitada en esta primera cita.

A la reunión han asistido las conselleres de Presidència, Laura Vilagrà, y de Economia, Natàlia Mas, acompañadas de los secretarios generales de los dos departamentos, Núria Cuenca y Josep Maria Vilarrúbia, así como el director general de coordinación interdepartamental, Marc Ramentol. Por parte de Junts han acudido los diputados Mònica Sales, Joan Canadell y Jordi Munell.

Las propuestas

El partido dirigido por Laura Borràs y Jordi Turull ya se sentó en la mesa de negociación el año pasado, pero la proximidad con su salida del Govern -un mes después de la ruptura se abordaron las cuentas- imposibilitó un acuerdo. Además, los posconvergentes pusieron sobre la mesa varias condiciones, que no fueron vistas con buenos ojos por parte de los republicanos. Entre ellas, una propuesta para deflactar todos los tramos del IRPF con el argumento de combatir la inflación. El ejecutivo rechazó la propuesta argumentando que era "irrisoria" para los ciudadanos, pero que, para las arcas del Govern, suponía una perdida de hasta 54 millones de euros.

Ahora Junts asegura que es un buen punto de partida el "giro" que, a su parecer, supone que Aragonès esté dispuesto a hacer una "rebaja de impuestos" con la reducción del IRPF para las rendas de hasta 33.000 euros, aunque esta iniciativa no afectaría a todos los ciudadanos, sino solo a los que están en los tramos más bajos de este impuesto.

Negociación con PSC y Comuns

En paralelo, el Govern está negociando con socialistas y comunes, con quien ya acordó y aprobó las cuentas del año pasado. Aragonès confía en poder obtener el sí del PSC a cambio de su apoyo a las cuentas del Gobierno de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, para que la ecuación fructifique es necesario el apoyo también de los Comuns, que por ahora, ponen como condición la renuncia al Hard Rock, un proyecto imprescindible para los socialistas. El año pasado se conformaron con que las cuentas no incluyeran "ni un euro" destinado a este proyecto, pero ahora quieren ir un paso más allá y exigen una renuncia explícita.

La aprobación de las cuentas daría a Aragonès tranquilidad para poder agotar el mandato y le permitiría llegar en una mejor posición a las elecciones catalanas, que se deben celebrar, como tarde, en febrero de 2025. Al PSC y a Junts les interesa poder seguir hurgando en la minoría parlamentaria del president -con solo 33 de 135 diputados-, a pesar de que los dos partidos tienen un conflicto de intereses en esta cuestión. Por parte de los socialistas, presionar a Aragonès para que apriete el botón rojo de las elecciones podría hacer tambalear a Sánchez, mientras que el partido de Carles Puigdemont también necesita más tiempo para reorganizarse internamente antes de los comicios en Catalunya.