Acción de la oposición

El PSC crea una mesa de expertos para supervisar la gestión de la sequía del Govern

PSC y Comuns ponen en duda la continuidad del Govern si Aragonès no logra nuevos presupuestos

El Govern replica al PSC que la B-40 y la comisión sobre el aeropuerto están encallados por el Gobierno

Los Comuns piden estar en la mesa de diálogo si Aragonès la abre a los partidos

Sánchez y Aragonès se reunirán el 21 de diciembre en Barcelona

El líder del PSC, Salvador Illa, en una intervención en el Parlament

El líder del PSC, Salvador Illa, en una intervención en el Parlament / TONI ALBIR / EFE

Sara González

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El PSC intenta apretar las tuercas al Govern a cuenta de la gestión de la sequía y de los presupuestos. Después de que el jefe de la oposición, Salvador Illa, espetara al president Pere Aragonès que la mesa que "más importa ahora a los catalanes es la de la sequía" y que el Govern haya descartado convocar una nueva cumbre del agua, pese a admitir que se está a las puertas de la fase de emergencia, los socialistas han anunciado la creación de una mesa con expertos que fiscalizará "semana a semana" las acciones del Executiu. Además, los socialistas catalanes han vuelto a insistir en que si no hay "garantías" de que se firma el convenio de la B-40, de que se crea la comisión sobre el Aeropuerto de Barcelona-El Prat y de que se aprueba el plan director del Hard Rock, no piensan negociar las cuentas del 2024.

"Nos gustaría sentarnos en una mesa sobre el agua que creara el Govern, no entendemos por qué el president no la convoca", ha asegurado la portavoz del PSC en el Parlament, Alícia Romero, que ha criticado que las inversiones pactadas sobre esta materia "no avanzan" lo suficiente y que, por ello, en su partido están "decepcionados". La formación de Salvador Illa hace hincapié en que "no se ha planificado" nada en la última década para hacer frente a una sequía como la actual y que ahora el Govern de Aragonès no toma suficientes cartas en el asunto. Hasta tal punto, que su partido piensa crear una mesa con carácter "permanente" para analizar qué se hace desde la Generalitat para hacer frente a la situación.

Inversiones que "no avanzan"

Romero ha recordado que el acuerdo de presupuestos de 2023, así como la ley sobre la sequía que se aprobó en mayo, incluyen 700 millones de euros para la ampliación de la desalinizadora de la Tordera y para ampliar plantas de regeneración. También que hasta 500 ayuntamientos se han apuntado a las líneas de inversión abiertas para que puedan mejorar sus infraestructuras del agua. El PSC subraya que las obras de la estación potabilizadora del Besòs podría ponerse ya en marcha para que en un plazo de dos años estuviera lista para garantizar el abastecimiento del área metropolitana.

Y es que, para los socialistas, el foco hay que ponerlo en estas infraestructuras y no tanto en las restricciones en el consumo, teniendo en cuenta que la media en Catalunya es de 180 litros gastados por habitante y día, cifra "baja" si se tiene en cuenta que la OMS la sitúa en 220. "Siempre podemos mejorar, pero el peso debe recaer sobre las infraestructuras y las inversiones", ha insistido.

Presupuestos de 2024

El otro talón de Aquiles sobre el que no piensa aflojar el PSC tiene que ver con los macroproyectos pactados en las cuentas de 2023. La portavoz socialista ha recalcado que su partido no piensa negociar los de 2024 si no se firma antes de final de año el convenio de la Ronda Nord entre Sabadell y Terrassa, en estos momentos sobre la mesa del Ministerio de Transportes. Sobre la comisión técnica para abordar el debate de la ampliación del aeropuerto entiende que "no debería haber problema" para designar ya a sus componentes antes de las doce campanadas. Y por lo que al complejo de ocio del Hard Rock se refiere, ha vuelto a defender que no está en duda que debe ejecutarse sí o sí pese a que el Govern diga que todo está a expensas de los informes técnicos.

Poco o nada ha querido mojarse el PSC sobre la reunión que el PSOE mantendrá este sábado en Suiza con Junts. Para el partido de Illa se trata de un encuentro rutinario en el marco del acuerdo sellado que debe "normalizarse", pese a que tiene como elemento insólito la presencia de un verificador internacional sobre el que también ha evitado poner el foco. "A nosotros nos ocupa aquello que nos preocupa sobre Catalunya", ha zanjado.