Apuntes políticos de la semana

Feijóo quiere derogar a Pedro, no el “sanchismo”

Feijóo: "No tengo interés en ir contra la mesa de diálogo si no afecta a los demás"

Sánchez: "Lo que estamos viendo es un tráiler de una película tenebrosa, una mayoría de PP y Vox"

Apuntes politicos de la semana Sanchez y Feijó

Apuntes politicos de la semana Sanchez y Feijó

Pilar Santos

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Este lunes se vivirá uno de los hitos de esta campaña electoral: el cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. El líder del PP llega primero en todas las encuestas y, con esa ventaja, no quiere arriesgar. Solo ha aceptado hacer un debate a solas con el presidente del Gobierno. Feijóo, amarrategui, no quiere cometer errores. “Debate al que no va, debate que no pierde”, admitía uno de sus asesores esta semana. Sánchez, en cambio, necesita foco y argumentar ante los españoles, según fuentes socialistas, que “Feijóo y Vox” son una mala combinación para España que traerá “retrocesos, censura y pérdidas de derechos”. 

Rebajar la agresividad

Después de meses en los que el PP iba haciendo cada vez más larga la lista de derogaciones, ahora, ya cerca de las urnas, Feijóo está rectificando algunos de esos anuncios. Es de sabios, dicen. El dirigente conservador ha asegurado que, si llega a la Moncloa, no derogará la reforma laboral, sino que solo hará algunos “ajustes”. Tampoco se cargará de un plumazo la ley del ‘sí es sí, la última ley de educación (Lomloe) o el ingreso mínimo vital. Los revisará y los mejorará. E incluso ahora ha asegurado en una entrevista en ‘El Periódico de España’ que hay que seguir subiendo el salario mínimo interprofesional (SMI), algo que el Ejecutivo de coalición ha hecho año tras año entre las críticas del PP la mayoría de las veces.  

Parece que al final lo que quiere Feijóo es derogar a Pedro más que el “sanchismo”. De hecho, este martes afirmó que él no quiere venganzas ni nada por el estilo. “Se ha dado cuenta de que estaba quedando demasiado agresivo y Feijóo necesita no dar miedo al votante de centro”, señala un asesor de los populares. El flujo de votantes de centro-izquierda que ven con buenos ojos al expresidente de la Xunta de Galicia y van a votarle puede ser determinante, según marcan las encuestas.

Presión máxima al PSOE

Las encuestas señalan a Feijóo como claro ganador de las elecciones, pero no le dan tan fácil la suma con Vox para lograr su investidura. Como lo sabe, el líder del PP, con la inestimable ayuda indirecta de Felipe González y otros altavoces mediáticos, ha empezado a decir que el PSOE debería abstenerse. 

En el cuartel de Génova consideran que, si los populares sacan “30 o 35 escaños” a Sánchez en las urnas, este tendría que dejar vía libre a Feijóo. Eso sí: admiten que el PP no tendrá tan fácil la presión si el PSOE “aguanta por encima de lo 100-105 diputados”. “Pero si tenemos 125 o 130 y ellos 95… Que no digan después que Vox es malo, porque tendrán en su mano ayudarnos a rebajar el precio de los diputados de Santiago Abascal”, aseguran en la sede central de los populares.

En todo caso, Feijóo olvida voluntariamente que España no es un sistema presidencialista y que lo que valen son las mayorías parlamentarias. La presión va a ser máxima sobre el PSOE si llega el caso. En la entrevista que concedió a ‘El Periódico de España’, el jefe de los populares llega a decir que sería “muy peligroso” que Sánchez, quedando segundo, intentara formar una alianza con Sumar y partidos minoritarios (parecida a la que tiene ahora) porque eso rompería el “principio” de que gobierne “el ganador”. Un “principio”, una tradición, durante las décadas en las que hubo un claro bipartidismo, pero que no es ley. De hecho, en las autonomías ocurre a menudo: en Extremadura, María Guardiola (PP) quedó segunda en las elecciones de mayo, pero es la que ha conseguido armar una mayoría parlamentaria con Vox y tumbar al ganador, el socialista Guillermo Fernández Vara.

¿Por qué no da nombres?

Los periodistas llevamos semanas detrás de Feijóo para que nos diga quiénes van a ser sus colaboradores en el hipotético Gobierno que pueda formar tras las elecciones. El líder del PP ha dado solo algunas pistas sobre el cargo de “vicepresidenta” (dijo que tiene experiencia de Gobierno, pero no ha estado en el central) y sobre el “ministro de Economía" (alguien de fuera de la política).

El político gallego no va a decir los nombres que tiene en la cabeza por dos razones: la primera porque los elegidos necesitan saber hasta qué punto Vox va a tener un papel en el potencial Ejecutivo para saber si quieren subirse a ese barco o no y, la segunda, porque Feijóo no quiere quitar el foco de los ataques sobre Sánchez. Si anunciara quiénes van a ser su vicepresidenta y el ministro de Economía, el debate público podría virar hacia el pasado y el currículum de los elegidos: si están preparados, qué patrimonio tienen, si criticaron en algún momento al PP… No le interesa que eso pueda ocurrir: él solo quiere centrarse en Pedro y en derogarle a él. En 15 días sabremos si su deseo es también el de los españoles. O no.

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