Elecciones municipales 2023

El PSC busca que un desgaste de ERC en las elecciones del 28-M acorte la legislatura de Aragonès

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Illa recrimina a los republicanos "incumplimientos" presupuestarios sobre infraestructuras y otros temas

El líder del PSC, Salvador Illa, y el 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, durante un pleno en el Parlament

El líder del PSC, Salvador Illa, y el 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, durante un pleno en el Parlament / FERRAN NADEU

Sara González

Sara González

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Las campañas electorales no son inocuas y, sea por los resultados, por los pactos que se deriven o por la inflación verbal para confrontar con los rivales, siempre tienen un impacto en las relaciones posteriores entre partidos. Especialmente cuando de gobierno y oposición se trata. El líder del PSC, Salvador Illa, advierte en sus mítines de que las elecciones municipales tendrán repercusión en lo que pase después en Catalunya. No solo porque si las gana considera que su partido dará "un paso más" en su aspiración de llegar a la Generalitat, sino porque se sentirá reforzado como jefe de la oposición para ajustar cuentas con el Govern de Pere Aragonès.

Y es que los socialistas tienen grabado a fuego los "incumplimientos" que achacan al 'president' en materia presupuestaria, especialmente el convenio de la Ronda Nord entre Sabadell y Terrassa que debía firmarse antes del 31 de marzo y que el PSC batallará por que se lleve a cabo aunque haya resistencias en la Generalitat. Una carpeta que se mezclará con la elección del relevo de Laura Borràs al frente de la presidencia del Parlament y con los meses previos a unas elecciones generales de alto voltaje. La previsión de los socialistas es que, si el domingo vuelven a ser los más votados, como ya lo fueron en las catalanas de 2021, su estrategia pasará por hurgar aún más en el desgaste de Aragonès.

Sin moción de censura en la agenda

El impulso de una moción de censura está descartada en la 'war room' socialista, nada partidaria de asumir riesgos mientras su tendencia sea al alza y, sobre todo, teniendo en cuenta que Pedro Sánchez puede volver a necesitar el apoyo de los republicanos en una eventual investidura. Pero sí está dentro de sus planes apretar las tuercas al Govern sobre la necesidad de poner fin a la legislatura bajo el argumento que ERC "no es capaz de tomar decisiones" en cuestiones clave como las infraestructuras y la sequía ni de compactar mayorías. Si bien no prevén que eso pueda pasar este año, sí entra en sus cálculos que pueda suceder el año que viene a pesar de que la intención de Aragonès es agotar su mandato hasta 2025.

A partir del 29 de mayo, el PSC no solo intentará cobrarse la factura por los compromisos que el 'president' tiene pendientes con ellos tras haber aprobado unos presupuestos que han dado oxígeno a una ERC en minoría, sino también la beligerancia que muestran los republicanos en esta campaña contra los socialistas, especialmente en el área metropolitana y a cuenta del mal funcionamiento de Rodalies. El líder de ERC, Oriol Junqueras, y Gabriel Rufián, como candidato de Santa Coloma de Gramenet han tachado de "régimen" las ciudades gobernadas históricamente por alcaldes socialistas con amplias mayorías y desde el Govern se ha señalado un día sí y otro también el déficit ferroviario.

La cúpula del partido de Illa, que considera injusto que no se tenga en cuenta que el Gobierno está haciendo un esfuerzo para revertir las desinversión en trenes, no teme que los republicanos lo erosionen en el cinturón rojo y cree que ERC busca proyectar una "ficción". Pero, al mismo tiempo, les reprocha las formas y la "distorsión de la realidad".

Las urnas tendrán la respuesta, pero el caso es que las relaciones se resienten y que eso se trasladará también en los pactos, ya sea en ciudades como Barcelona, donde los socialistas no descartan la posibilidad de pactar con Junts si les conviene más que con los Comuns, pero también en las otras capitales de provincia. El PSC tiene altas aspiraciones en Tarragona, también en Lleida, pese a que un pacto entre ERC y Junts podría volver a dejarles en la oposición, y creen poder "dar un susto" en Girona, no tanto porque puedan quedar primeros, sino porque creen posible poder liderar alianzas para desbancar de la alcaldía a Junts.

El primero de tres pulsos

La consigna del PSC a sus líderes municipales será pactar con quien les convenga, y eso pasa desde repetir acuerdos inéditos hace cuatro años con ERC y CUP como los de Sant Cugat del Vallès y Figueres a reeditar la coalición con los posconvergentes en la Diputació de Barcelona, una de las heridas que sigue escociendo a los republicanos, además de la jugada de 2019 de impedir la alcaldía de Ernest Maragall con la operación pactada con Manuel Valls.

Llegará septiembre y, en pleno clima preelectoral de las generales, el Govern tendrá que negociar de nuevo unos presupuestos. Previsiblemente habrá un nuevo presidente o presidenta del Parlament y habrá que ver en qué punto se encuentra la disputa interna en Junts que se desatará también a partir del día 28. Pero Aragonès necesitará de nuevo socios y el PSC podrá tender o no la mano en función del balance que se haga de lo pactado hasta ahora, pero también de sus intereses electorales. Las municipales del domingo son el primer pulso y quedarán dos más: el de la Generalitat y el de la Moncloa.

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