Elecciones 28-M

ERC y Junts ajustan cuentas por la ruptura del Govern echándose en cara sus pactos con el PSC

La última hora de la campaña del 28-M

¿Quién ganará las elecciones en Barcelona?

Oriol Junqueras y Laura Borràs, juntos a otros políticos catalanes, en un acto organizado por Ómnium.

Oriol Junqueras y Laura Borràs, juntos a otros políticos catalanes, en un acto organizado por Ómnium. / Jordi Cotrina

Xabi Barrena
Fidel Masreal
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los divorcios, especialmente los tormentosos, como el que vivieron ERC y Junts el pasado octubre, con la salida de los posconvergentes del Govern, suelen ir acompañados, en una primera fase, de una alta emocionalidad, un enfado visceral mutuo. Las cosas, al menos en política, se van atemperando y, como se observa en esta semana que llevamos de campaña para las elecciones municipales, se convierte en algo ya más racional. Los ataques que los exsocios se dirigen pueden ser más o menos duros, pero en ningún caso son 'calentones': saben a quién y cómo atacar, así como han decidido a quién no mentar. Y, por supuesto, eligen el argumento con que tratar de segar electoralmente la hierba bajo los pies del exaliado. En este caso, unos y otros han optado por el mismo y se acusan mutuamente de connivencia con el PSC para desgastarse.

Si dividimos estas elecciones municipales en dos grandes territorios, el ‘rere-país’ y la región metropolitana, la relación entre ERC y Junts está presidida por un curioso efecto espejo. En el ‘rere-país’, Jordi Turull, pero especialmente Albert Batet y Laura Borràs, buscan incesantemente el cuerpo a cuerpo con los republicanos, hablando de elecciones plebiscitarias sobre la gestión del Govern. Borràs ha criticado la sociovergencia en mítines en Badalona, donde Junts y el PSC gobiernan juntos, en un acuerdo multipartito.

ERC omite todo acuse de recibo de los dardos posconvergentes. En la zona de Barcelona, especialmente en la capital catalana, el único campo de batalla entre ambos, dada la desaparición de Junts del área metropolitana salvo excepciones, se produce justamente lo contrario. Es Ernest Maragall el que, sin tener a Xavier Trias como principal objetivo, lanza día sí y día también invectivas contra el exalcalde y su espacio político, sea el del propio Trias o el de Junts per Catalunya. Y, entre ellas, la de la progresiva convergencia ideológica con el PSC. Trias se presenta ya como ganador y responde con autosuficiencia invitando a Maragall a sumarse al cambio para echar a Ada Colau.

Acoso y derribo al PSC

Con todo, Trias no centra la estrategia republicana en Barcelona. ERC ha articulado toda su campaña en un acoso y derribo a los socialistas en todo el país. “Es con el PSC con quien nos disputamos las elecciones”, señala una voz del partido que recuerda que en las últimas municipales Junts sumó la mitad de votos que ERC.

Mientras, Trias hace lo contrario que los dirigentes de su partido: mostrar gran sintonía con el PSC. En el puente de mando de Junts alegan que Barcelona es "un mundo aparte". "Todo es complejo, la vida municipal es poliédrica", alegan. Otra forma de explicarlo es que Trias puso sus condiciones, innegociables, para ser candidato. Entre ellas, que pactará con quien haga falta para gobernar y que no seguirá estrategias de partido como la de criticar a ERC o a la sociovergencia.

Esquerra centra sus ataques a los socialistas en Catalunya, salvo en Barcelona, donde se confronta con Trias

El ataque de ERC a los socialistas, PSC y PSOE, es adaptable al territorio. Así, en la capital catalana se centra en el supuesto escoramiento hacia la derecha del partido. "Algo que se podía intuir al ver sus demandas para aprobar los presupuestos, un casino y una autovía", caricaturiza una voz republicana, "y ahora palpable con la alineación de Jaume Collboni con Ciudadanos y el PP, por no ir más allá, con el asunto de la Bonanova y la oficina anti-ocupación". Los republicanos también detectan un "hermanamiento del alcaldable del PSC con los poderes del 'establishment" que lo homologa con Trias. Es decir, dos ataques por uno. A Collboni por Trias y a Trias por Collboni.

Rodalies y la sequía

En el territorio metropolitano el acento se pone “en la nula capacidad de gestión de los socialistas, por ejemplo, en Rodalies o la sequía”. "Además”, prosigue esta voz, “confrontar con el PSC es también invertir en captar votante de Junts, porque conecta con los votantes independentistas desmovilizados o con los que se han creído las mentiras que lanzan los posconvergentes de que estamos entregados al PSOE".

¿Por qué se ataca a Trias en Barcelona, pero no a Junts en el ‘rere-país’? "Es importante, si queremos al alcaldía, ser el referente independentista. Y con la campaña que ha planteado Trias hay que hacer ver al electorado que no hay otro candidato secesionista que el de ERC", señala otro estratega de Esquerra. Y amplia: "En el ‘rere-país’ la pelea con Junts no nos va bien. Desmoviliza al electorado independentista, especialmente al nuestro. La gente desconecta y ya no nos escucha", concluye.

Junqueras modificó el guion

La lectura de toda esta estrategia no ha sido lineal. En la noche de inicio de campaña el principal ataque, y furibundo del líder de ERC, Oriol Junqueras, fue hacia Junts y Trias por incluir en sus listas a "personas que abandonaron a Catalunya y al Govern poco antes del 1-O". Coinciden varias fuentes que lo planificado, esa noche, pasaba por arremeter contra el PSC. Al final, Junqueras modificó el guion: "Ni estrategia, ni puñetas", señala divertido un miembro de la cúpula. Eso sí, desde entonces, el presidente del partido encabeza la operación de ataque al PSC, con todo su arsenal dialéctico. El 'president' Pere Aragonès, por aquello de la institucionalidad, usa otro tono, aunque a medida que avanza la campaña se va soltando. Como el viernes en Vic cuando arremetió contra Junts del que dijo no aceptar lecciones sobre la sequía "tras dirigir la ACA durante 11 años". Con todo, la diferencia entre Junqueras y Aragonès sobre el atril, aseguran en el partido, "no es un reparto frío de papeles, cada uno tiene interiorizado su papel", asegura esta fuente. 

Los posconvergentes cargan contra los republicanos, pero en Barcelona les ofrecen gobernar y lanzan guiños al PSC

Junts ve a ERC "nerviosa"

La visión de la cúpula de Junts es que el ataque de Junqueras responde, según un dirigente posconvergente, a que están "nerviosos" porque las previsiones electorales no son optimistas, ni en Barcelona, ni en otras ciudades clave. "Han intentado comprar alcaldes, han hecho pequeñas amenazas...", sostiene un dirigente destacado de JxCat, que admite que se mordió la lengua cuando Junqueras lanzó el ataque.

"Pero si se siguen pasando, tendremos que hablar a fondo en la última semana de campaña", desliza. Así que Junts va a seguir cargando en el conjunto del territorio contra ERC con asuntos como la gestión de las oposiciones fallidas, la sequía o los pactos con el PSC, aunque los socialistas sean los que, para el candidato de Junts en Barcelona, comparten con él un mismo modelo económico.

Suscríbete para seguir leyendo