Entrevista

Salvador Illa ve "difícil" un acuerdo inminente sobre las cuentas si no se aceptan las condiciones del PSC

"No se puede tener añoranza del pasado reciente para evitar tomar decisiones", dice el primer secretario de los socialistas

Salvador Illa, durante la entrevista con 'Regió7'

Salvador Illa, durante la entrevista con 'Regió7' / Òscar Bayona / Regió7

Carles Blaya

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Exministro de Sanidad en plena pandemia, primer secretario del PSC y jefe de la oposición al Govern de Pere Aragonès, Salvador Illa (La Roca del Vallès, 1966) confía en que los socialistas recuperen las principales instituciones del país. Su "gobierno en la sombra" debate en el castillo de Cardona las prioridades de acción para afrontar un curso político decisivo, con las municipales a la vuelta de la esquina. Fumador hasta 2018, hoy juega con una enorme colección de clips en su bolsillo para tener las manos entretenidas mientras ya prepara su segundo maratón. Corredor de fondo, el objetivo, avisa, es superar los conflictos, abonarse a los denominadores comunes, más que a las diferencias, y planificar el futuro.

Su gobierno en la sombra se encuentra en Cardona para hacer balance de su trabajo. ¿También hacen autocrítica?

Estoy contento de cómo ha funcionado este método de trabajo inspirado en Pasqual Maragall. Ofrecemos una alternativa propositiva a un gobierno que, de hecho, ha colapsado. En este último curso hemos hecho 21 propuestas. Hacemos una tarea territorial indispensable, escuchamos, salimos del mundo barcelonés. ¿En qué podemos mejorar? Habría que hacer todavía más territorio.

¿Tendrá que salir corriendo hoy para cerrar el acuerdo de presupuestos? El presidente Aragonès decía ayer que era cuestión de horas.

Lo será si el presidente acepta las condiciones, si no, tendrá que buscar otros apoyos. De momento no hay ningún acuerdo cerrado y veo difícil que pase si no se aceptan nuestras condiciones de mínimos.

¿Quién tiene bloqueado el acuerdo? ¿ERC? ¿El PSC?

Nuestro enfoque es muy claro desde el principio. Lo hemos dicho desde finales de agosto, incluso cuando nos cerraban la puerta. Negociar no quiere decir adherirse, sino conversar. En cualquier caso, no habríamos llevado el proceso de negociación como lo han llevado ERC y el Govern.

¿Cómo, pues?

Se tiene que empezar por los grupos que tienen más derechos parlamentarios. Nosotros primero escuchamos el territorio, hicimos más de 170 reuniones territoriales y sectoriales. Con el Govern nos costó implementar una metodología de trabajo, tener acceso a la información. Nuestra propuesta de mínimos la concebimos como un todo. Entendemos que no se comparta, que no se quiera asumir, pero pedimos respeto por nuestra manera de pensar. Los presupuestos se tienen que articular sobre dos ejes: generando prosperidad y protección a los catalanes con el reforzamiento de políticas públicas. Para generar prosperidad se tiene que potenciar la inversión pública, aprovechar los recursos que vienen del Gobierno de España para ampliar el aeropuerto o para hacer un tramo del cuarto cinturón, se tiene que aprovechar la inversión privada en el caso del consorcio turístico de Vila-seca i Salou... Son decisiones que tienen un apoyo territorial amplio, y una voluntad mayoritaria en el Parlament. No son un capricho del PSC. Son infraestructuras complejas y las decisiones pueden llegar a ser incómodas, pero un gobierno está para decidir. No se puede tener añoranza del pasado reciente para evitar tomar decisiones.

¿En qué sentido?

Hace 30 años que estamos hablando del cuarto cinturón. No tiene demasiado sentido que el Gobierno disponga de un presupuesto si no va a acabar decidiendo nada.

¿Puede costar de entender que reclamen ampliar El Prat en una imprescindible apuesta por la reducción de emisiones?

Catalunya tiene que recuperar lo más rápido posible el camino de la excelencia. Podemos ser capaces de ampliar el aeropuerto respetando la legislación y el medio ambiente. Hay que tener las ideas claras. Las economías necesitan conectividad. El transporte aéreo cambiará en los próximos años, pero continuarán siendo necesarias grandes infraestructuras aeroportuarias. Lo que reclamo es que escuchemos a la mayoría de la ciudadanía, de las instituciones, como lo hemos sabido hacer en otras muchas ocasiones.

Marta Vilalta y Jéssica Albiach tildan la propuesta socialista como propia del siglo XX. ¿Son antiguos?

No entraré en una discusión nominal. Lo que digo es que Catalunya tiene que mirar adelante. Catalunya lleva demasiados años con decisiones encalladas y con miedo a decidir. El Govern tiene miedo a tomar decisiones.

La mayoría ha pasado página del proceso, dice. ¿No está «acabado»?

Lo que hay es una situación diferente. El proceso tenía tres pilares que hoy no están: la unidad independentista; un enfoque unilateral, que no se da porque ERC ya ha aceptado respetar el marco legal vigente; y la confrontación, que se ha sustituido, parcialmente, porque en Catalunya todavía no estamos en esta fase entre partidos, por una estrategia de diálogo. Todo el mundo puede continuar pensando qué es lo que más conviene para el futuro de Catalunya, pero en el contexto en el que estamos, pospandémico, con una guerra que es una ataque a los valores europeos y occidentales, hay que esforzarse en encontrar consensos y no seguir en una espiral de división que no nos lleva a ninguna parte.

¿Habrá acuerdo de claridad?

Ni el propio ámbito independentista lo apoya. Se tiene que apostar por una dinámica de buscar lo que nos une, seguir en una estrategia divisiva no nos traerá nada bueno.

¿Pero qué alternativa proponen a los independentistas?

Tenemos que buscar un consenso entre todos. Hace falta un diálogo entre catalanes, sentarse, hacer un primer gesto de reconocimiento de la pluralidad, de maneras de pensar en Catalunya. Y veo el Gobierno de la Generalitat muy sesgado, hablando en nombre de toda Catalunya mientras ignora la mitad. Se tiene que dar salida a los anhelos de todo el mundo. Y me parece que nos podemos poner de acuerdo si abordamos cuestiones como la mejora de nuestras instituciones, de las políticas públicas. Propongo que empecemos por aquí, que reconstruyamos puentes de confianza, que se estructure un diálogo permanente en el contexto del Parlament sobre la ensambladura de Catalunya en el resto de España, sobre las prioridades de Catalunya. Me sorprende que se exija constantemente diálogo al Gobierno de España y no se quiera practicar en Catalunya.

¿Dónde se tiene que hacer?

En la mesa entre partidos. Es un compromiso que asumió ERC. El 'expresident' Torra la convocó dos veces, con más o menos entusiasmo.

El 'procés' no ha sido solo un fenómeno de partidos, sino también de entidades como Òmnium y la ANC. ¿Tendrían que estar, también?

El diálogo tiene que ser entre partidos. Tengo mucho respeto por todas las entidades sociales, como Òmnium, Sociedad Civil, por los agentes sociales y económicos, pero quienes quieran hacer planteamientos políticos que hagan política, que se integren en un partido o funden uno de nuevo. No me parece adecuado que se pretenda indicar caminos sin asumir las consecuencias en el ámbito de la responsabilidad política plena.

¿Con la geometría en el Parlament y en los ayuntamientos, ERC puede ser un aliado inevitable para los socialistas?

Tenemos acuerdos con todo el mundo, con Junts, con ERC, con los Comuns, hemos tenido algunos puntuales con formaciones de derechas. En el ámbito municipal nos guiamos por tres criterios: las decisiones las toman nuestros cargos electos; se toman siempre buscando escenarios de estabilidad, que transciendan si puede ser una legislatura, y que siempre que sea posible se hagan con una orientación progresista. Formar parte de un gobierno que tenga como horizonte la culminación de la independencia no lo haremos.

¿El PSC está en la cresta de la ola?

No lo sé. Al final esto lo deciden los ciudadanos. Lo que constato es que hay una posición política al PSC muy ampliamente compartida por los militantes y que hay cierta ilusión en nuestro espacio político. Tenemos un planteamiento claro y espero que tenga un amplio apoyo de la ciudadanía.

¿El eje ideológico vuelve a estar plenamente vigente?

Lo que es predominante en occidente es la socialdemocracia clásica. Después de la recesión de 2008 y de la pandemia ha vuelto a la actualidad la preeminencia de las instituciones públicas, sin negar los mecanismos de generación de riqueza de la economía de mercado. Pero no podemos dejar que el mercado que funcione a solas, porque hay cosas que no es capaz de resolver por sí mismo. Hacen falta políticas públicas que busquen mecanismos de eficiencia. Sin miedo a las reformas, a incorporar novedades tecnológicas, respetando nuestras tradiciones, como una enseñanza concertada. En Europa, o vamos juntos defendiendo la generación de prosperidad con mecanismos de economía de mercado, con regímenes de libertad y con un estado del bienestar, condiciones que no se dan juntas en ninguna parte más del mundo, o no lo podremos mantener. Vemos el ataque cruel que está sufriendo esta forma de entender las cosas ahora mismo en Ucrania. Este es nuestro planteamiento. Más que fomentar dinámicas divisivas queremos fomentar de federativas.

¿La socialdemocracia puede dar respuesta al crecimiento del populismo?

El populismo ha tenido su momento en la segunda década del siglo XXI por la gran recesión que provocó el retroceso de políticas socialdemócratas. Recordemos las políticas de austeridad, recordemos Grecia. Esto no va funcionar. No tenemos que derrochar, pero tiene que haber una distribución de la prosperidad que reduzca las desigualdades. Desde los años 80 hasta la gran recesión, hubo un casino financiero que hizo reaccionar a la gente, que vio como su nivel de vida estaba en riesgo. Y aparecieron soluciones mágicas: una frontera entre Estados Unidos y México, irse de la UE, irse de España, acabar con los de arriba y los de bajo, suprimir las comunidades autónomas... Los problemas son bastante más complejos. Las soluciones mágicas no funcionan. Hay que ser realistas y decir a los ciudadanos las cosas como son. La pandemia nos ha enseñado a ser más humildes, a entender que si queremos una sanidad pública y universal hacen falta médicos, enfermeras y hospitales y que se tienen que pagar. Son líneas de fondo que se están poniendo en marcha.

Orden, seguridad. Son esos hoy predominantes en los programas electorales.

Nuestra sociedad está envejecida y tiene tasas de natalidad muy bajas. Las personas que vienen buscando un futuro mejor nos ayudan a generar prosperidad. Con todo, ha de haber aceptación de nuestras normas de convivencia. Yo reclamo orden y seguridad como valores de izquierda, porque aquellos que el único patrimonio que tienen es el espacio público tienen todo el derecho de poderlo usar con todas las garantías. De lo que me quejo es que los últimos años en Catalunya se ha puesto permanentemente en cuestión el trabajo de los profesionales de la seguridad, de los Mossos, de las policías locales, de los cuerpos y fuerzas de seguridad. Es un error muy grave que han cometido los responsables del Govern. Toda la exigencia a las prácticas policiales, pero con toda la confianza.

¿Cuál es la propuesta del PSC para la Catalunya central?

Que cuente. No es posible una Catalunya sin una Barcelona potente, pero tampoco sin un entorno potente. Y en estos diez años se ha dado por sentado que la Catalunya central, les Terres de l'Ebre, las comarcas de Lleida, ya irán haciendo. He querido venir a Cardona para escuchar al territorio.

¿Alguna promesa concreta?

Analizaremos las propuestas en infraestructuras y cuando acabemos la reunión podremos concretar las respuestas.

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