Inmigración

Marruecos para a los subsaharianos camino de Melilla con redadas en un radio de 150 kilómetros

Un grupo de migrantes camina desde Nador hacia Berkhane, en Marruecos, después de que la gendarmería les haya impedido llegar al monte Gurugú, frente a Melilla - Mohamed Siali

Un grupo de migrantes camina desde Nador hacia Berkhane, en Marruecos, después de que la gendarmería les haya impedido llegar al monte Gurugú, frente a Melilla - Mohamed Siali / Mohamed Siali.

Juan José Fernández

Juan José Fernández

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La campaña ha cumplido ya dos semanas, y con un saldo que supera las 200 detenciones e identificaciones. Fuerzas policiales marroquís están interceptando los movimientos de grupos de migrantes subsaharianos desde zonas interiores de Marruecos hacia Melilla. Son parte del maltrecho contingente que los gendarmes expulsaron de los alrededores del Monte Gurugú tras la tragedia de la valla fronteriza, el 24 de junio, deportándolos hacia el sur del país.

De hecho, parte de las detenciones, 54, han tenido lugar el pasado fin de semana en las laderas de ese cerro próximo a Melilla cuyos bosques han sido refugio tradicional de los migrantes chadianos, malienses, nigerianos o sudaneses que tratan de llegar a suelo europeo. En ese monte ha convocado Marruecos plicas de empresas mineras para reabrir las viejas minas de hierro del Rif, que explotaba España en tiempos del protectorado.

Las operaciones policiales comenzaron hace 20 días, cuando la gendarmería detectó el tránsito de nuevo hacia el norte de numerosos migrantes deportados en junio. Entre ellos no solo hay veteranos de los asaltos a la verja; también recién llegados y un número no concretado de menores. De los golpes policiales mantiene Marruecos informado a sus contactos en el ministerio del Interior español, confirman en Madrid fuentes gubernamentales.

Hacia el sur

Las redadas no se realizan solo en la zona de Nador, la ciudad que toca a Melilla por el sureste. Las detenciones más alejadas se han llevado a cabo el pasado día 20 en Oujda, a 150 kilómetros de la ciudad española. Esa distancia, 150 kilómetros, es el radio en el que los gendarmes marroquís tratan de atajar el avance de los migrantes. A los detenidos -informan fuentes policiales españolas- con frecuencia se les acusa ante la fiscalía marroquí de inmigración ilegal con uso de la fuerza.

Ganchos incautados por la gendarmería marroquí a migrantes en las cercanías de Melilla en una operación policial reciente.

Ganchos incautados por la gendarmería marroquí a migrantes en las cercanías de Melilla en una operación policial reciente. / EL PERIÓDICO

La actividad policial marroquí está siendo aprovechada por activistas de la extrema derecha en Melilla y Ceuta para aventar supuestas noticias sobre la acumulación de millares de migrantes preparando un nuevo asalto a la valla. La agitación es tan intensa, que incluso llegó a la Comisión de Interior del Congreso el pasado miércoles. En la sesión de explicación del presupuesto del ministerio, Vox echó en cara al secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, que España done a Marruecos 30 millones de euros en ayuda para la seguridad pública mientras no detiene la inmigración ilegal.

Al menos una de las razzias policiales marroquís han buscado la raíz, comentan las mismas fuentes. En la redada de Oujda registraron una vivienda que suponen sede de una mafia de la inmigración, incautando cientos de ganchos metálicos de los que los subsaharianos utilizan para escalar la valla de la frontera.

A las fuentes policiales españolas que observan estos movimientos no les consta enfrentamientos de los migrantes con los gendarmes, o escenas de resistencia grave a la autoridad. Las fuerzas de seguridad de Rabat tratan de llegar hasta la cúpula de una organización criminal sudanesa que, según la fiscalía de Nador, lidera Boss, un maliense de 35 años instalado en Argelia, y que sería también el máximo responsable de la organización del multitudinario intento de paso de la frontera que en junio se saldó con el menos 23 migrantes muertos por aplastamiento y asfixia.