Crisis en el Executiu

El PSC apuesta por la estabilidad del Govern, pero ya tiene listo su programa por si hay elecciones

El partido de Salvador Illa no quiere que se pongan en riesgo los presupuestos catalanes y estatales, pero a la vez afronta la incertidumbre de la legislatura con la baza de tener las encuestas a favor

El líder del PSC, Salvador Illa, en la Fiesta de la Rosa

El líder del PSC, Salvador Illa, en la Fiesta de la Rosa / JORDI COTRINA

Sara González

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Elecciones, "no tocan". Moción de censura, "tampoco". La cúpula del PSC no duda ni un segundo en dar portazo a estas dos opciones a pesar de insistir en que este es un Govern roto que no tiene rumbo ni capitán. Los socialistas ensalzan en estos momentos de crisis la palabra "estabilidad", tanto en Catalunya, a pesar del divorcio entre ERC y Junts, como en Madrid, con el presidente Pedro Sánchez tejiendo ya la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. Pero con dos legislaturas que hacen funambulismo sobre un fino alambre, Salvador Illa está preparado por si se acaba soltando un cabo y las urnas caen a plomo, de nuevo, prematuramente. Su programa electoral, reconocen en la sala de máquinas socialistas, está prácticamente listo para ser imprimido.

El contenido de la oferta electoral es, en buena parte, el que presentaron a las pasadas elecciones, al que han añadido las 64 propuestas aprobadas por el llamado "Govern alternativo", que se reúne periódicamente para abordar temáticas concretas. "Estamos preparados", sostienen, además de recordar que, en términos partidistas, las encuestas les sonríen para repetir la victoria electoral del 14-F. Capítulo a parte es si Illa volvería a topar con la incapacidad de sumar lo suficiente como para gobernar. Para eso haría falta que ERC o Junts estuvieran dispuestas a colaborar y, por lo tanto, a romper bloques.

En todo caso, además de rechazar unas elecciones que comprometerían el apoyo de ERC a Sánchez en el Congreso, el PSC advierte de la "parálisis" que ante las turbulencias económicas que afectan a la ciudadanía supondría que Catalunya quedara en manos de un Govern en funciones y a expensas de todo un proceso electoral que se alarga tanto antes de votar como después para formar el Executiu. "Estaríamos unos nueve meses parados sin tomar decisiones o con muy poco margen para tomarlas", alerta una voz de la dirección.

El parón de las cuentas catalanas

Ante el parón de la negociación de los presupuestos impuesto por la crisis en el Executiu, la portavoz del partido, Alícia Romero, ha encabezado esta semana reuniones del PSC con Foment y próximamente lo hará con Pimec, UGT y CCOO para tomar el pulso al tejido económico en un otoño de previsiones pesimistas. "Ven los presupuestos como una oportunidad y están preocupados por la deriva del Govern. Quieren que como mínimo las cuentas salgan adelante y haya un rumbo para el próximo año", asegura tras los primeros contactos.

Es por ello que, sean cuales sean las intenciones de Pere Aragonès, los socialistas no desistirán en su afán de ofrecerse para aprobar los presupuestos, a pesar de que ERC no de su brazo a torcer y rechace insistentemente esa mano tendida. El último en hacerlo fue Oriol Junqueras este mismo sábado. Los republicanos explicitan que su partido solo negociará una ley tan clave como esta con los grupos que defiendan la autodeterminación y la amnistía y no descartan a Junts a pesar de haber pasado a la oposición. Incluso ya han avanzado que, si no logran la mayoría deseada, la alternativa sería una prórroga con "mecanismos de corrección". "A ver cómo le explicas a la gente que no has querido aprobar unos presupuestos expansivos por no aceptar los votos del PSC", replican entre las filas del PSC, que recuerdan como Aragonès ha reconocido en múltiples ocasiones en los últimos años las "limitaciones" que supone gobernar con unas cuentas prorrogadas.

Para aprobar presupuestos sí, pero más allá de eso ya es otro cantar. "Más allá, ya hablaremos de si tendemos la mano, porque no lo haremos para todo", dicen a modo de aviso a navegantes. Y es que, una vez con los números estatales atados y con los de la Generalitat también aprobados, el PSC deja ir un "ya veremos" con la vista puesta en los próximos meses que depende de Aragonès -que es quien tiene el botón para convocar elecciones- pero también de la capacidad desestabilizadora que, entonces sí, decida o no ejercer Illa. No en vano han dejado claro que exprimirán hasta el final el papel de líderes de la oposición.

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