Acuerdo a cuatro bandas

PSC, ERC y 'comuns' dan más tiempo a Junts para aprobar el pacto lingüístico

La posconvergencia prevé presentar enmiendas sin que provoquen el descuelgue del resto de fuerzas políticas

Alumnos en una aula de una escuela de Barcelona

Alumnos en una aula de una escuela de Barcelona / MANU MITRU

Júlia Regué

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El embrollo en la posconvergencia, a cuenta del pacto suscrito junto a PSC, ERC y 'comuns', ralentiza la aprobación de la modificación de la ley de política lingüística de 1998 para encajar la sentencia que fija el 25% de las clases en castellano. Los firmantes acordaron este martes dar aire a Junts para que no se descuelgue, después de que el Govern se hiciera suyo el acuerdo y se abriera a "ampliar el consenso" con la comunidad educativa y las entidades en defensa del catalán.

Pese a que el retoque normativo -que establece el catalán como lengua vehicular y el castellano como lengua docente sin porcentajes- fue registrado para ser tramitado por lectura única y con urgencia extraordinaria, los grupos acordaron que no se debata en el próximo pleno -el del 5, 6 y 7 de abril-, sino en el siguiente, después de Semana Santa. Este plazo hasta el 26, 27 y 28 de abril permite a los grupos lograr un pacto para las enmiendas que prevé registrar Junts al documento que firmó inicialmente y también a ERC intentar que estos cambios no impliquen perder al PSC y a los 'comuns' como socios, siendo imprescindibles para su aprobación tras el plante de la CUP, que presenta su propia proposición de ley pese a no tener ningún aliado.

Fuentes del PSC y de los 'comuns' subrayan que las modificaciones deben ser "pequeñas", de redactado pero no de fondo, para que se mantengan en lo dicho. Sea cuál sea la propuesta de Junts, por ahora los cuatro partidos implicados defienden tanto en público como en privado su voluntad de que salga adelante, incluso aceptando que no se cumpla el pacto implícito que suponía no presentar objeciones al texto, teniendo en cuenta lo difícil que era cerrarlo con partidos pertenecientes a distintos bloques cimentados con el 'procés'. ERC, por su parte, pide no usar el catalán como "arma para arañar votos" ni para "repartir carnets de traidores" entre socios, alegando que se ha "tergiversado" lo que reza el pacto, y confía en que el acuerdo final cuente con Junts.

Visto el revuelo en las redes sociales, Junts congeló su sello, pero las otras fuerzas también admiten "errores de comunicación" porque decidieron no presentar el acuerdo en rueda de prensa y se limitaron a fotografiarse en la escalinata del Parlament. Una imagen que, a su vez, estaba formada por diputados poco conocidos, y no por los líderes parlamentarios. Tienen un mes para recuperar esta fotografía de unidad, que el jueves pasado sólo duró ocho horas.