Procesada por corrupción

ERC se inclina por mantener a Laura Borràs hasta que haya sentencia

La CUP cavila los pasos a seguir para no quedar aislada en una batalla en solitario contra la presidenta del Parlament

Laura Borràs

Laura Borràs / FERRAN NADEU

Xabi Barrena
Júlia Regué
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“No actuaremos nosotros de jueces”, asevera una relevante fuente republicana cuando se le pregunta sobre qué hará su partido cuando se abra el juicio oral a la presidenta del Parlament, Laura Borràs, por su gestión al frente del Institució de les Lletres Catalanes (ILC), tiempo en el que se le atribuyen delitos de corrupción (malversación, prevaricación, fraude y falsedad documental) por haber favorecido presuntamente a un amigo suyo fraccionando 18 contratos.

En cuanto el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) dictamine la celebración del juicio, se activará la comisión del estatuto de los diputados para que realice un dictamen sobre si, acogiéndose a lo que establece el reglamento del Parlament, debe ser suspendida de sus funciones. Según varias fuentes consultadas, este texto se prevé que se redacte en base al artículo 25.1 y no al 25.4 -que fija que debe ser apartada por delitos de corrupción-, con el fin de que sea el pleno el que vote sobre su futuro.

De esta forma, Borràs puede acomodar el relato de que si bien hay indicios de los delitos que se atribuye, la causa llega a juicio como represalia al independentismo, argumento que tanto ella como su entorno se esfuerza en subrayar y, por ende, puede esquivar la suspensión sin tener tan siquiera un primer fallo judicial. Ese escrito deberá ser votado en esa misma comisión y después en el pleno teniendo en cuenta el precedente de la baja del cupero Pau Juvillà. Y ahí será dónde los partidos deberán retratarse.

Zonas fronterizas

Tanto ERC como la CUP se hallan en pleno debate interno para decidir qué hacen y nada está cerrado porque puede haber maniobras inesperadas, teniendo en cuenta que nunca se ha llegado a esta situación y que la enmienda fue introducida en 2017 tras un pacto entre Junts pel Sí y la CUP. Con todo, una rápida evaluación de costes y beneficios les empuja a no ser ellos los que aparten a Borràs de la política y, en todo caso, que sea una sentencia judicial la que la inhabilite. Los cuperos, particularmente, ya fueron duramente criticados cuando, en el Congreso de los Diputados, emplazaron a Borràs a dejar el escaño como "gesto ejemplar" y se ausentaron junto a ERC de la votación del suplicatorio, algo que les costó una dura campaña en contra por parte de los sectores más radicales.

El principal coste para ERC es el electoral, en aquellas zonas fronterizas que aun mantiene con Junts, especialmente en el ‘rere-país’. “Borràs tiene un relato que ha seducido a muchos, también votantes de ERC y que aparezcamos como los que la defenestramos políticamente nos supone un claro perjuicio en la lucha contra los posconvergentes, porque las críticas pueden provenir de nuestra gente, que es muy distinto a aguantar el chaparrón de ‘comuns’ y el PSC”. Cabe recordar, con todo, que Borràs ha quedado por detrás de ERC, en concreto de Gabriel Rufián, en las dos elecciones en que se ha presentado como cabeza de lista.

La batalla por el relato

De hecho, los republicanos se concentran más en cómo explicar su posición y dejar patente que no se trata de una mera persecución política contra Borràs, sino que es una situación que parte de de un supuesto caso de corrupción. “No vamos a comprar su relato”, explicitan. Eso sí, reconocen que “ese caso de corrupción se ha magnificado porque ella es quien es”, por lo que prefieren mantenerse al margen hasta que haya la sentencia. Los anticapitalistas son mucho más contundentes en privado y sostienen que el caso Borràs tiene claros indicios de corrupción. Ahora bien, no quieren quedarse solos en el córner y ser los únicos que libran batalla, intentando defender el relato de que los casos judiciales no deben dividir todavía más, aunque el caso Juvillà todavía les duela. Cuando avancen los acontecimientos, consultarán con su militancia los pasos a seguir.

“El orden de los factores sí altera el producto”, recita una fuente de ERC. “No es lo mismo que a un preso político, buscado y encarcelado por el 1-O, se le atribuya un delito fantasioso de malversación, que que a Borràs, de un supuesto fraccionamiento de contratos para esquivar la ley y favorecer a un tercero, se le 'hinche' el caso por ser el santo y seña posconvergente en Catalunya. No banalizaremos la represión”, sentencia.

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