Pulso entre familias del partido de Puigdemont en verano

Jordi Sànchez pondrá a prueba su liderazgo en el congreso de Junts

Una eventual alianza entre el 'exconseller' Jordi Turull y la presidenta del Parlament, Laura Borràs, clave del cónclave

El actual secretario general guarda en secreto sus cartas pero apuesta claramente por centrar la formación soberanista

Jordi Sànchez, secretario general de Junts per Catalunya

Jordi Sànchez, secretario general de Junts per Catalunya

Fidel Masreal

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En las próximas semanas está previsto que el presidente de Junts per Catalunya, el 'expresident' Carles Puigdemont, convoque el primer congreso de Junts per Catalunya desde que él mismo dio la orden de desgajarse del PDECat e iniciar un nuevo rumbo sin su anterior partido. Toca congreso, y según fuentes del partido, lo habrá este verano o poco después -en julio u octubre- y será un cónclave de debate y de elección de cargos. Se disipan de entrada las sospechas de que se pretendía posponer la reunión para evitar un choque interno a pocos meses de las elecciones municipales. Será un congreso decisivo en el que Jordi Sànchez, mano derecha de Puigdemont, se jugará literalmente el cargo.

Fuentes de la dirección del partido confirman a EL PERIÓDICO, que la intención es que no haya dilaciones. Jordi Sànchez y toda la ejecutiva someterán su cargo a la votación de las bases. Sànchez está en el punto de mira de un sector crítico con su gestión. Crítico con cómo pilotó el pacto in extremis y en secreto con Pere Aragonès para formar un Govern de coalición. Y crítico con un estilo de gestión personalista. "En las reuniones de la dirección no se decide nada, así él puede hacer y deshacer", afirma una voz crítica. Además, consideran que Sànchez trata de llevar a Junts a un terreno más pragmático y de gestión, frente a quienes reclaman que se marque un rumbo claro de colisión con el Estado.

Sànchez es perfectamente conocedor de este clima y tiene decidida claramente su estrategia. Una estrategia que, hasta ahora, pasa por reducir el peso de la gestualidad rupturista -como en el caso de la presencia de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, en una protesta no autorizada en la Meridiana, o la actitud política de dirigentes como Míriam Nogueras en Madrid o Aurora Madaula en el Parlament- y avanzar hacia una formación ordenada, centrada y capaz de disputar a ERC la bandera de la buena gestión gubernamental, sin olvidar la crítica a la mesa de diálogo con el Estado.

El secretario general tiene ya una larga trayectoria política y guarda sus cartas. Entre ellas, su principal prioridad desde hace meses: el pacto con numerosos alcaldes del PDECat para que se integren indirectamente en Junts en los comicios locales del próximo año. Esto permitiría a Junts mantener un pulso digno ante ERC en estas elecciones y noquear definitivamente al PDECat, la posconvergencia de la que proceden, entre otros, Puigdemont, Josep Rull, Jordi Turull, Quim Forn y Damià Calvet.

¿Borràs y Turull?

Una de las incógnitas es qué papel querrá jugar la presidenta del Parlament, Laura Borràs, que está hoy a las puertas de ser juzgada y que -de acuerdo con el reglamento del Parlament reformado entre JxCat y la CUP- debería abandonar su cargo. En la actual dirección no se descarta que Borràs trate de dar la batalla por la cúpula del partido. Y una hipótesis sería la de que optara al liderazgo de la mano del 'exconseller' Jordi Turull, con un verbo afilado y frentista, reivindicado por una parte de las bases posconverentes. Ambos reivindican acelerar el proceso rupturista con el Estado frente a posiciones aparentemente más templadas de Sànchez. Borràs y Turull tienen, respectivamente, bases de militantes que les apoyan de forma incondicional. Y acumulan peticiones para que se enfrenten a Sànchez.

El rompecabezas es complejo, porque se debe consignar a otros sectores, como el del jefe de filas en el Parlament, Albert Batet, y a figuras emergentes como el 'conseller' de Economía, Jaume Giró, que ha anunciado que militará en Junts, y otras descendentes como el vicepresidente Jordi Puigneró. La galaxia de JxCat es compleja y puede generar alianzas imprevisibles. Es improbable que en esta batalla interna Puigdemont tome partido, dado que su prioridad desde hace meses es su litigio judicial con el Supremo español mediante los tribunales de la UE a cuenta de su inmunidad como eurodiputado y su eventual extradición o no.

La batalla de fondo

En el trasfondo se cruzan dos batallas. Una, por el poder; otra, por situar a Junts o bien en la confrontación directa con el Estado para lograr la independencia unilateralmente -fijando incluso plazos y métodos- o bien en un espacio más dialogante que use los resortes de la gobernabilidad en el Govern y ayuntamientos para convertir a la formación en un competidor de ERC, tratando de aprovechar las debilidades de los republicanos en asuntos como la mesa de diálogo.

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